En primer lugar, ofrezco todas las disculpas posibles por ser muy poco elegante con el título de esta nota. Aunque intento acomodarle más decentemente, no encuentro una palabra más bonita y elegante para describir la situación de una civilización totalmente desvergonzada.
Edward Snowden va lentamente levantando la tapa de esta olla de presión y el sancocho luce cada vez con un caldo más moraó y con un hedor descomunalmente putrefacto. Snowden soltó nuevamente la lengua y se apuesta, que mientras el clima entre Estados Unidos y Rusia alcance una mayor temperatura por el caso de Ucrania y Crimea; la lengua de Edward será mucho más larga y el hedor será más penetrante. En esta ocasión, conocimos que 122 países[i] están incluidos en la última información puesta a circular por Edward Snowden y en esa larga lista, que suman 122 países y jefes de Estado, aparece nada más y nada menos que la canciller (o cancillera) Ángela Merkel de un país de los que luce más educadito en el mundo actual, no porque efectivamente lo sea, sino porque pareciera ser más o menos independiente de la tutela de los EEUU.
Se dice fácil y suena fácil, pero son 122 países con sus respectivos jefes de Estado. Es como si un aberrado sexual buceara a un grupo de damas y ellas (aberradas también) se gozaran la situación y por aparentar de educadas, sólo llegan a sentirse ofendidas, pero diciéndose: No dejen de seguirlo haciendo, que es excitante esa manera de saber cómo nos buceas.
Así parece esta historia que gota a gota administra Edward Snowden. Estados Unidos es el padrastro de esta bochornosa criatura de espionaje, es el mismo que dice andar muy preocupado por las historias que sus ejércitos de manipulación mediática preparan y en las cuales se deja ver como un ejemplo de democracia perfecta.
No palabra más bonita y educadita para describir esta situación
[i] La información está disponible en Aporrea: http://www.aporrea.org/internacionales/n248074.html