El ALBA no sólo enterró al ALCA en Mar del Plata, también enterró a la OEA en San Pedro Sula

Chávez y el ALBA vencieron a EEUU en la OEA, hace 5 años, ya sabemos sus puntos débiles y su incapacidad diplomática para seguir liderando el mundo, la próxima batalla será en la ONU y los pueblos del mundo saben que EEUU es vulnerable, EEUU sólo le queda hacer control de daños, más temprano que tarde el ejemplo que Caracas dio en la OEA, será la piedra en la cual se afincaran los pueblos libres y soberanos para decirle a EEUU,¡No pasarás¡

Durante el año 2009 me desempeñaba como secretario ejecutivo de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de nuestra América - ALBA, y recuerdo que durante una cumbre extraordinaria realizada el 24 de junio en Maracay, el presidente Chávez se extendió explicando y recordando lo que días antes había ocurrido en San Pedro Sula-Honduras, durante la asamblea general de la OEA, por eso creo importante desmentir lo que dice La ex-secretaria de estado norteamericana, lo cual podrán corroborar con los presidentes y cancilleres del ALBA, es un acto de lealtad con el comandante Chávez y Fidel Castro. Hace poco salió un relato autobiográfico de Hilary Clinton, en el mismo se trata de dar la impresión de que EEUU durante la reunión de la OEA en San Pedro Sula del año 2009, otorgo una concesión al heroico pueblo cubano y la verdad es que el ALBA digna y soberana le arranco a gringos la hegemonía que ejerció durante casi 50 años dentro del organismo hemisférico.

En todo caso Nicolás Maduro, canciller de Chávez para ese entonces puede explicar mejor los allí sucedido, creo que esa acción diplomática y coordinación perfecta entre los países del ALBA, bautizo la carrera diplomática del hoy presidente de Venezuela, demostró dotes de negociador y político que el 8 de Diciembre del 2012, fueron reconocidos por el propio comandante Chávez en su última alocución pública, cuando leemos la autobiografía se nota que Hillary Clinton aún no supera este revés diplomático.

El panfleto autobiográfico de Hillary Clinton, el trabajo propagandísticos de la posible candidata demócrata para las elecciones norteamericanas del 2015; se titula HARD CHOICES - DECISIONES DIFÍCILES, sin embargo yo lo denominaría "MENTIRAS VERDADERAS" ya que intenta torcer o dar una versión sobre los hechos en los cuales EEUU recibió contundentes derrotas diplomáticas cuando ella era secretaria de estado y las cuenta como victorias de su gestión diplomática, yo le diría que si así son las victorias norteamericanas, quisiera que siguieran "triunfando" aquí en Latinoamérica, el relato de la ex secretaria de estado norteamericano evidencia su orgullo herido por tan importante derrota diplomática que le propinó nada más y nada menos que el ALBA

EEUU bajo la presidencia de Bush y Obama y mientras Condoleza Rice y la Hillary Clinton fueron secretarías de estado, recibieron las derrotas más importantes de la historia contemporánea norteamericana, no sólo perdieron su influencia en la OEA, también se creo un organismo potente como la CELAC que agrupa a 33 países de nuestra América y que los excluye a ellos y Canada del foro, sino que también recibieron una herida de muerte en la cumbre de la Américas, ya que los países del Latinoamericanos han decidido que no asistirán nuevamente si Cuba no es invitada.

Todo este cambio de época fue liderado por el comandante Chávez y el ALBA, este mecanismo de integración que pronto cumplirá 10 años, puso a valer la voz de Bolívar en este nuevo mundo multicentrico y pluripolar.

Leamos a continuación lo que dice Hillary Clinton sobre la cumbre de la OEA en San Pedro Sula en el año 2009 y leamos la versión contada por el propio comandante Chávez y de la cual fue testigo de excepción el propio Nicolás Maduro:


Cuento de Hilary Clinton:

Clinton dedicó un capítulo completo de sus memorias a sus experiencias con América Latina, aunque el grueso de la narrativa se concentró en la cumbre de la Organización de Estados Americanos (OEA) en 2009 en Honduras, que abrió las puertas para el retorno de Cuba a la entidad.

De acuerdo con la ex Secretaria de Estado, esa reunión, y la decisión de diversos países de reincorporar a Cuba sin condiciones, fueron "un test inicial" para la política del entonces recientemente electo Obama hacia América Latina.

Clinton narró cómo su equipo, encabezado por el diplomático Thomas Shannon, negoció la inclusión en la declaración de un párrafo estipulando que Cuba debía solicitar su reincorporación a la OEA.

Relato de los hechos contado por el propio comandante Chávez:

"La batalla de San Pedro Sula"

En verdad les digo que, además, nunca se había visto tal nivel de coordinación entre tantos gobiernos de nuestra América. Como núcleo central del esfuerzo estratégico y diplomático, los seis países del ALBA, que además de Alternativa, ya ha pasado a ser Alianza Bolivariana; y con nosotros, la acción coordinada de muchos otros países amigos del ALBA y amigos de Cuba.

Ya el ALBA no puede ni podrá ser ignorada en lo adelante, como se había pretendido hasta ahora. Desde la cumbre de Cumaná y su valiente declaración, rechazando fuertemente por una parte la arbitraria y antihistórica exclusión de Cuba y por la otra, exigiendo una urgente discusión acerca de la gran crisis mundial generada desde los Estados Unidos y que tanto está impactando a los pueblos de nuestra América; hasta la reunión de cancilleres en Caracas, pocos días antes de la Asamblea General de la OEA en Honduras, demuestran una sólida voluntad política de los Albagobiernos para actuar de manera coordinada ante los acontecimientos mundiales. Y en San Pedro Sula la batalla fue tan dura como hermosa. A pesar de que fui obligado por las circunstancias a quedarme en mi puesto de mando, lo cual fue aprovechado por los pitiyanquis para generar una serie de rumores sobre mi salud, no me perdí un solo detalle, una sola jugada de ataque, de defensa o de contraataque (este último es mi movimiento preferido) de aquel combate. No era poca cosa lo que estaba en juego en aquellas tierras centroamericanas, donde han comenzado a resonar de nuevo y con qué fuerza las voces de Sandino, de Farabundo y de Morazán, para espanto de las oligarquías peleles, como solía decir el General de Hombres Libres al frente de su “pequeño ejército loco”.

A punto estuve de salir el lunes primero de junio por la noche hacia San Pedro. Sin embargo, después de evaluarlo con nuestros aliados, el destacamento bolivariano de vanguardia, bien comandado por el canciller Nicolás Maduro, no lo consideró necesario. Así que los rumores continuarían: “Chávez está perdido. No aparece”. Confieso que esa noche no dormí, recibiendo informaciones y evaluando los diversos escenarios que pujaban por asomar, en una pugna que lleva ya casi doscientos años y en la que se consumió por cierto, íntegro, nuestro padre Bolívar. “Si la América no se llama al orden y a la razón, un nuevo coloniaje legaremos a la posteridad”, decía con su angustia que nos dejó como herencia, por allá en 1829, desde su soledad luminosa, el general caraqueño. Amaneció el martes dos de junio, llegó un mensajero de La Habana con información muy valiosa y notas de Fidel. Una de ellas, firmada en La Habana esa noche a las 7 y 30 p.m., dice: “Querido Hugo: me alegraría mucho una respuesta como la que sugieres si se da la situación que prevés. Te transmití lo que conozco por mis análisis y alguna información de que dispongo. Sería egoísta de nuestra parte solicitar tanta solidaridad. La bandera moral se elevará hasta lo más alto de su mástil. Te seguiré comentando por esta vía u otra más adecuada de acuerdo a su contenido, cualquier noticia de interés en estos días. Un fuerte abrazo. Patria, Socialismo o Muerte. ¡Venceremos! Fidel Castro Ruz”.

Luego, un poco más tarde, cuando el sol levantaba ya sobre la media mañana caraqueña y los dos soberbios gallos que me regaló, siendo indefensos pollitos, alguien a quien quiero mucho, se habían cansado ya de cantar, “tejiendo la mañana” como diría el poeta pernambucano, recibo llamada de Nicolás, utilizando los códigos que me dejó Pancho Arias con su letra inconfundible de más de 20 años de claves y desenclaves, de códigos y de estratagemas. La batalla diplomática, que tiene mucho de sicológica, había comenzado. “El Sr. sensible lanzó su propuesta. Apoyo inmediato y resuelto de negro, blanco y rojo. Contrapropuesta activada con fuerza. Hay clima de sorpresa. Río revuelto de repente. Cumaná suena con fuerza. Treinta y tres se mantiene en silencio. QAP. Seguiré informando”. Y así fue toda la tarde. Se trancó el juego, como lo teníamos previsto y nombraron una comisión especial, ante la intensa ofensiva que hizo imposible a quienes lo pretendieron excluir el tema de Cuba de la agenda OEA. ¡Durante cuarenta y siete años consecutivos lo habían venido logrando! En aquella comisión estaban, por cierto, Estados Unidos y Venezuela, entre otros países, todos muy importantes en el tablero estratégico.

La comisión se encerró a deliberar. Sobre el tapete, más allá de algunos matices, dos posiciones. La una, defendida con furia por Estados Unidos y Canadá: “Condicionar a Cuba”. La otra, defendida con pasión por el ALBA: anular la infame resolución contra Cuba y sin condiciones. Media noche y el juego trancado.

Sigo en contacto con Nicolás. En algún momento me atiende su ayudante, pues está en pleno debate. Puedo oír a lo lejos la intensidad de las discusiones. Al final, en plena madrugada, con la luna creciente en el medio cielo, los gallos durmiendo y Caracas sumida en el silencio, evaluamos. Ya Chávez “había salido” y junto a los trabajadores de “Ciudad Caribia” y los consejos comunales de Gramovén, de Federico Quiroz y El Limón pulverizamos los rumores de infarto, influenza, diarrea y no sé cuántas cosas más nacidas de la mente, esa sí verdaderamente enferma y sin remedio, de la oligarquía pitiyanqui. Y ya había llegado a Miraflores un nuevo mensaje de Fidel: “He estado oyendo y teniendo noticias de ‘allá’ (evidentemente Fidel no logró acceder a las claves de Nicolás y Arias Cárdenas; habrá que cubrir esa falla en el futuro). He visto muy bien a Maduro. Hay que seguir fortaleciendo las posiciones. No debemos ceder un milímetro. Es como la cortina o muro de contención de una presa; si se quiebra por un punto, todo se derrumba. Los amigos de la Batalla de Pichincha (Nótese de nuevo la falla en las claves fidelianas, pues evidentemente se refiere a Correa y a Evo) están como Sucre en Ayacucho”. A esa hora, sin duda, se perfilaba el escenario que habíamos previsto como más probable: no habría acuerdo, por tanto la cumbre quedaría sin resolución o documento final. Las consecuencias serían impredecibles, aunque una de ellas era inminente: la OEA saldría de allí dividida y con un misil en su línea de flotación. Le respondo a Fidel, recordando los soldados soviéticos en Stalingrado: “No hay tierra para nosotros detrás del Volga”, “no hay planes de repliegue”.

Amanece y empezamos a notar algunos signos de desespero en filas contrarias. “Hillary se fue a El Cairo con Obama”, dicen los cables, pero ya nosotros claro que lo sabíamos. Otros cancilleres comenzaron a retirarse. Era el momento de la ofensiva final del ALBA con nuestros más sólidos amigos. Las palabras de Fidel resuenan en mis oídos: “Es como la cortina de una presa; si se quiebra por un punto, todo se derrumba”. Y esta máxima terminó cumpliéndose, pero en las filas que defendían la posición contraria. A media mañana, nos dejamos de claves, Fidel llama al teléfono y conversamos directamente no menos de tres veces; llamo a Evo y a Correa, hablo con Daniel y con Zelaya; de nuevo con Nicolás… ¡Lo logramos!

Prendo el televisor, busco Telesur y allí está la bella cancillera hondureña Patricia Rodas con cara de victoria. Lee la resolución con intensa emoción. Veo los rostros de Zelaya, de Daniel, de Nicolás, de Jorge Taiana, de Choquehuanca, de Falconí. Me imagino a Fidel… y recuerdo su profecía: “La historia me absolverá”.

Sí, Fidel, querido compañero, camarada infinito, no sólo a ti, sino a tu pueblo, a la Revolución Cubana, a sus mártires, a todos, a todas, la historia, que ahora retorna hecha llamaradas de pueblo en resurrección, ¡os absuelve, en vida y delante del mundo!

Mientras tanto, sigamos cantando con el ALBA:

¡¡Patria, Socialismo o Muerte!! ¡¡Venceremos!!

Hugo Chávez Frías


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Amenothep Zambrano


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