El descaro con el cual el imperio arremete contra quien quiera, como quiera y cuando quiera, ante la mirada complaciente de un liderazgo mundial que no se atreve a levantar la voz, es realmente pavoroso. Sin disimulo alguno se arremete contra el gobierno legítimo de la República Bolivariana de Venezuela abierta y groseramente para derrocarlo. Un detalle de esta conspiración le concede un aspecto aún más lóbrego. Un detalle que ha sido cuidadosamente ocultado por estas nuevas legiones imperiales formadas por las grandes empresas de comunicación social nacionales e internacionales. La mentira tiene las patas cortas. Al final, por alguna rendija la verdad emergió desgarradora y asfixiada por los custodios mediáticos imperiales. La verdad, -como al otro- se les fue de las manos.
En su presentación ante el Congreso de los EE.UU., la secretaria de
Estado, miss Condolencia Rice, no dijo sólo lo que los medios recogieron. Estos medios le negaron el derecho a la información, no sólo a los venezolanos, -a eso estamos acostumbrados hace tiempo- sino al mundo entero. El mundo supo de esta comparecencia lo que a la estrategia imperial le convenía. Aquellos aspectos que, en una profusa acción combinada, forma parte del plan concertado por Rumsfeld, Negroponte, el embajador ante la ONU, o Condolencia, para ir construyendo la matriz de opinión que permita identificar a Chávez con: Antisemitismo, terrorismo, comunismo, dictadura, violación de derechos humanos, ataques a la libertad de expresión, etc., etc. No hay que alarmarse. Después de todo, como cínicamente dijo el embajador Brownfield, son “sólo opiniones”. Las pruebas fehacientes de que son más que opiniones y está en marcha un plan de ataque directo al gobierno de Chávez fueron escondidas por los grandes medios, cómplices y fichas del imperio.
Los medios intentaron, diligentemente, tapar el desliz de los servicios secretos de EE.UU., que informaron erróneamente a Miss Condolencia sobre lo que está pasando en Venezuela. El encubrimiento en sí mismo y la gravedad de lo que se encubría es de tal magnitud que el mundo entero debería manifestar su indignación. No lo hará, pero debería. Es simple, Miss Condolencia dijo ante el Congreso que “estaba complacida ante el apoyo internacional a la huelga que los sindicatos de transporte adelantan en Venezuela”. Más aún, exhortó a las organizaciones obreras internacionales para que, al modo como se hizo con el sindicato Solidaridad en los días de la Polonia comunista, estas se apresuraran a respaldar a los Sindicatos de Transporte en Venezuela.
Es evidente que los informadores desde Venezuela, además de gastarse
los dólares que les entregan, no hacen nada bien. Miss Condolencia fue
engañada. No es verdad que en Venezuela estuviera ocurriendo una huelga
nacional de transporte. No pasó el amago de unos cuantos “paros”,
protagonizados por unos pocos, claramente focalizados en apenas sectores de
algunas ciudades como: en Catia, al oeste de Caracas; Higuerote en el Estado
Miranda y un sector del Estado Anzoátegui. Venezuela, miss Condolencia, es
mucho más ancha y ajena. ¿Sabía? Supongo que no. Dudo que sepa en que lugar del mapa queda. A lo que vamos. Estos cipayos estafadores engañaron a sus contratistas. Del mismo modo que otros grupos los engañan respecto de los
“densos sectores” descontentos en la Fuerza Armada. Esta gentuza, adicta a
los dólares, engaña a su madre por unos pocos. Bien. Ese no es el problema.
Si Mr. Bush tiene dinero de sobra para creer en la inmensa organización
democrática de SÚMATE, o en el poder movilizador de estos fantasmas del
pasado, es problema suyo. El problema nuestro, de toda América y del mundo,
es que Miss Condolencia admitió que está apoyando una “Huelga de transporte”
en Venezuela. Lo importante es que, con su desliz, descubrió a sus agentes
operadores en Venezuela. Lo importante es que todos en Venezuela hemos
podido ver la perfecta sincronía entre los “paros” y el seguimiento oportuno, -sorprendentemente oportuno- de Globovisión, sus periodistas y sus cámaras, con musiquita de golpe de estado incluida. Lo importante es que los EE.UU., admite, no que Chávez le parece feo, zambo, comunista, populista, peligroso o loco. ¡Total, eso serían sólo opiniones y no imaginan ustedes las opiniones que tenemos en Venezuela de Mr. Bush!. ¡No! Lo importante es que los EE.UU., admite que está operando para derrocar un gobierno democrático y legítimo en la región. Muchos dirán… ¡eso lo sabíamos!...cierto… sólo que ahora, por primera vez, lo admiten. Recordemos que nunca han reconocido su descubierta y probada participación en el golpe de estado de 2002, o en el paro-sabotaje-petrolero de diciembre 2002 y enero de 2003. Nunca han admitido nada, ni ante las pruebas, esta vez se les enredó el papagayo.
Es simple, aterradoramente simple, EE.UU., la mayor potencia militar del planeta, está operando para destruir el gobierno de Venezuela y aplastar su pueblo. No es una amenaza. No es un plan, -estos los conocemos hace años- es una acción en marcha. Compatriotas de América y del mundo: Venezuela está siendo agredida abiertamente con el objeto de derrocar el gobierno de Chávez y extirpar la lección de dignidad de todo un pueblo. Otra cosa. Este pueblo no se dejará arrebatar sus sueños. Dado el poderío del agresor y sus diligentes apátridas del lado de acá, quizás logren derrocar el gobierno, pero… tendrán que hacerlo sobre un pueblo que resistirá. Se verán atrapados en un infierno. Será un infierno largo y penoso para todos, lo sabemos, nadie quiere ese baño de sangre, nadie, sólo aspiramos a que nos dejen en paz, pero… ojalá lo piensen bien… ojalá Iraq les sirva de recordatorio. Este pueblo es noble, recio, digno y tendrán que pagar un muy alto precio. Con los que tienen acá no podrían, esos los tienen engañados, no resistirían un embate serio de este pueblo. Tendrían que hacerlo ustedes, señores gringos, ustedes... y si lo hacen le conocerán la cara al pueblo de Simón Bolívar.
HUGO PARA TODOS Y TODOS PARA HUGO.
LA BARRICADA SÓLO TIENE DOS LADOS.