Es una realidad, tan clara como el agua de hermoso manantial, tan cercana como el bien y el mal, tan evidente como el sol en el día y la luna en la noche; que estamos, no a las puertas, sino, en pleno desarrollo de una invasión , pero de “cuarta generación” o “invasión asimétrica”.
Esta invasión asimétrica no necesita ejércitos, no necesita armas, no necesita sofisticadas herramientas de espionaje y contraespionaje. Esta invasión en manos del imperio se desarrolla en dos dimensiones, una de afuera hacia adentro, otra de adentro hacia fuera.
La primera tiene como herramienta fundamental los medios de comunicación comerciales, y el terrorismo de micrófono, Condolezza Rice mediante, algunos vocerillos, CNN en español y no podía faltar Globovisión.
La segunda dimensión no se basa, como se puede creer a primera vista, en una oposición recalcitrante o un sector económico saboteador, estos son elementos secundarios, importantes, pero no determinantes.
Otros podrían hablar, en esta dimensión, de los infiltrados, léase, aquellos que son pagados, directa o indirectamente por el imperio, a través de sus agencias internacionales o a través de terceros, para colocar quintas columnas que detonen conflictos en fisuras evidentes en el proceso, desde adentro, lo que logra dañar tanto a la revolución como a los revolucionarios verdaderamente críticos y aportativos, que no toman sumisamente las líneas sin antes pasarlas por el tamiz de la conciencia revolucionaria, pidiendo ser acusados ligeramente de “quinta columnas”.
Pero en definitiva, los mas peligrosos en esta segunda dimensión son los “Pomagás”: rojos por fuera y blancos por dentro, que de manera arrivista se enquistan en el proceso para desarrollar la “Kakistocracia” o gobierno de los peores, siendo los peores aquellos que no tienen ética y que siendo pragmáticos logran sus objetivos difrazados de mansos corderos, siendo fieros lobos ante los revolucionarios críticos.
Esta estrategia del imperio pretende que la invasión sea consecuencia de la ineptitud de los cuadros medios y altos de sectores de poder, en especial en el área educativa, de seguridad y de administración estadal y municipal, para ponérsela fácil al imperio para invadirnos sin invadirnos. Nos invaden, pero también nos invadimos. ¡Alerta!.
Nicmer N. Evans
nicmerevans@yahoo.es
Politólogo/prof. UBV
