Estados Unidos: informe sobre torturas, denuncia a lacayos de Washington en Europa Oriental

El recientemente publicado informe del Comité de Inteligencia del senado norteamericano sobre el Programa de Detención e Interrogación (tortura) de la Agencia Central de Inteligencia, CIA revela que tres naciones miembros de la OTAN en Europa Oriental albergaron centros de detención e interrogación de la agencia, también conocidos como "sitios negros". Los tres países identificados como anfitriones de los SITIOS DE DETENCIÓN AZUL, NEGRO Y VIOLETA son Polonia, Rumania y Lituania respectivamente. Un cuarto "sitio negro", CENTRO DE DETENCIÓN VERDE, fue ubicado en Tailandia.

Detalles sobre los brutales métodos de tortura empleados por la CIA en sitios de Europa Oriental fueron revelados luego que sucesivos gobiernos en Polonia, Rumania y Lituania, se confundieron con la presencia de estas instalaciones en sus respectivos territorios y su uso real.

Los ex líderes de los países condescendientes con la tortura corrieron buscando cobertura política por lo revelado en el informe del Senado. El principal de ellos es el ex presidente de Polonia, Aleksandr Kwasniewski, quien originalmente negó que la CIA mantuviera un "centro negro" de tortura en su país. Cuando uno de los centros en Stare Kiejkuty, cerca de la localidad de Szymany en Polonia fue identificado en los medios como CENTRO DE DETENCIÓN AZUL en el informe sobre torturas, Kwasniewsky dio respuestas evasivas similares a las que dieron los jerarcas nazis acusados en los juicios de Nuremberg por haber cometido crímenes de guerra. Kwasniewsky alegó que "Polonia había tomado medidas para poner fin a esas actividades en ese sitio y de hecho las actividades en algún momento cesaron." La vaguedad de Kwasniewsky sobre lo que él personalmente había hecho y cuando lo hizo, para detener las torturas, dice muchísimo acerca de su culpabilidad en la violación de las leyes de derechos humanos de la Unión Europea.

Kwasniewsky alega que Polonia en algún momento cerró el centro de Szymany. También aseveró que él solicitó a los norteamericanos que trataran a los detenidos como prisioneros de guerra, es decir, lo más humanamente posible de acuerdo con la Convención de Ginebra. Los brutales métodos de interrogatorio llevados a cabo por la CIA estaban muy lejos de ser humanos, tal como descarnadamente lo revela el informe del Senado.

El ex primer ministro, Leszek Miller se unió a Kwasniewsky para condenar la publicación del informe. Sin embargo, su consternación parece que tiene más que ver con la revelación del informe que una enorme cantidad de billetes de la CIA fue puesta en manos polacas por parte del embajador en Varsovia. Por lo menos un millón de dólares fueron pagados por la CIA para forrar los bolsillos de los cómplices dirigentes polacos.

Según el informe del Senado, luego que rechazaran el traslado de detenidos de alto nivel incluyendo al supuesto organizador del atentado del 9/11 Jalid Shaij Muhammad a Stare Kiejkuty, los dirigentes polacos se tornaron más "flexibles" luego que el embajador norteamericano entregó el dinero de la CIA a los dirigentes en Varsovia. Kwasniewsky y Miller sostienen estar consternados por las revelaciones del informe y su contenido. No obstante, estos dos dirigentes polacos que obviamente actúan como "traga monedas", parecieran tan "consternados" como el Inspector Reynaud en el film "Casablanca" cuando descubrió el garito en el Café de Rick un poco antes de recibir su sobre con un porcentaje en efectivo de las ganancias.

Kwasniewsky utilizó la ocasión de la publicación del informe para inferir que esto de algún modo también afecta las relaciones de Occidente con Rusia. Confiando en un argumento totalmente falaz, Kwasniewsky declaró que el informe sobre la tortura expuso las debilidades de Estados Unidos especialmente a los ojos de Rusia. El ex presidente de Polonia declaró que "con esta publicación los norteamericanos pierden su potencial como aliados". Dudoso estiramiento de la imaginación sugerir que la denuncia de las torturas norteamericanas a los prisioneros en Polonia de algún modo fortalecen a Rusia.

El ex presidente de Polonia, Lech Walesa, señaló que Kwasniewsky y Miller deberían enfrentar las consecuencias por haber permitido que un centro de la CIA funcione en Polonia.

El principal investigador del Consejo de Europa, Dick Marty, sobre los "sitios negros" de la CIA en Europa, ha acusado a Kwasniewsky a Marek Siwiec, jefe del departamento de seguridad de Polonia; al ex ministro de la defensa, Jerzy Szmajdzinski y a Marek Dukaczewski, jefe de la inteligencia militar polaca, todos ellos estaban en pleno conocimiento de los objetivos del centro de la CIA en Polonia.

Las investigaciones de Dick Marty también han señalado al ex presidente de Rumania, Ion Iliescu, al presidente saliente, Traian Basescu, al asesor presidencial de seguridad nacional, Ioan Talpes, al ex ministro de la defensa, Oran Mircea Pascu, al ex ministro de la defensa y ex jefe de la inteligencia militar rumana, Sergiu Tudor Medar, estaban al tanto de los objetivos del centro de la CIA denominado CENTRO DE DETENCIÓN NEGRO en el informe del Senado, ubicado en la Base de la Fuerza Aérea Mijail Kogalneiceanu, más conocida como "base aérea MK", situada a 25 kilómetros al noroeste del puerto de Constanta en el Mar Negro.

Iliescu alegó que él no tenía ningún conocimiento sobre el centro de detención de la CIA, haciéndose eco de las afirmaciones de inocencia de otros dirigentes de países europeos orientales miembros de la OTAN. Michael Guest, el abiertamente gay embajador norteamericano en Bucarest, cuando el CENTRO DE DETENCIÓN NEGRO estaba en funcionamiento, negó haber estado en conocimiento acerca del centro de detención. No obstante, el colega de Guest en Varsovia, Christopher Hill, estaba pagando a funcionarios del gobierno alrededor de un millón de dólares a cambio de un poco de "flexibilidad" de parte de Polonia en torno al CENTRO DE DETENCIÓN AZUL.

Valdas Adamkus, presidente de Lituania cuando el centro de torturas de la CIA estaba en funcionamiento cerca de la capital, Vilnius, dijo no tener conocimiento de su existencia. Adamkus, ex miembro del servicio de inteligencia militar de Estados Unidos durante la Guerra Fría, es una persona a la cual se le puede creer cuando se trata de operaciones secretas norteamericanas en el sitio de Vilnius. Aun siendo enfrentado por abrumadoras evidencias en sentido contrario, Adamkus dijo con la cara bien lavada, "yo todavía estoy convencido que no ha habido cárceles ni prisioneros" en Lituania.

El primer ministro lituano, Algirdas Butkevicius instó a Estados Unidos a informar a Lituania si estaba operando lo que el informe del Senado denomina CENTRO DE DETENCIÓN VIOLETA cerca de Vilnius. No obstante, Butkevicius solo necesita consultar con el parlamentario lituano Arvydas Anusaukas, quien encabezó una investigación parlamentaria la cual determinó que la CIA ejecutaba vuelos de traslado de prisioneros hacia y desde Vilnius. La presidenta de Lituania, Dalia Grybauskaite, señaló que Lituania asumiría algún tipo de "responsabilidad" por las torturas de la CIA si las informaciones del Senado resultaran ciertas. En todo caso, Grybauskaite, que acepta a fardo cerrado cada atisbo de propaganda del actual régimen de Kiev, pretende sentar una norma superior a la información minuciosamente investigada por el Comité de Inteligencia del Senado.

Pareciera que Washington si consultó con los líderes de tres de los cuatro países anfitriones de los "sitios negros" de la CIA antes de la publicación del informe. Tailandia, sede del CENTRO DE DETENCIÓN VERDE emitió una negativa general sobre el hecho que la CIA mantenía un centro de detención secreto en Tailandia. Suwaphan Tanyuvardhana, asistente del militar asignado al primer ministro y jefe de la Agencia de Inteligencia Nacional, señaló que debido a que Tailandia no había sido aludida por su nombre en el informe del Senado, ninguna base de la CIA existía en Tailandia. Comentario digno de un gobierno fascista instalado por militares.

Resulta irónico que los líderes de Polonia, Rumania y Lituania, donde el activista internacional "por los derechos humanos" y multimillonario, George Soros, ha construido una enorme infraestructura política y de "sociedad civil", negasen la presencia de centros de tortura de la CIA. No obstante, semejante hipocresía es evidentemente parte de la maquinaria de trabajo sucio de Soros a favor de la CIA. El defensor de los derechos humanos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Konstantin Dolgov, con razón solicitó una investigación sobre los abusos contra los derechos humanos cometidos por la CIA, abusos comparados con las peores prácticas de tortura cometidas por la Inquisición española.

Sin embargo, el director de la CIA, John Brennan el gran arquitecto del programa de traslados e interrogatorios de la CIA, no se muestra arrepentido y continúa armando letalmente a algunos de los peores abusadores de los derechos humanos del mundo, tanto en Siria como en Irak y otros países.

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Traducción desde el inglés por Strategic Culture Foundation Sergio R. Anacona

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Wayne Madsen

Escritor. Especializado en Asuntos Internacionales


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