“Dime con quien anda y te diré quién eres”. Qué bajito ha caído la desesperada derecha venezolana que vuelve a sorprender con unas de sus travesuras apátridas. Sin embargo, esta rebasó los límites de sus locuras al pretender traer como padrinos a dos enanos morales como son los expresidentes Andrés Pastrana y Sebastián Piñera (Patraña y Piraña), para hacer otro de sus continuos shows mediáticos y tratar de vender el gobierno revolucionario como opresor, fallido y dictador.
Tal descaro no tiene parangón. Tal atrevimiento causa estupor de ver cómo estos insensatos de María Machado, Antonio Ledezma y Henrique Capriles, le venden el alma al diablo con tal de ver destruida las esperanzas del pueblo venezolano. Cómo se revuelcan en el pantano al traer a este par de pillos asesinos, vagabundos, delincuentes que tienen sendas deuda inmensa con sus respectivos pueblos cuando fueron presidentes en Colombia y Chile, respectivamente.
El expresidente Andrés Pastrana carga en sus lomos, y por herencia, el protagonismo de miles de muertos enterrados en fosas comunes. Patrocinador del paramilitarismo, promotor del gran éxodo de millones de colombianos que fueron desplazados, que perdieron sus padres, hijos, familiares, viviendas y que prefirieron el destierro ante la ignominia de la crueldad de un Pastrana que coqueteó con el narcotráfico y asesinó familias colombianas con el propósito de mantener a un grupúsculos de familias adineradas neogranadina que no han permitido que se levante la voz de Nariño y de Gaitán, que es la voz de los más oprimidos de este vecino país.
Del austral Sebastián Piñera ni hablar, discípulo de Augusto Pinochet, el Hitlercito latinoamericano. La bestia más satánica que ha empañado nuestros pueblos. Quien se cansó de masacrar en un estadio de Chile a jóvenes por pensar distinto a sus arrastradas posiciones imperialistas. Todo un genocida que acabó con una generación de hombres y mujeres que se levantaron a apoyar un democrático Salvador Allende para caminar por las alamedas de la dignidad y el amor. Piñera, un pequeño “satancito” que acabó con la educación pública en Chile, que dijo sin tapujo, por la calle del medio, aquello que “todo en la vida tiene un precio y hay que pagarlo” allí metió educación, salud, cultura, deporte, todo. O sea, esto nos lleva a pensar que este diminuto ser tuvo que haber cobrado “algo” para haber venido al inquilino de Ramo Verde, no pudo haber venido gratis.
Pero ninguno de los dos, quiso reunirse con el comité de víctimas de las guarimbas fascistas y asesinas que lideró y llamó La Salida, el de Ramo Verde. Decenas de familiares enlutados que perdieron familiares, incluyendo una chilena en Mérida, fueron atendidos por estos dos señores que supuestamente vinieron a hablar de libertad y democracia. Cuál libertad y cuál democracia de este par de joyitas que son culpables de asesinatos, fosas comunes, represiones brutales y desaparición del acceso a la educación y salud de los pueblos.
Este par de pillos de la derecha internacional al servicio del imperialismo norteamericano, este par de joyitas no tienen ninguna moral ´para venir a exigir nada en este país soberano. Primero deberían reunirse con los familiares de los afectados para que dieran muestra de buena voluntad, pero todo obedece al libreto que bien le enseñan en el norte y que, por ende, cobran algunos dólares para venir a agitar a esta Venezuela que lleva 16 años soportando a una oposición irracional que prefiere el acabose a que continúen consolidándose el proyecto de nuestro Simón Bolívar y Hugo Chávez.
Se recuerda una entrega anterior, donde se habló del fracaso humano de los antichavistas y esta acción, esta tetra de traer a estos bandoleros políticos de Pastrana y Piñera, no es más que otro intento que demuestra cómo han perdido la brújula producto del odio y maldad del celofán que los envuelve.
