Para las personas que conocen, han vivido o sufrido de esa maligna enfermedad llamada Cáncer, el título de este articulo les llamará la atención y seguro lo leerán, pues les gustará imaginarse como aplicar esa mortal terapia a un país sin destruirlo.
Según el diagnóstico realizado por los “médicos del imperio” las células cancerígenas del chavismo invadieron el cuerpo político venezolano y amenazan extenderse a todo el continente latino que por ende coloca al mismo imperio en peligro de ser afectado. Hay posibilidades, ahora mismo, de hacerle un tratamiento de quimioterapia al Estado venezolano, de manera tal que no haga metástasis y se pierda para siempre la posibilidad de recuperarlo para la Democracia.
Una invasión masiva contra las células cancerígenas tiene sus riesgos, pero por lo menos no se puede decir que no se hizo el intento. La quimio ataca a todas las células del cuerpo , las benignas y las malignas; pero si algunas buenas sobreviven, hay la esperanza de la reconstrucción con células madres apoyado con fuerzas especiales.
Así pasó en IRAK y en todas las invasiones realizadas por USA durante los últimos 100 años en el mundo; aun cuando la terapia con quimio es costosa en vidas y destrucción de bienes, al final viene la reconstrucción y logran instalar plantas de Coca Cola y tiendas de comida rápida como McDonald’s, que terminan el trabajo iniciado por los marines y las tropas mercenarias. Es una formula exitosa y en Venezuela no hay razón para que no resulte.
En el tratamiento por quimioterapia a las células buenas no les queda más remedio que declararle la guerra a muerte a las células malignas o perecen con ellas cuando el agente invasivo comienza a atacar a todo el cuerpo. Es una cuestión de sobrevivencia. Ahí no vale tener contemplaciones y decir, “voy hacer algo por ti, porque tu no mereces ser arrastrada por el quimio invasor”. Este agente invasivo no sabe distinguir, cuando ataca al cuerpo como un todo, y si las células buenas tratan de proteger a las malignas perecen con ellas. Un ejemplo histórico de un hecho similar ocurrió cuando nuestro Libertador tuvo que dar la orden de pasar por las armas a 800 ciudadanos oriundos de las Islas Canarias, que estaban presos en manos de los patriotas, antes de emprender la huida hacia Oriente y la inminente entrada de Boves a Caracas.(1813).
Ante lo que parece ser las orden médica gringa, de aplicar la quimioterapia invasiva de tropas norteamericanas o mercenarias de Colombia, la Patria que nos legó El Comandante Chávez, no puede darse el lujo de “volver a sacar un crucifijo y pedir perdón a los que ahora vendrán como Enemigos de la patria y no como adversarios políticos con aspiraciones a tomar el poder. Ahora se trata de que todas aquellas personas, nacidas o nó en el país, que apoyen, estimulen o no se incorporen a la defensa de la patria debe n ser consideradas enemigas de ella y por lo tanto le cabe la aplicación del DECRETO DE GUERRA A MUERTE, emitido por nuestro Libertador en el año de 1813.¿Alguna duda?. Si yó, alguno de mis hijos, mis familiares y los amigos y amigas a quienes amo, es muerto o herido por alguien nativo o extranjero o daña nuestros bienes, durante un proceso de invasión territorial a mi país, automáticamente se convierte en mi enemigo y haré todo lo posible por vengarme de él o ellos. ¿Exagerado?. Demasiados ejemplos estamos viviendo actualmente en el mundo para pensar de otra manera. (No basta el caso Palestino?)