Para fortuna de todos los venezolanos, el pulso de la historia avanza con gran celeridad. Ello nos facilita la mejor comprensión de algunos hechos que por una u otra razón siempre nos fueron ocultados o desdibujados. Es el caso del beisbol. Todos conocemos la cómica que puso la selección nacional de Estados Unidos en el Clásico peloteril que acaba de finalizar en la ciudad de San Diego con el rotundo triunfo de Japón. Sin embargo, y como siempre fue en el pasado, los medios de comunicación en cada una de sus modalidades vienen anunciando la llegada para el mes que viene, de las mal llamadas “Grandes Ligas”.
¿Qué puede tener de grande una liga que ni juntando su mejor combinado logró obtener una figuración decente en el evento? ¿alguien duda de que el mejor beisbol del mundo sea en efecto el japonés o el cubano? ¿por qué llamamos “grandes ligas” al beisbol de Estados Unidos en detrimento del beisbol de nuestros países?
Es hora de que medios, periodistas y ciudadanos en general empecemos a llamar las cosas por su nombre, también en lo que al deporte se refiere. La pelota es una sola en todo el mundo. De hecho, un porcentaje muy grande de jugadores nacidos en diferentes latitudes es el que hace brillar al beisbol gringo. Entendamos de una vez que no se trata pues ese beisbol, del mejor del mundo. No lo es. Sus ligas son tan grandes como cualquiera de las ligas de nuestros pueblos, y “su” Serie Mundial no lo es tanto porque al culminar ese campeonato interno sólo se enfrentan los dos equipos finalistas de un mismo país. Entonces, ¿qué tiene de Mundial? ¿Por qué siempre no los han vendido como una final universal? ¿Por qué no es Mundial la serie desiciva en México, Puerto Rico, República Dominicana y Venezuela por nombrar tan solo algunos casos? Debemos reconocer, tal vez con un dejo de dolor, que siempre fuimos víctimas de un imperialismo deportivo que nos obligó a creer que en el Norte se residenciaba la crema y nata del estrellato. Nada más falso que eso. El lenguaje resultó ser un excelente instrumento de los poderosos para sumirnos en la confusión, el conformismo y la quietud.
Formulamos un respetuoso llamado a quienes de una u otra forma estén vinculados al uso de esta terminología para que vayamos poniendo las cosas en su lugar. Este llamado, por supuesto, se extiende con mayor inquietud a Venezolana de Televisión, el canal de todos los venezolanos que durante la excelente transmisión del Clásico Mundial de Beisbol anunció repetidamente la cobertura del campeonato nacional de Estados Unidos, campeonato al que también anunció como de “grandes ligas”.