1. El cartón publicado en Rebelión por Adán Iglesias, que habla de “un continente maduro” con brazos alzados, me ha llevado a pensar en el presidente de Venezuela Nicolás Maduro, bárbaramente amenazado por el imperialismo norteamericano y por la gran burguesía venezolana servidora del imperio. Son amenazas y acciones de sabotaje de los mandatarios de los EEUU desde que Hugo Chávez se hizo del gobierno hace 15 años. El cartón nos enseña que en toda América Latina se levantan banderas de apoyo a favor de Nicolás Maduro y por tanto de repudio para aquellos que buscan su derrocamiento; pero también da a entender que el continente está maduro y en proceso der alcanzar su mayoría de edad, saliendo en defensa de los derechos de 600 millones de iberoamericanos en un subcontinente de 20 millones de kilómetros cuadrados.
2. Reconozco que anima el optimismo de Iglesias porque esa visión levanta a los pueblos a luchar por sus derechos ante cualquier circunstancia; sin embargo es contraria a la mía que –aunque dispuesta siempre a luchar frontalmente contra el capitalismo donde se encuentre- sólo observa derrotas o por lo menos estancamiento en nuestras luchas frenadas por el gran poder de las burguesías y el imperio. Nunca he tenido duda que los pueblos siempre están dispuestos a protestar y batallar en defensa de sus intereses, pero hasta ahora sus fuerzas no han alcanzado, no han sido las necesarias para derrotar al sanguinario enemigo. Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y demás pudieron levantarse con gran gallardía, pero el capitalismo –particularmente los imperios- les han impedido sus desarrollos independientes.
3. La historia de Iberoamérica está llena de grandes batallas y avances de las luchas de nuestros pueblos: en Brasil Getulio Vargas y más tarde Goulart, así como el gobiernos de Lula, dieron un empujón importante; en Argentina el peronismo y ahora el kitchnerismo han creado algunas condiciones para avanzar; lo mismo que en Uruguay con el Frente Amplio y en los países donde gobiernos plenamente antimperialistas se están confrontando a las amenazas y trampas de los EEUU. Es realmente preocupante que en Chile, donde se fortaleció la izquierda allendista, hoy ese país siga más o menos sometido al imperio. Pero los pueblos no pierden la esperanza de recuperarse y avanzar. El imperio está preocupado indudablemente; pero sabe que aún tiene la fuerzas y los medios para seguir imponiendo su poder.
4. En Venezuela, como en otros países, las fuerzas lograron escalar el gobierno para realizar algunas transformaciones, pero siguen estando muy lejos de alcanzar el poder. Pienso que esos gobiernos están llenos de voluntad, de entusiasmo, de mucha honestidad para lograr que sus pueblos obtengan niveles de vida adecuados para vivir en paz; sin embargo no depende de sus buenos deseos o del desarrollo de la inteligencia y de las fuerzas en ese sentido, sino de una estructura capitalista que lleva dominando totalmente más de 200 años. ¿Cómo destruirla si controla los ejércitos, las armas, el dinero, las leyes, sobre todo, la ideología? Así como la revolución cubana determinó el sentido de mi vida, esa misma Cuba me demuestra que para liberarse primero hay que enterrar al imperialismo y al capitalismo.
5. ¿Y qué hacer ante esa superioridad aplastante que ha demostrado el imperio, el papado y toda la ideología? ¿Ponerse a llorar y lamentarse porque los cambios sociales, llámense independencias, reformas, revoluciones, rebeliones, no lograron que el 80 por ciento de nuestros pueblos salgan de la pobreza y miseria? Nada de nada con aquellas ideas que desanimen a luchar; al contrario: es necesario revisar a fondo nuestras estrategias con el fin de no cometer las mismas pifias que durante décadas hemos repetido. ¿Será que los objetivos y las tareas que nos hemos impuesto no corresponden aún a la realidad? ¿Será sólo una ilusión pensar que derrumbaremos el capitalismo en unas cuantas décadas de lucha sin darnos cuenta de que su dominación es de siglos y que nuestras estrategias por tanto son muy erróneas?
6. Si Rusia –después de hacer una revolución- se planteó desarrollar en 1917 un proyecto no capitalista –incluso le llamaron “socialista” y “comunista”, ¿Por qué se desplomó obligada por Reagan y el Papa, después de cumplir sólo 72 años regresando al capitalismo brutal? Si en la China de 1949 triunfó una revolución campesina, con sus comunas igualitarias y revoluciones culturales, busca construir una sociedad socialista, ¿Por qué duró sólo 30 años el ensayo y ahora adopta un capitalismo “sui generis”? Y Cuba que triunfó en 1959, realiza transformaciones radicales en sus primeros ocho años, sufre un bloqueo de más de 50 años, por angas o por mangas, ¿tiene que regresar al capitalismo? ¿Será que equivocadamente hemos llamado “socialismo” a sacrificados ensayos que sólo romperán la cáscara cuando realmente maduren?
7. Los gobiernos de EEUU, Inglaterra, Israel, México, Colombia, son gobiernos plenamente capitalistas, racistas, guerreristas, saqueadores de riquezas y terriblemente corruptos; en sus regímenes sólo han defendido los intereses del capital, ¿por qué no se han derrumbado si los pueblos durante siglos han sufrido miseria y hambre? No sé si la ideología de manipulación que transmite el capitalismo por los medios de información ha sido la dominadora o nosotros desde la izquierda hemos tenido miedo de radicalizar y profundizar las batallas de los pueblos. Tengo confianza en que el pueblo de Venezuela salga a las calles, haga crecer su dignidad y su odio a la explotación y al imperio y, como lo hizo en 2002, logre derrotar el posible golpe de Estado o invasión yanqui.