Ejemplos recientes de ello es el 23 de enero de 1958. Allí están las imágenes que hablan por sí solas. También el 27 de febrero de 1989. Medalla de oro para el 13 de abril de 2002, durante el rescate del Comandante Chávez; también dorada para agosto de 2004 cuando triunfamos en el referéndum presidencial; una más para 2013, cuando el llamado a “descargar la arrechera” del fascismo no nos inmutó a pesar de la pérdida de 14 héroes y heroínas; otra de oro en 2014 cuando las guarimbas no nos movieron el piso, no obstante las 43 víctimas que aún lloramos. Y así, una larga cadena de éxitos morales y de combate.
La derecha no está en capacidad de sacar la misma cuenta. En el 58 nadie salió a defender a Pérez Jiménez; en el 89 nadie defendió a los explotadores; en 2002 nadie salió a reponer a Carmona; en 2004 y 2013 solo cacarearon para pedir conteo y durante las guarimbas tuvieron que meterse la lengua en el bolsillo porque tamaña brutalidad se les revirtió en la misma medida en que fracasó.
¿Qué a qué viene todo este discurso?, la respuesta es muy sencilla: ya estamos enfrentando al enemigo imperial que una vez más nos amenaza. Movilizaciones, concentraciones, recolección de firmas, maniobras cívicas-militares, ofensiva diplomática, tuitazos y un Presidente inspirado en las doctrinas de Bolívar y Chávez, dejan saber que no somos blanco fácil de nadie.
Pacíficos y pacifistas sí, pero pendejos, no. Tendrán que bombardearnos copiosamente y no dejar rastro de ninguna y ninguno de nosotros, para vencernos. Es su única opción. No tienen otra.
¡Chávez vive…la lucha sigue!