“Cuando juré el 07 de julio de 1975 con mi sable de subteniente en el patio
de honor de la Academia Militar, cuando yo saqué mi sable para jurar,
juré en firme y juré en serio:“Jura usted delante de Dios y la bandera ,
defender la patria hasta perder la vida”. No sólo defenderla digo yo,
amarla. Porque para defenderla hasta perder la vida necesario es
amarla. El que no ame esta patria…La Patria es, en primer
lugar como dice Alí Primera, el hombre, el ser humano.”
Hugo Chávez
Según los diccionarios con la Patria (del latín patrĭa, familia o clan, patris, tierra paterna > pater, padre o terra patrum = tierra de los padres) se suele designar al país o tierra natal o adoptiva a la que se sienten vinculadas las personas por razones de diversa índole sean estas afectivas y sentimentales, culturales o históricas.
Es el amor que surge hacia la tierra que nos vio nacer, la que tiene encerrada la historia de los antepasados, sus luchas, sus miedos, sus conquistas, sus aciertos y sus errores.
Envuelve o debería envolver un sentimiento muy elevado para las personas a tal punto que siendo la madre de cada uno, ese ser individual especial que colocamos por sobre todos los demás, ella misma encuentra en esta otra madre, la Patria, que es de todos, alguien todavía más especial. De ahí que Simón Bolívar dijera:
“Cuando el clarín de la Patria llama hasta el llanto de la madre calla”.
Sin embargo la propia palabra patria no escapa a las controversias sociales, políticas e ideológicas y por eso a pesar de los sacrificios hechos en su nombre la vemos hoy usada en sentido de burla en medio a las dificultades que enfrenta la población venezolana para adquirir los productos de la canasta familiar en medio de la guerra económica que ya nadie puede negar: “no hay harina, pero tenemos patria” es una de las tantas frases con las que en el día a día se pretende cuestionar al gobierno bolivariano por su insistente reivindicación de la patria y la soberanía.
Al parecer el término patria surge en Roma y era usado como la única expresión que tenía un carácter jurídico y político. Por patria se entendía la ciudad de la que una persona formaba parte y como Roma era la ciudad por excelencia tener la ciudadanía romana era el mayor prestigio que podía tener un ciudadano en la época. Esto originó el desarrollo, por un lado, de un sentimiento “patriótico” y por otro la posibilidad de que la persona tuviera una doble patria en el caso de que hubiese nacido en otro lugar que no fuese Roma.
Esta concepción localista de la patria circunscrita apenas al lugar de nacimiento o a la ciudad, se prolongo por varios siglos (hasta aproximadamente el siglo XVIII) cuando empezaría a usarse con más frecuencia el adjetivo de “patriótico” como sinónimo de comportamiento ejemplar ya sea en la defensa de la ciudad de pertenencia como en el ejercicio de cargos públicos.
Patriota, patriótico, patriense, compatriota, compatrioto o patriero servían sobre todo para expresar relaciones como la de satisfacción por el encumbramiento de personas que pertenecían a la patria, esto es al municipio o pueblo: en último término porque se celebraba su éxito pero también porque se presumía el bien que podía reportar a la comunidad de origen. (1)
En 1797 ocurrió La conspiración de Gual y España considerada como el primer movimiento independentista que intentó liberar a Venezuela del yugo español. Tuvo su epicentro en el puerto de La Guaira y rápidamente se extendió a Caracas, pero fue delatada y derrotada. Al leer las declaraciones que constan en El Archivo General de Indias hechas por los delatores puede leerse de uno de ellos: [el pardo Diego Vega, alias Peralta, confabulado de La Guaira] “(…) me dijo que en Cumaná había muchos patriotas”. (2) Otro delator al referirse sobre el sargento veterano Santiago Rusiñol declara: “Rusiñol era uno de los patriotas y de los principales partidarios de la revolución”. (3)
Publicada por Francisco de Miranda en 1799 (original en francés) y por el mismo Miranda en español en 1801 (redactada hacia 1791) vio la luz un documento histórico considerado como la primera llamada pública a favor de la independencia hispanoamericana escrita por un criollo o “español americano” como decía su autor. Se trata de la Carta a los españoles americanos escrita por el jesuita peruano Juan Pablo Viscardo, quien es considerado además, por este documento, como el primer precursor ideológico de la independencia americana. Viscardo exhortaba a los criollos hispanoamericanos a conseguir su independencia de España, demostrando la justicia de tal actitud convencido de que: “El Nuevo Mundo es nuestra Patria, y su historia es la nuestra (…)” (4)
En la Gazeta de Caracas del 17 de marzo de 1808 podía leerse también: “el patriotismo crece, el entusiasmo se aumenta; la nación conoce ya sus derechos y deberes”. (5)
En México el 10 de septiembre de 1809, casi un año antes de que se iniciara su guerra de independencia en 1810, apareció en el Diario de México la declaración de una señora yucateca influenciada por las ideas de Miguel Hidalgo y Costilla líder de la primera etapa del movimiento independentista mexicano:
“(...) sí hijos míos, la patria, la amable patria, no es otra cosa que la dulce unión que ata a un ciudadano con otro por los indisolubles vínculos de un mismo suelo, una misma lengua, y unas propias leyes, (...)” (6)
El 14 de septiembre de 1813 José María Morelos y Pavón, líder de la segunda etapa de la guerra de independencia mexicana (1811-1815), presentaba en la apertura del primer Congreso de Anáhuac (Congreso de Chilpancingo) su proclama “Los sentimientos de la nación” y en ella decía: (…) recibid el más solemne voto que a presencia hacemos en este día de morir o salvar la patria... morir o salvar la patria.” (7)
En Uruguay el 18 de mayo de 1811 se libra la batalla de Las Piedras en la cual Artigas despliega sus dotes de estratega, venciendo al ejército español, más numeroso y mejor apertrechado que el uruguayo. Al terminar el parte de dicha batalla desde su campamento del Cerrito, Artigas escribe: “Son los momentos en que me considero elevado por la fortuna al grado de felicidad más alta, si las armas de mi mando han podido contribuir a perfeccionar la gran obra de libertad de mi amada patria”. (8)
4 años después, en 1815 y por instrucción del propio Artigas, se fundaría en Purificación el primer plantel de educación pública de su país, llamándolo “Escuela de la Patria”.
En fin está más que claro que la idea, el sentimiento y la propia realidad geográfica de lo que ha venido a consagrarse como la Patria hace parte constitutiva en mayor o menor medida del sentimiento de pertenencia de cada uno de los pueblos latinoamericanos. Es la idea fundante de la identidad de cada uno de nuestros pueblos y tuvo tanta potencia que hizo posible las más asombrosas hazañas y sacrificios que dieron como resultado, a pesar de los defectos e imperfecciones de la historia, la creación de un Nuevo Mundo.
Resulta fácil hoy concebir que existe una América Latina y caribeña pero reconozcamos que eso solo fue posible porque hubo un proceso de lucha independentista movido por un conjunto de ideas nobles de justicia, igualdad y libertad todas ellas arropadas por el manto impulsor de la idea de Patria. Ahora entendemos mejor que significación profunda tenía para Bolívar decir: “Cuando el clarín de la Patria llama hasta el llanto de la madre calla”.
Antes sin embargo debemos comprender y redescubrir de nuestro pasado para la construcción de nuestro presente y nuestro futuro las fuerzas, errores y contradicciones que silenciando a los clarines dejaron a nuestras madres sin ninguna fuerza que les permitiese callar su llanto ante el maltrato y la humillación a que fueron sometidos sus hijos e hijas por 200 años.
Con la muerte de Bolívar, muere la visión estratégica del Libertador sobre la unidad de la Patria Grande, y surgen las republicas oligárquicas. Sin proyecto ni liderazgo las energías revolucionarias terminaran trasladándose un siglo después al suelo europeo. Del congreso anfictiónico de Panamá (1826) convocado por Bolívar para unir confederativamente a las varias patrias revolucionarias hispanoamericanas y hacer frente a las potencias de su época, buscando “el equilibrio del Universo”, pasaríamos a la Primera Internacional de los trabajadores de Marx (Londres 1864) que buscaba unir a los proletarios del mundo para poder enfrentar a un agresivo y despiadado capitalismo que cada vez se internacionalizaba más para explotar y oprimir a los pueblos. Esa Primera Internacional era la concreción práctica y organizativa de la célebre frase con que termina El Manifiesto Comunista de 1848: “¡Proletarios de todos los países, uníos!”
Vendrían tiempos de guerras imperialistas y de revoluciones populares. De la Primera Guerra Mundial (1914-1918) surgiría la Revolución Rusa de 1917y de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) surgiría la Revolución China de 1949. EL mundo ya no sería el mismo y un nuevo imperialismo entraba en escena de la manera más monstruosa. En 1945 las primeras bombas nucleares de la historia eran lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki. Las primeras y las únicas hasta hoy, “merito exclusivo” de Los Estados Unidos de Norteamérica.
Bolívar había tenido ya en 1829 la agudeza visionaria de afirmar que: “Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad”, pero mal podía él suponer que esas miserias se plagarían por todo el planeta.
Esto empezaría de manera subrepticia allá por 1823, cuando los EEUU empezaron a desarrollar una concepción imperial de patria postulando la llamada Doctrina Monroe que tenía como lema central: “América para los americanos”.
Ya por esa época hubo otro latinoamericano, contemporáneo de Bolívar, que supo desenmascarar el significado aparentemente solidario y unificador de esa doctrina. Decía el comerciante y político chileno Diego Portales (1793-1837): “Sí, pero hay que tener mucho cuidado: para los americanos, los únicos americanos son ellos mismos”. (9)
Tendrían que pasar siglos para que se recuperase el espíritu bolivariano. Todavía en el siglo XX, como consecuencia de las dictaduras y golpes militares que habíamos padecido, era inconcebible aceptar que los militares, otrora independentistas, pudiesen jugar un papel genuinamente patriótico, progresista y transformador y mucho menos revolucionario como sí logro hacerlo el Comandante Presidente Hugo Chávez. Su impulso fue capaz de producir este renacer de la esperanza en latinoamérica y el Caribe, una esperanza que hoy recorre el planeta.
Ahora, gracias al decreto infame de Obama (9 de marzo 2015) empezó otra vez EL GRAN DEBATE. Como en el tiempo de nuestros libertadores la historia nos vuelve a desafiar: Ser o no ser patriota. Pero recordemos otra vez que ellos mismos los norteamericanos, desde la Doctrina Monroe, mantienen su propia concepción de la patria y el patriotismo. En el 2001 a raíz de los (auto?) atentados a las Torres Gemelas las autoridades norteamericanas hicieron aprobar una ley, que sigue vigente, y que ha sido duramente criticada por organismos de derechos humanos dadas sus restricciones a las libertades y garantías constitucionales tanto para norteamericanos como para extranjeros. Esa ley se llama, léase bien, “Ley Patriota” (USA PATRIOT Act).
Ante la complacencia con estos ataques de EEUU por parte de ciertos ciudadanos y ciudadanas de la república, pensamos que los venezolanos y venezolanas que no defienden a su país como patriotas son vampiros de nuestra nacionalidad. Portan una cédula y un pasaporte que los califica legalmente como “venezolanos (as)” pero no se comportan como tales. Al mismo tiempo mientras hacen un uso falso con su hueca nacionalidad se presentan por el mundo como gente "instruida”, inteligente y “sensible” que también tiene sueños, sin embargo estos no son ni propios ni genuinos. Han hecho suyo “el sueño americano" de los gringos. Por eso los ven a ellos y sí mismos como lo máximo. Se comprueba de esta manera cómo funciona a la perfección la maquinaria publicitaria de los Imperialistas llamada eufemísticamente de “Industria del entretenimiento”. En ella, de manera “divertida” y siempre con “mucha acción”, los triunfadores y héroes de cada película que salga de Hollywood (California, EEUU) o de sus maquilas de otras partes del mundo, tendrán sutil o descaradamente ese sello imperialista de superioridad. Su objetivo permanente es robarle a los pueblos su sentido de identidad, de pertenencia, de lucha y sobretodo su concepto de Patria para poder someterlos culturalmente a sus intereses imperiales. Por ello nuestros transculturizados criollos siempre estarán dispuestos a denigrar de su país y aceptar, para colmo de la antinacionalidad, que este sea invadido por los poderes imperiales extranjeros. Aceptan esto y mucho más con tal de legitimar de manera esquizoide el odio fanático y hasta racista que se han empeñado en mantener contra el gobierno bolivariano y contra todo lo que representa y lo que lo representa (quemar un CDI, una estación del Metro o una camioneta de CANTV no es una nueva modalidad de hacer política, es una nueva patología que debe ser estudiada por la psiquiatría).
Uno puede aceptar en la pluralidad y diversidad democráticas que se consideren anticomunistas, antichavistas y anti revolucionarios. La fuerza de la verdadera democracia está en soportar eso y mucho más. Pero como todo en la vida, la diversidad y pluralidad democráticas tienen un límite, el que marca el cumplimiento de la Constitución y las leyes de la Republica Bolivariana de Venezuela. Hay venezolanos aguajeros, que son pura "cédula", que no sienten a su tierra, a su Patria. Habría que preguntarles cuál es su identidad nacional y en que misteriosa ideología la sustentan.
¿Por qué no son capaces de tener la altura que si tuvo a comienzos del siglo XX el “Mocho” Hernández? Este dirigente político, habiéndose alzado en oposición armada contra Cipriano Castro, tuvo la grandeza venezolana de ponerse al lado de su presidente para defender al país cuando en 1902 varias potencias extranjeras (Alemania, Inglaterra e Italia) bloquearon los puertos de Maracaibo, Puerto Cabello, La Guaira, Carenero, Guanta y Cumaná.
Este patriota y opositor radical al gobierno (tomen nota) supo decir en aquel momento: “La patria está en peligro y yo olvido mis resentimientos para acudir en su auxilio...” (10)
Algo similar había dicho también en el sur, en tiempos de Bolívar, el General San Martín: “Cuando la Patria está en peligro, está permitido todo excepto no defenderla".
Por lo visto, por ahora, solo los diputados opositores Ricardo Sánchez y Carlos Vargas cargaran con legitimidad su cédula de identidad como auténticos ciudadanos de la Republica Bolivariana de Venezuela. Es meritorio que en nombre de la patria hayan sido capaces de asumir una postura política venezolana.
Si hoy los demás dirigentes opositores no pueden dar ese paso entonces no les queda más remedio que ser “coherentes” y hacer sus maletas y escoger uno de los casi 200 países que hay en el mundo e irse a vivir al que mas sea de su preferencia y conveniencia. Sabemos quién les ofrece visas para conspirar contra Venezuela. El pueblo opositor tiene por suerte más conciencia de Patria, y tal como lo revelan las encuestas, está mayoritariamente en contra de las sanciones del imperialismo y su ejecutor el Nobel de la Guerra, Barack Hussein Obama.
Y así como en los años 60, miles de jóvenes se lanzaron a las calles de los EEUU para protestar contra la guerra de Vietnam al percibir la incoherencia, la contradicción y la hipocresía de una América del Norte que decía defender la justicia y la libertad mientras bombardeaba un pequeño país, nuestros jóvenes militares patriotas, con Hugo Chávez a la cabeza, dieron un pasó al frente al no poder convivir más con la incoherencia, la contradicción y la hipocresía de pertenecer a unas Fuerzas Armadas que decían defender a los venezolanos mientras afuera de los cuarteles el pueblo padecía hambre, miseria y hasta la mismísima brutal represión como en el caracazo de 1989.
Ahora uno puede entender mejor a esos muchachos y muchachas y de porque Chávez dijo una y otra vez: “Para defender la patria, hay que amarla primero.”
También se entiende mejor ahora aquel relato íntimo de Chávez, en primera persona, cuando confesó sus sentimientos en aquel febrero de 1992:
“Digo que a mí me tocó lo mío porque yo nunca voy a olvidar aquella noche. Era febrero. Había cielos claros, el verano no había llegado. Y era 1992 y después de un camino medio largo ya, me tocó lo mío. Me tocó igual una madrugada llegarle a la mujer, a la negra Nancy a decirle: Negra me voy, no sé si vuelva. Y lo más duro, no se lo deseo a nadie saben. Abrir la puerta del cuarto de los muchachos y mirarlos allí, a la Rosa Virginia, tenía 12 años, con sus pelo churruscado, dormidita, arropadita. Y a la María Gabriela con su pelo de india y su cara de india, es india, tenía 9, arropadita, con un ventilador que daba vueltas. Y allá, en la esquina de allá, Huguito, el catire gordo, seguro estaban soñando. Huguito tenía 7 años.
Despedirse de los hijos, darles un beso y con cuidado para que no despertaran darles la bendición a la una, a la otra y al otro y adiós. No sé si vuelva.
Me tocó lo mío también, los dejé chiquitos pero no por maluco, por patriota!”
La Patria es una necesidad. La unión de los Patriotas es una prioridad. Debemos empezar por cada uno de nosotros. Luego por nuestra familia, luego nuestros amigos y amigas después nuestra comunidad hasta que por fin, a fuerza de conciencia y amor llegamos (o deberíamos hacerlo), a la más elevada de las pertenencias humanas que podemos alcanzar para este tiempo histórico que nos está tocando vivir, la Patria Grande.
Por qué habrá también un día todavía más elevado en el cual como dijo José Martí, la patria será la humanidad. Un día en el cual las fronteras serán apenas un punto y una raya en el mapa. Un día donde convivir en cualquier lugar del mundo con un brasileño, un argentino, un chino, un ruso, un francés, un griego, un africano, será tan normal y natural como cruzarnos en la calle y convivir hoy en Venezuela con un margariteño, un caraqueño, un zuliano o un llanero. Pero para que ese tiempo llegue faltan todavía muchos esfuerzos y muchas luchas. Será necesario que muchos pueblos del mundo digan con nosotros: “(…) y si el despotismo levanta la voz, seguid el ejemplo que Caracas dio.”
Practiquemos la solidaridad, la honestidad, el respeto y la apuesta permanente a ser cada día más y mejores venezolanos pues como dijo Chávez con nuestro Alí Primera, ”La Patria es el hombre, el ser humano.” Firmamos a favor de Venezuela. A favor de la Paz. Somos Vanguardia. Somos Esperanza. Somos los hijos de Bolívar y Chávez. Somos la PATRIA!
(@AnisioVenezuela - anisiopires1992@gmail.com)
Notas
(1) http://digital.csic.es/bitstream/10261/16351/1/NacionDIndianoCordoba2005.pdf
(2) http://digital.csic.es/bitstream/10261/16351/1/NacionDIndianoCordoba2005.pdf
(3) http://digital.csic.es/bitstream/10261/16351/1/NacionDIndianoCordoba2005.pdf
(4) http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/todaslasartes/incu/incu4.htm
(5) http://digital.csic.es/bitstream/10261/16351/1/NacionDIndianoCordoba2005.pdf
(6) http://www.jornada.unam.mx/2005/10/15/index.php?section=cultura&article=a05a1cul
(7) http://www.pim.unam.mx/catalogos/hyd/HYDVI/HYDVI0242.pdf
(8) http://www.chasque.net/vecinet/artigas3.htm
(9) http://es.wikipedia.org/wiki/Doctrina_Monroe
(10) http://www.aporrea.org/tiburon/a39850.html