Desde la segunda mitad del siglo XX cuando se imponen la Doctrina de Seguridad Nacional y el anticomunismo con la fuerza militar como partido armado (Doctrina Truman), todas las concepciones bolivarianas se dislocaron. Por eso la importancia de introducir cambios en la doctrina militar, recuperando los preceptos del Padre de la Patria, Simón Bolívar. Así mismo, Hugo Chávez con el Internacionalismo comenzó a plasmar, en escala mayor, la geoestrategia de la Revolución Bolivariana. La existencia de nuevos polígonos de poder planetario, en detrimento de Washington, ya no es una quimera, y esta refulge fincada en dos convicciones dominantes: la crisis mundial del capitalismo se acelera; el imperialismo ahora en una peligrosa agonía. De ahí la voluntad comunicativa y política resultado de verdades simples: es preciso oponer un mundo pluripolar a la hegemonía estadounidense; frente a la crisis estructural del sistema mundial, la única alternativa es el socialismo (ALBA-PETROCARIBE-UNASUR-
Estos objetivos están en el horizonte. La verdad, cuando se hace evidente, conquista, entusiasma. Hay que entender la información como punto de apoyo esencial para el conocimiento; como clave para educar políticamente a las mayorías, a las que hay que transferirle gradualmente instrumentos de poder efectivo. La información es, en consecuencia, imperiosa necesidad política. El tiempo es la sustancia clave del accionar político. Detener el puño atómico del imperialismo acorralado por la crisis capitalista es el eje de toda política y de cualquier estrategia. Ése es en definitiva el saldo trascendental de la Revolución Bolivariana: el fortalecimiento de un conjunto heterogéneo de países y gobiernos, destinado a dificultar y eventualmente impedir la demencial carrera guerrerista de los EEUU.
Insisto en que no se puede perder tiempo con la diversificación económica y generar productos de exportación con valor agregado, así Venezuela gana independencia económica y soberanía. Queda dicho que tales lazos económicos sostienen con solidez estratégica un realineamiento político ya palpable en la constitución de nuevos polos económico-político-