Perversidad y altruismo

Definitivamente, está de moda. Perversidad es el arma de preferencia para atacar a aquellos que se atreven a contrariarnos. Lo hacemos sacrificando el significado de Dios, la vida y la naturaleza, reduciendo todo a niveles asombrosamente fútiles e insustanciales.

En el campo político abunda gente armada de perversidad. Pareciera un artículo de primera
necesidad para la supervivencia en ese medio de vida. La maldad da notoriedad a algunos que de otra manera serian invisibles.

En las semanas previas al Campeonato Mundial de Béisbol, la perversidad bateó de primero. El Representante al Congreso de los Estados Unidos Lincoln Díaz Balart hizo uso de su influencia política para tratar de evitar la participación del equipo de Cuba.

¡Y Cuba es su patria natal!

En una acción totalmente personal además de injusta, Díaz Balart le pidió al Departamento del Tesoro de USA prohibir la participación del equipo cubano. Su lógica era tan maligna como frívola: si el equipo cubano gana dinero en los Estados Unidos, se estaría violando el embargo económico vigente desde hace más de cuarenta años.

En una demostración de clase y virtud sin precedentes, Cuba aceptó donar cualquier posible ganancia a los damnificados del huracán Katrina a cambio de poder participar en el campeonato mundial. Es probable que Díaz Balart hasta se acredite lo grande de la donación.


Cuba llegó de segundo, presumiblemente segundo también en ganancias.

Elio Cequea

elio@vheadline.com


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Elio Cequea


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