En blanco y negro

Dominación

La sociedad como ha ido en proceso inmersa y controlado por el capitalismo salvaje ofrece muy pocas posibilidades para su supervivencia. Es necesario que sufra una transformación en la que el desarrollo libre de cada uno sea la condición para el desarrollo libre de todas y todos. El imperativo histórico de la unidad de los pueblos es cada vez más necesario para contrarrestar la supuesta legitimidad del capitalismo global que está erosionando la vida de miles de millones de mujeres y hombres en el mundo.

El sindicato de Estados imperialistas que integra la OTAN ha llamado a reagruparse entorno a EEUU tras declarar que "un ataque a algunos de sus miembros es un ataque a todos"; es una fuerza militar de intervención global. Entre tanto, Washington erige la sociedad que en nombre de la libertad continúa con la pertinaz lluvia de amenazas y ha ido inoculando miedo a persona por persona, a negarse a ser libres. Allí están los affaire monumentos de la chatarra del dólar y el mundo de los negocios representados por el FMI, el Banco Mundial y tantos otros organismos multilaterales que dan "legitimidad democrática" para fomentar el hambre y la miseria, así como la guerra y la muerte que ofrece el Pentágono. En este espeluznante escenario los medios de comunicación social privados editan la realidad a favor de los intereses imperiales.

La doctrina militar de EEUU del "Dominio del Pleno Espectro" visibiliza sus ambiciones de dominio de la humanidad, por aire, mar y tierra, mediante un sistema de armas complejas e interrelacionadas de tipo convencional y no convencional, esto es, con opciones biológicas, químicas, geofísicas y nucleares. La práctica de dominación la cristalizó el ateniense Tucídides en los orígenes de las guerras: "los fuertes hacen lo que quieren y los débiles sufren como es menester". Es decir, los Estados imperialistas hacen creer que sus crímenes y asesinatos son justos por poderosos, y lo que sufren los pueblos es su culpa por débiles. Por ejemplo, cuando Washington se preparaba para derrocar al presidente, Salvador Allende, el Consejo de Seguridad habló sobre la necesidad de controlar el hemisferio y si no lo hacía difícilmente podía intervenir otra parte en el mundo; la credibilidad de la Casa Blanca se vería socavada, como lo expresó Henry Kissinger. He ahí la consecuencia.

Las agresiones desde afuera contra Venezuela no son sorpresivas así como las violentas reacciones entre las elites tradicionales respaldadas por la superpotencia hemisférica. Luego, las barreras impuestas por la Revolución sí continúan remontándose, sus resultados van a transformar de manera significativa el curso de la historia latinoamericana y su impacto más allá de ella será un ejemplo para el conjunto de la humanidad. Y recordemos que Nuestra América es el epicentro de las más cuantiosas reservas energéticas y de biodiversidad del planeta y está reclamando la unidad de los pueblos. La guerra asimétrica o no convencional continuará por largo rato.



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Alberto Vargas

Abogado y periodista, egresado de la UCV, con posgrado en Derecho Tributario y Derecho Penal. Profesor universitario en la cátedra de Derechos Humanos

 albertovargas30@gmail.com

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