¿Será el ecosocialismo una utopía?, ¿cómo calzar la formación de ciudadanos en ecosocialismo con la apertura de Venezuela a corporaciones mundiales dedicadas a la extracción de minerales que generan saldos irreparables en los ecosistemas?, ¿estará el Banco Mundial adentrando sus tentáculos en la exploración y explotación de una reserva de oro certificada: Las Brisas y Las Cristinas ubicadas en el Escudo Guayanés?, ¿desde cuál perspectivas educamos en ecosocialismo en los organismos gubernamentales y universidades en Venezuela?, ¿cuál ha sido o será en pronunciamiento del recién creado Ministerio del Poder Popular para el Ecosocialismo y Aguas, a través de su Viceministerio de Gestión Ecosocialista del Ambiente, en torno a la creación de Empresa mixta con Gold Reserve?, ¿qué pensar ahora del "Plan Caura" implementado en el 2009 como freno al daño ecológico causado por la minería irracional en uno de los escenarios de mayor diversidad biológica del mundo: las cuencas de los ríos Caura, Caroní, Icabarú y Paragua en el estado Bolívar? Son algunas de las diversas interrogantes que nacen en torno a este tema.
Gold Reserve es una empresa de origen Canadiense constituida en 1956 bajo las Leyes de la Provincia de Alberta en Canadá, con el objeto de adquirir, explorar, explotar y desarrollar propiedades mineras y hacerlas "productivas", en el sentido de lucrar a corporaciones como éstas y ofrecer liquidez en divisas extranjeras a los países con los que se generan acuerdos para tal fin.
Esta empresa cotiza en la Bolsa de Valores de Toronto y en los Mercados de Cambio. El impulso más importante lo logró en 1992 a través del "Proyecto Brisas", consolidado entre Canadá y Venezuela, cuya ubicación con fines mineros estaría concentrada en el Km 88 al Sur de El Dorado en la carretera 10 y a 373 Km al sureste de Puerto Ordaz, en el estado Bolívar en la República Bolivariana de Venezuela.
De 1992 a 2009 transcurrieron años de explotación de oro y cobre en el Escudo Guayanés de Venezuela, significando esto más de 2000 perforaciones que se traducen en casi 400.000 kilómetros, con el consecuente daño ecológico a un espacio de tierra que aglutina 10,2 millones de onzas de oro y 1.4 millones de libras de cobre certificadas como reservas mundiales. Durante este tiempo la organización invirtió unos US$300 millones aproximadamente en el "Proyecto Las Brisas" que esperaba recuperar mediante una demanda ante una instancia internacional.
Ante el deterioro al equilibrio del ecosistema las autoridades venezolanas se pronunciaron con firmeza desde el 2009, revocando concesiones a Gold Reserve y generando planes como el denominado "Plan Caura", el cual estuvo bajo la tutela del Ministerio Público a través de la Dirección de Defensa Integral del Ambiente y Delito Ambiental y el Ministerio del PP para la Defensa, cuyo objetivo fue recuperar los territorios desbastados por la minería ilegal en los ríos Caura, Caroní y La Paragua; la desforestación, los impactos ambientales y la erradicación de la minería ilegal en la cuenca del río Caura. Sin embargo, con este plan, que ya para el 2010 había tomado otra envergadura, al ser supervisado desde el Estado Mayor encabezado por el entonces Vicepresidente de la República Bolivariana de Venezuela, Elías Jaua; se habían puesto en marcha otros: Plan Piar (2003), Misión Piar (2004), Reconversión Minera (2006) y por último, Plan Caura (2010), todos con la misma acometida: frenar la situación de la minería en el estado Bolívar.
En relación a la cancelación de la concesión para la explotación de oro a la Empresa Gold Reserve por el estado venezolano en el 2009, la empresa introdujo una demanda ante el Centro Internacional para el Arbitraje de Disputas sobre Inversiones (CIADI), del Banco Mundial, reclamando inversiones en Brisas y la Concesión de Choco 5.
Pasarían algunos años antes que el ente internacional diera su veredicto en relación al cese del proyecto aurífero en Venezuela, siendo en el 2014 cuando el Tribunal Arbitral del Banco Mundial fallo contra Venezuela y se fijó un monto de US$750 millones a favor de la minera canadiense.
Bajo este panorama, paradójicamente, Venezuela ha firmado este año un convenio con la Empresa Gold Reserve para la explotación y exploración de oro y cobre en el estado Bolívar, en los mismos escenarios donde fueron suprimidas las concesiones, por generar impactos negativos en el ambiente y no ser cónsonos con la práctica del ecosocialismo.
En esta nueva etapa el proyecto requiere de casi US$2 millardos donde pudiera tener sus ramificaciones el Banco Mundial, en cuanto al tema del financiamiento, asimismo, el convenio permite la extracción de aproximadamente 140.000 toneladas diarias del material mineralizado. Como parte de la reactivación y puesta en marcha se fijaron algunos acuerdos previos:
-
Dejar sin efecto la indemnización de los US$750 millones que Venezuela estaba obligado a cancelar a Gold Reserve, de acuerdo al fallo determinado por el Centro Internacional para el Arbitraje de Disputas sobre Inversiones (CIADI), del Banco Mundial.
-
Se explotará la mina "Las Brisas" y también "Las Cristinas", siendo esta última la tercera reserva certificada más grande del mundo con al menos 55 millones de onzas del mineral y casi 4,2 billones de libras de cobre.
-
Venezuela tendrá la mayoría accionaria en la Empresa Mixta creada.
-
James H. Coleman, Director y Presidente de la Junta de Gold Reserve expresó que "siente confianza en regresar al país aun habiéndose establecido nuevas condiciones de trabajo"
-
La empresa canadiense quedará exonerada de cancelar impuestos al estado venezolano.
-
El oro extraído no será vendido sólo al Banco Central de Venezuela sino también podrá ser comercializado ante otros mercados mundiales interesados en el mineral.
En general, todos los acuerdos equidistan de la reforma de la administración ambiental que desde el Ministerio del Poder Popular para Ecosocialismo y Aguas de la República Bolivariana de Venezuela, se exhiben y proclaman, la cual expresa en su portal: "nace con el reto de introducir la conciencia ambiental en el modelo alternativo de desarrollo diseñado en el Plan de la Patria y tiene como una de sus tareas principales, el suministro de información al público en general". En tanto, reza dentro de las competencias del Viceministerio de Gestión Ecosocialista del Ambiente dependiente de esta cartera ministerial "in comento", lo siguiente:
"(…) impulsar la planificación y desarrollo de políticas ambientales que orienten nuestra gestión hacia la construcción de un modelo alternativo, basado en una relación más armónica entre los seres humanos y la naturaleza. Esta gestión se articula con otros ámbitos de la gestión pública para garantizar la sustentabilidad ecológica, política, económica, social y cultural. Para lograr este objetivo, el despacho está conformado por cinco direcciones generales que ejecutan acciones en ámbitos específicos, como la gestión territorial del ambiente para el manejo y conservación de las áreas estratégicas; la conservación y aprovechamiento de la Diversidad Biológica en todas sus expresiones, el manejo forestal sustentable con una visión del bosque como patrimonio de la nación, la fiscalización y control de los posibles impactos ambientales y la formación para el Ecosocialismo desde la educación, divulgación y la participación popular. Desde estos frentes se planifica, implementa y supervisa lo concerniente a protección, conservación, vigilancia, control, formación y debate ambiental con una nueva visión Ecosocialista. Esta visión apunta a alcanzar el Buen Vivir como vía hacia la Suprema Felicidad Social perdurable en concordancia con el Plan de la Patria 2013-2019 para el desarrollo económico y social de la Nación".
Asimismo dentro de sus competencias, cabe destacar algunas de especial interés en materia de equilibrio ambiental, tomadas del portal oficial del MPPEA:
-
Proponer, desarrollar, implementar y supervisar lo concerniente a la planificación, gestión, protección, conservación, vigilancia y control ambiental con visión Ecosocialista.
-
Proponer, desarrollar, implementar y supervisar lo concerniente a la planificación, gestión, vigilancia y control para la protección y manejo de la Diversidad Biológica.
-
Diseñar y promover la implementación de políticas orientadas a la gestión Ecosocialista y al buen vivir como vías hacia la Suprema Felicidad Social en concordancia con el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación.
-
Diseñar y hacer seguimiento, evaluación y control a las políticas, planes, programas y proyectos en materia de bosques, diversidad biológica, fiscalización ambiental y control de actividades capaces de degradar el ambiente.
-
Planificar, coordinar e implementar planes, programas y proyectos de manejo y conservación de las Áreas Bajo Régimen de Administración Especial (ABRAE) y otras áreas estratégicas para la conservación.
-
Planificar, articular, coordinar y desarrollar estrategias, planes, programas y proyectos sobre cambio climático (…)
-
Contraviene además lo contemplado en el Objetivo N°5 del Plan de la Patria (2013-2019):
"Contribuir con la preservación de la vida en el planeta y la salvación de la especie humana (…) construir un modelo económico productivo Ecosocialista basado en una relación armónica entre el hombre y la naturaleza, que garantice el aprovechamiento racional y óptimo de los recursos naturales, respetando los procesos y ciclos de la naturaleza para lo que se hace necesario proteger la soberanía permanente del Estado sobre los recursos naturales, para el beneficio de nuestro pueblo, quien es su principal garante"
Por ello, la contradicción en el discurso nos lleva a contemplar la posibilidad que grandes multinacionales en busca de sus objetivos capitalistas y con poco interés tienen en asuntos de corte educativo con inclinación Ecosocialista, puedan menguar en sus operaciones el impacto ambiental, la eliminación de residuos de las minas, el transporte del mineral, el procesamiento de éste, el manejo de materiales peligrosos, la explotación de un recurso no renovable mediante procedimientos destructivos y contaminantes, la contaminación del suelo haciéndolos infértiles, la consecuencia al ecosistema de los productos químicos utilizados para disolver o lixiviar los metales (solución de cianuro y sodio en el caso del oro o ácido sulfúrico en el caso del cobre), la contaminación de aguas superficiales y subterráneas, entre tantos otros; sin dejar de lado el daño irreparable a las comunidades aledañas, indígenas en su gran mayoría. Pero para muchos pueblos, ha sido y sigue siendo una oportunidad desarrollar esta actividad la cual les genera ingresos en divisas extranjeras para poder sustentar sus economías, ejemplo de ello, lo representan países como: Zambia (explotación de cobre); Botswana, Gambia, la República Centroafricana, Liberia y Sierra Leona (explotación de diamantes); Guinea y Surinam (explotación de aluminio); Mauritania (explotación de hierro), todos clasificados por el Banco Mundial como "países pobres altamente endeudados".
En medio de este modo despiadado de enriquecimiento y destrucción de los ecosistemas, un dato curioso tiene que ver con las cuantiosas reservas mundiales de oro pertenecientes al Fondo Monetario Internacional (FMI), (N° 3 en la tabla siguiente), organización que no es precisamente una nación sino un emporio internacional, presto al igual que otras entidades financieras internacionales como el Banco Mundial a través de sus brazos ejecutores (Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento; la Asociación Internacional para el Desarrollo; la Corporación Financiera Internacional y la Agencia Multilateral para la Garantía de Inversiones) y el Banco de Importación-Exportación de EE.UU., las cuales han apoyado para proporcionar el capital en proyectos que conllevan a la extracción de recursos minerales, sin evaluar las consecuencias ambientales y sociales que se derivan de esta práctica. La Empresa Pegasus Gold, por ejemplo, provocó la desaparición de la Montaña Spirit Mountain de Montana en EE.UU., con la explotación de oro y sus consecuencias acarrean hoy día, la destilación de ácido en la cuenca de la región perjudicando a tribus cercanas a dicha montaña extinta.
Fuente: World Official Gold Holdings, International Financial Statistics, May 2015
Entonces hablar de las organizaciones que hacen vida en torno a la explotación de minerales con el respaldo financiero de grandes corporaciones financieras internacionales, no da cabida a vislumbrar los ingenuos preceptos de un ecosocialismo utópico que lamentablemente es desplazado por la oportunidad de un ingreso en divisas extranjeras a un país. Un ecosocialismo de palabra y papel, que reconoce a la minería como amenaza ante:
-
La desforestación de los suelos con la consiguiente eliminación de la vegetación.
-
El caos ambiental de las minas a cielo abierto con impacto a corto, mediano y largo plazo.
-
Interrupción del flujo constante de agua desde los bosques hacia los demás ecosistemas y centros urbanos, producto de la desforestación.
-
Crecidas en períodos de lluvia debido a que el suelo erosionado no puede contener el agua como lo haría estando poblado de vegetación.
-
Producción de residuos de roca con material estéril que llegan a formar montañas.
-
Gasto indiscriminado de consumo de agua, pues, la actividad minera requiere de ello, lo que reduce la napa freática del lugar expuesto a la explotación.
-
Extinción de pozos de agua y manantiales.
-
Contaminación de las aguas por el drenaje ácidos sulfúricos necesarios para la explotación, que permanecen en el tiempo durante miles de años.
-
Exposición de cianuro, ácidos concentrados y compuestos alcalinos.
-
Alteración y contaminación del ciclo hidrológico, incidiendo negativamente en los bosques y las comunidades aledañas.
-
Contaminación del aire por la producción del polvo que genera la actividad minera, ocasionando daños respiratorios a las personas y desequilibrio en la flora.
-
Emanación de gases y vapores tóxicos, producción de dióxido de azufre, carbono y metano, a consecuencia del tratamiento de los metales, responsable de la lluvia ácida y los cambios climáticos.
-
Consumo indiscriminado de madera para la construcción de minas subterráneas y como fuente de energía para los hornos de fundición.
-
Contaminación sónica producto de la maquinaria utilizada en la minería.
Con estas y otras razones que no se destacan en el presente artículo, queda injustificada la creación de una empresa que generaría trastornos irreversibles al ecosistema mundial, por estar ubicada en una zona privilegiada para el equilibrio ecológico.
Referencias:
*Investigadora en el área social.
lilianadeluzon@gmail.com