No todos los seres humanos del Planeta, sabemos, aunque deberíamos, que el imperialismo es la "fase superior del capitalismo", y que por tanto Obama se erige como vocero de los dueños del capital financiero de gran parte del mundo dominado y explotado por el modo de producción capitalista, en cuya realidad se encuentra inmersa la clase obrera y trabajadora venezolana.
Lo que si no podríamos dejar de saber y de practicar, es lo que el artículo 1 de nuestra constitución nacional, establece: "La República Bolivariana de Venezuela es irrevocablemente libre e independiente y fundamenta su patrimonio moral y sus valores de Libertad, igualdad, justicia y paz internacional, en la doctrina de Simón Bolívar, el libertador.
Son derechos irrenunciables de la Nación la independencia, la Libertad, la soberanía, la inmunidad, la integridad territorial y la autodeterminación nacional"
Ningún basamento legal tiene Obama para emitir un decreto sobre la realidad venezolana, cuya responsabilidad, en cualquier tipo de cuestionamiento, sanción, transformación o cambio, compete única y exclusivamente, a la sociedad venezolana, en el incesante fragor de su lucha de clases.
Sin embargo Obama, esgrime las encubiertas, altaneras e indecibles razones de ser el agente administrativo de los intereses del capital financiero, trasnacional y globalizado, cuando se atreve a emitir un decreto sobre la realidad venezolana, en el cual nos señala como "una amenaza inusual y extraordinaria". Las ilegales razones enarboladas por el señor presidente estadounidense, vocero del capital financiero trasnacional para emitir y remitir ese repugnante decreto, son las mismas razones para decretar el terrorismo en gran parte del planeta, el exterminio de una buena parte de la sociedad iraquí, libia, siria, tan solo por citar, sus últimos teatros de invasión y genocidio.
Las razones del capital financiero, en boca del desnegrado y desclasado Obama, son las mismas razones de la ilegalidad que viola todos los principios del respeto a los derechos humanos en casi todo el orbe.
Ahora, si nosotros transitamos un Proceso de Cambios concebido e impulsado por Hugo Chávez, y que se constata en la CRBV, aprobada en referéndum, con la cual se puede intervenir de manera profunda el viejo Estado Burgués, aun dominado por el capital financiero, que se encuentra dirigiendo las colas y la distorsión económica en contra del proletariado venezolano, que todavía no asume su papel de sujeto histórico de una posible construcción socialista verdadera: ¿Por qué tenemos que dar crédito a este infame e ilegal decreto de Obama? ¿Es un decreto o una amenaza?
¿Y si la Soberanía Popular venezolana establecida en el artículo 5 de la CRBV, reunida en Asamblea Popular, en respaldo a su gobierno, presidido por Maduro, emite como respuesta una declaración al mundo señalando al Imperialismo yankee-israelí como el principal violador de los derechos humanos, el promotor del terrorismo, las guerras de invasión, el genocidio, el tráfico de estupefacientes, y la exportación del paramilitarismo a escala planetaria, y en su propio territorio?
Nosotros no tenemos la legalidad para emitir un decreto sobre la realidad estadounidense, pero si podemos denunciar su voracidad genocida sobre una buena parte de la humanidad, e igualmente podemos acusar a Obama, y a su patrono el capital financiero, de violadores de la independencia, la Libertad, la soberanía, la inmunidad, la integridad territorial y la autodeterminación nacional venezolana, y de otras regiones del mundo.
La prepotencia de Obama: ¿No es acaso una declaración de invasión a nuestro territorio?