Recientemente, con timidez, las noticias reseñan que de nuevo un tribunal ha desestimado en la causa que en 2012 sirvió de pretexto para darle un golpe parlamentario a Fernando Lugo, quien junto a sus partidarios no reaccionaron a tiempo para evitar aquel despropósito. La pregunta inevitable es: Ante ese fraude institucional ¿Habrá justicia para los culpables y resarcimiento para los perjudicados? Todo indica que el asedio contra Paraguay funcionó.
El golpe parlamentario contra Lugo, ya había sido practicado en Honduras sobre Manuel Zelaya, que a pesar de su resistencia y el apoyo irrestricto del ALBA no pudo regresar, ante una artimaña montada con complicidad de la derecha regional encarnada en Oscar Arias bajo las órdenes directas del Departamento de Estado.
La derecha estadounidense arremete. El desplazamiento que está sufriendo en la Península Arábiga, Iraq y África del Norte latiene desesperada. Ahora se enfoca en Nuestra América.
Logró alterar el exitoso proceso de ascenso mundial de Brasil. Desde el parlamento ataca a la Presidenta Dilma. Retan al pueblo. Creen que pueden lograr su calamitoso fin, y para asegurar el “defuturo” arremeten judicialmente contra Lula Da Silva, favorito para volver en 2018 a la Presidencia.
Los golpes parlamentarios disfrazan las garras de la potencia norteña bajo el manto institucional. Encubren los motivos rapaces contra los recursos naturales y sobre los pueblos humildes. Amparan la traición lacaya entrenada para hambrear en todo lugar y destino.