El día miércoles 7 de junio del 2006, el presidente de los Estados Unidos, George W. Bush manifestó una vez más su “preocupación” por Venezuela y opinó que el Presidente Chávez esta “haciendo un gran daño” al país. Pero después, dijo algo muy interesante que reafirmó el plan nefasto de Washington que sigue en marcha para derrocar al gobierno venezolano. Durante un acto en el estado de Nebraska sobre la reforma migratoria que promueve su gabinete, Bush comentó a una inmigrante venezolana presente en el evento que aunque estaba “muy preocupado” por Venezuela, pensaba que “todo estará bien”, advertiendo que “tardará un poco” en cambiar la situación en Caracas. Luego en conversaciones con un amigo estadounidense de visita en Venezuela, llegamos a la siguente conclusión: Bush no dice absolutamente nada si no esta escrito en un guión. Bush no respira si no esta en el guión, no sonríe, no se pone bravo, no se mueve ni un dedo si no esta claramente indicado en su guión. Bush no es un presidente como Chávez, o como era Bill Clinton, que podia hablar y hablar sin notas, sin teleprompter, sin actuación, y de su corazón. Todo lo que dice Bush, todo lo que hace Bush, esta bien preparado por un equipo de asesores que han analizado y calculado los efectos e impactos de cada una de sus palabras. Entonces, cuando Bush dice que “todo estará bien” en Venezuela pero “tardará un poco”, no es porque así lo desea, sino porque así lo han preparado y medido. ¿Qué significa “estar bien” en Venezuela para Bush? La respuesta es facil: Estar sin Chávez. ¿Qué significa “tardará un poco”? Allí comienza el analisis. Podría ser que el plan se trata de afectar de manera impactante a las elecciones presidenciales en el país el próximo 3 de diciembre. Podría ser una invasión o intervención internacional durante el año que viene, después de que Chávez gane las elecciones. Podría ser un plan a largo plazo, que buscar sovocar la revolución bolivariana durante los próximos seis años del mandato de Chávez. Lo más probable, en términos inmediatos, sería una fuerte injerencia en las elecciones del 3 de diciembre. Ya el Departamento de Estado ha admitido, en su informe anual sobre la democracia, el trabajo y los derechos humanos publicado en marzo del 2006, que esta activamente financiando y trabajando con los sectores de la oposición para ayudarlos con la “escogencia de una candidatura” para ese proceso electoral, y que además, esta financiando y asesorando su “campaña y estratégia comunicacional” para el mismo proceso.
El plan de Washington de salir del Presidente Chávez, aunque “tardará un poco”, se realiza através de tres frentes distintas: militar, internacional/diplomatica, y financiera/pública. La frente militar es la más compleja, e incluye el aumento en presencia militar en la región; las constantes amenazas y actos de intimidación que presentan las maniobras y ejercicios militares en la zona del Caribe; las operaciones sicológicas (Guerra mediática); la infiltración y penetración de fuerzas especiales y paramilitares dentro de la sociedad venezolana y los movimientos sociales; y el espionaje dentro de las fuerzas armadas venezolanas. La frente internacional/diplomática es la más visible através de la frecuente retórica de los altos funcionarios del gobierno de Washington en contra del Presidente Chávez; pero también involucra a los intentos de sancionar y desescreditar a Venezuela dentro de los cuerpos de la Organización de Estados Americanos (OEA) y las Naciones Unidas (ONU), y de intentar presionar a otros países en la región para asumir y apoyar a la posición hostíl de Washington hacia Venezuela. La frente financiera y pública se trata de todo lo que tiene que ver con el financiamiento a la oposición através de los dos fondos principales de Washington: el National Endowment for Democracy (NED) y la Agencia del Desarrollo Internacional de los EEUU (USAID), y también la abierta y explícita relación estrecha y amistosa entre los principales figuras de la oposición y el gobierno estadounidense. Todas estas frentes sirven como grandes plataformas para lanzar ataques profundos y fuertes en contra de Venezuela, y solo aumentarán en su esfuerzo y dedicación durante los próximos meses.
Este martes se discute en la Asamblea Nacional el Proyecto de Ley de Cooperación Internacional, que regulará el financiamiento a las organizaciones no-gubermentales (ONG). Desde hace tiempo era hora en Venezuela de implementar un sistema de normas y reglas para supervisar y administrar esta clase de financiamiento de gobiernos extranjeros a las ONG en el país. En los Estados Unidos es completamente ilegal recibir financiamiento de un gobierno extranjero para una campaña política, un partido político o un fin político contrario a los intereses del país. Y las ONG y otras instituciones que reciben financiamiento de gobiernos extranjeros tienen que estar registrados con el Departamento de Justicia bajo la Ley de Registración de Agentes Extranjeros (Foreign Agent Registration Act “FARA”). Las entidades que no cumplen con esta ley pueden ir a la carcel y/o recibir grandes multas financieras. La ley FARA obliga a cada persona u organización que recibe financiamiento de un gobierno extranjero de entregar informes mensuales al Departamento de Justicia sobre todas sus actividades, trabajos, eventos, llamadas y obras. Ironicamente, pero no sorprendente, el gobierno de Washington esta criticando fuertemente los esfuerzos de la Asamblea Nacional venezolano de implementar reglas parecidas.