La industria de la cultura de masa y sobretodo la maquinaria mediática de la desinformación han adquirido un impulso devastador sin que se le pueda contener. Su acción criminal la "objetiviza" los intereses imperiales. Esa es la realidad que editan los medios de comunicación privados. Vivimos una guerra asimétrica proveniente de la desinformación. Los medios han creado escenarios que exacerban la psicosis con el signo de cero contenido informativo, magnificando la mentira. Está encaminada una regresión totalitaria en el orden mundial tras la globalización. El sindicato de naciones imperiales que integran la OTAN ha llamado a reagruparse en torno a EEUU tras declarar que "un ataque a alguno de sus miembros es un ataque a todos". En estas amenazas en pleno desarrollo los pueblos no se han cruzado de brazo. Hay otros escenarios que le restan impulso al poder hegemónico imperialista. EEUU tiene la economía más grande del mundo, el mayor poderío militar y el máximo control de los medios de comunicación privados, sin embargo, su sistema capitalista está declinando. Allí está el auge de la Unión Europea y el crecimiento de la China y otros países como Japón y Corea del Sur. EEUU se sostiene de la inversión y los préstamos externos y de la emisión de la chatarra del dólar, sin respaldo.
Depende en gran medida del financiamiento externo. Por eso busca reactivarse a expensa de Nuestraamérica. Con la instalación de siete bases militares en Colombia y el cerco geomilitar, lo que incluye también las acciones criminales de la malicia informativa y con el apoyo de las oligarquía apátrida, es innegable que sus maniobras asesinas pretende frenar el avance de la Revolución Bolivariana que se ha fortalecido en los territorios que poseen recursos energéticos y de agua dulce, como Venezuela, Ecuador y Bolivia. Estados que han realizado transformaciones para dignificar a sus pueblos, y han generado inclusión social y educativa al tiempo que han asumido el control soberano de sus recursos energéticos con una concepción claramente antiimperialista lo que representa un desafío a los intereses yanquis y a sus aliados en la región. Es por ello que los apátridas están sin pueblo y no le cuadran los números para intensificar sus actos canallescos actos de violencia.
El pueblo está de este lado, con la revolución, con una historia marcada por su heroísmo, cuyas páginas están escritas con la sangre de tantas mujeres y hombres que todavía continúan ofrendando sus vidas por una Patria libre y soberana sin injerencias vengan de donde vengan. La dignidad de los pueblos no es un bien gratuito se batalla y se conquista. Está claro que en cada época histórica, la clase dominante ha asesinado invocando la defensa de la sociedad, del orden, de la patria, “su orden clasista” que mantienen a sangre y fuego sobre los desposeídos, “la patria” que disfrutan ellos solos, privando de ese goce al genuino y auténtico pueblo, por eso reprimen a las fuerzas políticas progresistas que aspiran una nueva sociedad, un orden justo e incluyente, una patria verdadera para todas y todos. Las oligarquías, incluso el imperialismo aun bombardeando a los pueblos, jamás podrá contener la marcha ascendente de la humanidad que lleva en su vientre al socialismo.
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