Los domingos de Díaz Rangel

El Senado-EEUU a la carga

"¿Por qué calificó de grave la unánime decisión del Senado de EEUU sobre Venezuela?", me pregunta un lector. En efecto, lo hice en un breve comentario antes de que alguien del Gobierno o del Psuv reaccionara. Uno más o menos sabe cómo funciona ese Senado.

No es como en la mayoría de los parlamentos, donde existen jefes de fracciones, direcciones de partidos, que en cuestiones importantes deciden cómo deben votar sus afiliados en cada materia. Para no ir muy lejos, así ha sido en Venezuela, donde los congresantes, con pocas excepciones, han votado según lo que resuelva "el partido". En EEUU no. Algunos senadores tienen tanto poder que toman sus decisiones de cómo votar sin atender órdenes de partidos o de jefes de fracción, lo que no significa que sean realmente independientes, pues muchos poderes financieros influyen en sus decisiones, sin valorar cuánto pesan los aportes financieros que reciben para sus campañas, relación que no está nada oculta.

Si ese es, aproximadamente, el escenario, nos cuesta mucho creer que el lobby de una ONG estadounidense, basado en un informe de un centro de investigaciones sin mayor fuerza ni prestigio, haya sido suficiente para convencer a cada uno del centenar de senadores republicanos y demócratas, sin una sola abstención, sin que ninguno expresara reserva alguna. Difícil de creer.

¿Cómo explicar entonces que ese Senado hubiese votado por unanimidad la declaración sobre Venezuela? En mi opinión, debió existir una fuerza más poderosa, donde naturalmente estarían las poderosas corporaciones transnacionales, encabezadas por las del petróleo. Solo así son mas fáciles de digerir esos 100 votos unánimes que, además, tienen fuerza para exhortar al Presidente estadounidense a promover esas medidas, particularmente la aplicación de la Carta Democrática de la OEA contra Venezuela. No podemos pensar que después de esa exhortación senatorial la Casa Blanca no accederá a atenderla. Esa unidad Senado-Presidente es demasiado poderosa para que no venza muchas de las resistencias que encontrará cuando presione a gobernantes latinoamericanos y a los de Caricom para votar en la OEA en contra de nuestro país.

Día histórico. Como histórico calificó el presidente Santos el miércoles 2 por ser el primer día de entrega de armas de las guerrillas a la misión de la ONU en Colombia. En efecto, no es exagerada esa calificación. Después de una dura guerra iniciada en la década de los años 50, luego del asesinato de Gaitán, que dejó un alto saldo de muertos, desaparecidos y de millones de refugiados (la mayoría en Venezuela) y tras pacientes negociaciones entre el Gobierno y las Farc-EP, durante dos años en cerrado secreto, y en los dos últimos abiertos en La Habana, se logró firmar los acuerdos de paz que están en plena aplicación.

Hay que reconocer, sin embargo, que la más rancia oligarquía colombiana, con nexos con los paramilitares, y seguramente las simpatías de muchos oficiales del Ejército, no seguirá pugnando contra ese proceso de paz.
Hubo ese día dos hechos significativos, el más relevante "la dejación de armas" en las zonas veredales a representantes de la ONU, y simultáneamente, la aprobación de una ley que reconoce la transformación de las Farc-EP en una organización política y la aplicación de una ley de amnistía a los primeros mil ex guerrilleros.

No obstante ser un día para la celebración, hay oscuros nubarrones de esa derecha recalcitrante, mientras el Gobierno se hace la vista gorda ante la ocupación por paramilitares de los campamentos abandonados por las guerrillas. Se denuncia que 118 líderes sociales han sido muertos en lo que va de año, dentro de la mayor impunidad; simultáneamente se repiten asesinatos de líderes sociales y subsisten las amenazas que se ciernen sobre la nueva organización política.

Hay razones para dudar de las garantías ofrecidas por el Gobierno, no solo por los siniestros antecedentes en situaciones similares, sino por la presencia activa de los paramilitares sin que se conozca de una acción militar efectiva para enfrentar a esos grupos.
Hay motivos para celebrar ese día, pero igualmente los hay para tener reservas y temores.

*Dos discursos hubo en Washington y Buenos Aires el martes de Carnaval. Del presidente Trump, donde revisa algunas opiniones suyas, se destaca su aparente decisión de combatir el tráfico de drogas hacia ese país, considerado como el mayor consumidor del mundo y donde, sin embargo, no se sabe de detenciones de ningún traficante. ¿Será cierto que está decidido a llenar ese vacío que dejaron los gobiernos anteriores, de absoluta impunidad? Y el de Buenos Aires, del presidente Macri, según los medios argentinos estuvo lleno de contradicciones, de mentiras y cifras falsas, y donde se vio pintado un país distinto al que viven los argentinos, desde hace meses pelando y con un porvenir oscuro.

*El vacío de la solidaridad de países amigos luego de la decisión del Senado de EEUU se explica por el prolongado silencio del Gobierno venezolano en reaccionar.

*El PCV no solo me hizo llegar los últimos números de Tribuna Popular sino que los acompañó de una completa y bien editada Agenda 2017, que este año han sido tan escasas. Agradecido.

*Extrañó al periodismo que en las cifras oficiales del Carnaval no aparecieran las de fallecidos, así como la enorme contradicción de dos ministerios sobre la cantidad de movilizados. ¿Fueron 7 millones 900 mil u 7 millones 500 mil? Alguno no los contó bien.

*En una nota en Deportes recuerdo el rol que jugaron José Antonio Casanova y Benítez "Redondo" para que Hugo Chávez, de cuya desaparición se cumplen hoy cuatro años, siguiera la carrera militar.

*El 29 de enero anunció el presidente Nicolás Maduro el nombramiento de la nueva directiva de Pdvsa y nos aseguró que ese organismo saneará la empresa y acabará con la corrupción. Han transcurrido varias semanas sin que tengamos noticia alguna de su gestión en ese escabroso terreno. Comprendemos las dificultades que habrá encontrado, pero ellos comprenderán la expectativa que hay en torno a su cometido.



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Eleazar Díaz Rangel

Periodista egresado de la UCV. Ganador del Premio Nacional de Periodismo y menciones en diversas especialidades. Es Director del diario Últimas Noticias desde el año 2001. Profesor titular jubilado de la universidad central de Venezuela, cuya escuela de comunicación social dirigió (1983-86). Presidente de VTV 1994-1996. Presidente de la asociación venezolana de periodistas.

 edrangel@grupo-un.com

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