Hace unos días un opositor nos escribió un mensaje por tuiter en el cual nos decía, que los chavistas teníamos casi dos décadas hablando de invasión y él no había visto la primera bomba. Ante semejante argumento, sólo pudimos responderle: "Y ojalá nunca la veas".
Ahora, el mensaje no dejó de llamarnos la atención, pues el que alguien no crea en la posibilidad de una invasion hasta que vea las bombas, es una clara demostración de que la burla que los medios y los líderes de la oposición hacen sobre el tema, con la clara intención de minimizarlo, ha calado hondo.
Obligados estamos, entonces a preguntarnos ¿Es la invasión una posibilidad real o un invento chavista? ¿Quién o quienes nos invadirán? ¿Cuales son las causas que según la prensa mundial justificarían una invasión?
Al intentar dar respuesta a esas interrogantes nos pudimos evitar el encontrar enormes coincidencias entre lo que ocurrió en Siria, y que desembocó en la guerra actual, y lo que hoy ocurre en Venezuela.
Para nadie medianamente informado es un secreto que Estados Unidos ha tenido siempre dos grandes intereses en Siria: el geopolítico y el económico.
En el orden geopolitico los gringos necesitan destruir los movimientos en Siria, Irán, Iraq y el Líbano a efecto de fortalecer las monarquías árabes pro occidentales (Arabia Saudita, Catar, Kuwait y Bahréin) que se oponen a luchas como la de la causa palestina y la creación de un Estado kurdo.
En segunda instancia, y como parte del deseo de eliminar el gobierno Sirio, está la lucha por controlar la totalidad del mar Mediterráneo y evitar la expansión de la influencia de Rusia y China en el Medio Oriente.
En última instancia y no por ello menos importante está la destrucción del panabarismo (movimiento que busca la integración del pueblo árabe y del cual Siria es cuna).
En lo económico la guerra es un gran negocio para los gringos. La "industria de la guerra", la venta de armas y la reconstrucción de los países destruidos son unos de los mejores negocios del siglo XX y lo que va del XXI. Toda guerra en cualquier rincón del planeta es un negocio para los gringos.
El petróleo y el gas sirio, por su parte, son ambicionados por Inglaterra y Estados Unidos desde mucho antes de la década de los cincuenta, cuando estuvieron a punto de controlarlos.
Por otro lado, es un viejo sueño norteamericano construir un gasoducto de Catar a Turquía y a los países europeos, para que estos puedan amenazar económicamente a Rusia y rechazar las importaciones de gas del país eslavo.
Todos estos intereses encontraron terreno fertil para hacerse fuertes, cuando unas protestas pacíficas, por la detención y supuestas torturas de un par de estudiantes, dio inicio a una escalada de violencia por parte de la oposición.
En lo interno, infiltraron delincuentes y paramilitares que fueron haciendo cada vez más violentas las protestas salpicandolas de saqueos, muerte y destrucción.
El siguiente paso fue armar grupos mercenarios y terroristas para que participaran en la lucha contra las fuerzas del Estado, siempre bajo la figura de "pueblo en protesta".
Mas tarde, cuando la violencia se desbordó y la guerra se hizo abierta; la lucha se destinó a controlar y someter ciudades y pueblos enteros.
La campaña mediatica internacional ha hecho el resto del trabajo para satánizar el gobierno sirio y justificar ante los ojos del mundo, la destrucción del pais. Para ello muestran al gobierno como represor a traves de la manipulacion de imagenes (incluso de grandes concentraciones a favor del gobierno) y de declaraciones de políticos europeos y arabes, aliados de EEUU.
Hoy la inmensa mayoría del pueblo sirio teme por su vida, llora a sus hijos, lamenta la destrucción del pais, rechaza a aquellos que una vez apoyó por ser oposición al gobierno y anhela volver a las condiciones en que vivía.
Tuvo que ocurrir lo que ocurrió para que los sirios entendieran que los intereses gringos, los de los medios, los de los gobiernos europeos y los de los violentos nunca son ni serán sus intereses.
En Venezuela los intereses geopoliticos y económicos son similares y el plan es el mismo, aunque faltan algunas etapas por cumplirse.
¿Podremos parar antes?