Respeto y apoyo con el alma el llamado al diálogo de nuestro presidente obrero, Nicolás Maduro, porque sé que lo hace de corazón, en función de buscar la paz definitiva en Venezuela y que la patria se enrumbe de una vez por todas hacia los senderos del desarrollo y el progreso, pero no podemos ser ingenuos, los violentos de Primero Justicia, Voluntad Popular, Un Nuevo Tiempo, no me cabe duda que a pesar de la estrepitosa derrota que sufrieron en las elecciones de gobernadores, afinan la brújula para retomar la vía del golpe de estado. Ya lo he dicho y lo repito.
El hecho de que Juan Pablo Guanipa de Primero Justicia no haya querido juramentarse ante la Asamblea Nacional Constituyente, puede tener muchas lecturas, respetables quizás, pero de lo que si estoy seguro es que todas tiene que ver con el terrorismo.
Guanipa –como toda la MUD- está vinculado a factores adversos de Colombia que apoyan las siete bases militares gringas que tienen en su territorio. No es casual que el presidente Juan Manuel Santos a cada momento se inmiscuya en los asuntos internos de Venezuela, atacando al presidente Maduro; con respecto de los comicios regionales dijo que en nuestra patria se dio el máximo abuso de poder, obligando a los gobernadores opositores a juramentarse ante la ANC.
Sería muy ingenuo no presumir o pensar que sigue vigente todo ese entramado que sienta las bases, para una invasión al país por Zulia. Ya hubo una penetración de los paramilitares de Alvaro Uribe Vélez durante el gobierno de Manuel Rosales en 2004, personalmente hice esa denuncia, y en su momento fue subestimada, incluso, por altos funcionarios del Gobierno bolivariano, después capturaron a 153 paracos en la finca Daktari, del anticastrista Robert Alonso, ubicada entre los municipios el Hatillo y Baruta, que planeaban un magnicidio contra el presidente Hugo Chávez.
Allí si hacemos una sencilla o simple relación, se puede perfectamente observar el hilo conector entre los actores desestabilizadores involucrados en el golpe desde aquel entonces hasta nuestros días. Hablamos de que con el exconvicto Manuel Rosales, que apoyó públicamente la postura de no juramentarse de Guanipa, penetraron los paramilitares de Uribe Vélez a Venezuela. Y el ministro de la defensa y brazo derecho de Uribe en ese momento, es hoy presidente de Colombia, que tiene estrecha relación con la oposición violenta venezolana. Y a su vez Santos como Uribe y los terroristas de PJ, VP y UNT son lacayos del imperio gringo, el que realmente manda y da las órdenes.
Nunca fue casual tampoco que detrás del intento del magnicidio, estuviese Pedro Carmona Estanga -a quien Rosales respaldó con su firma-, se encuentre en Colombia. Colombia se convirtió en cuna de golpistas fugitivos de Venezuela apoyados antes por Uribe y actualmente por Santos.
Y es obvio que la negativa de Juan Pablo Guanipa de no juramentarse va más allá de su decisión personal, ni siquiera de Capriles Radonski, esta es una determinación que está por encima de ellos, y estoy completamente convencido que obedece a ese entramado que tutela el infeliz gobierno de los EEUU.
Juan Pablo Guanipa está llamado a seguir la violencia, y continuar el viejo plan de separar esta región, fracturarla, convulsionarla, llenarla de terrorismo, hacerla ingobernable y vulnerable, para ejecutar ese anhelado sueño gringo de invadir Zulia, con apoyo de los vende patria venezolanos, que es lo más doloroso, no siente la Patria de Bolívar en la sangre.
El Pueblo Constituyente hace justicia ¡Venceremos!