Al parecer ya es un secreto a voces, que la oposición maltrecha y mentiripicha no tiene las condiciones mínimas para lograr el poder por procedimientos legalmente democráticos. Hemos podido apreciar, que su crisis, que está a punto de degenerar en debacle, tiene dos problemas estructurales: 1, no tiene apoyo de las masas; 2, no tiene ideas que le permitan levantar un liderazgo que pueda ganar otra vez el favor popular. Ante este panorama que podríamos considerar casi que trágico, nos asalta el interrogante: ¿Van a desencadenar los mentiripichos, con el auxilio de la CIA y toda la maquinaria golpista del Imperio, el abecedario de planes macabros para robarse a trocha y mocha, el poder en Venezuela?
¿Y si eso fuese así, qué estamos haciendo para enfrentar tal arremetida?
Nos asombra, casi que nos aterra, ver y sentir que las Jineteras de la Burrilla siguen el mismo libreto de los primeros días de aquel doloroso e inolvidable abril del 2.002, sin que haya una respuesta, en verdad contundente, por parte de las instancias que constitucionalmente están obligadas a darla, en defensa del orden de nuestro sistema democrático de avanzada; y en defensa de la salud mental de todo nuestro Pueblo. Es pasmosa la impunidad con que estas Jineteras avanzan en la consumación de sus torvos planes. Nos luce que no asimilamos la lastimosa experiencia de aquellos imborrables días de abril. Pareciera que estuviésemos viviendo de la renta de aquella contesta heroica que dio una vez más el Pueblo de Caracas el 13 y el 14 de aquella abrilada gloriosa. El abecedario de planes en contra de nuestro Gobierno revolucionario bolivariano pareciera que avanzara sin ningún obstáculo, aupado y dirigido por las Jineteras Burrillas de las halconerías de Washington. Si esto no es jugar con fuego, entonces que nos justifiquen una venta de hielo en una aldea esquimal.
Si para algo sirvió la mal llamada “avalancha” sobre Caracas fue para demostrar que la maquinaria golpista ha perdido a los pocos adeptos que tenía en las barriadas donde vive la gente que ama a Chávez, porque lo siente como la condensación más pura del concepto de Pueblo Bolivariano. Pero también ese rotundo fracaso de los mandaderos del Diablo Bush, indica la quema de una etapa de simulación democrática con la que nos habían querido confundir; y marca el inicio del aquelarre donde el golpismo imperial no escatima métodos y procedimientos por aviesos que sean. Para genocidiar, el imperio está dispuesto a todo, no reparará en cualquier millonada para lograr sus torcidos objetivos en Venezuela. En el intento de matar a la joven Revolución Bolivariana, al Diablo Bush lo mismo le da, utilizar el puñal que degolla, la metralla que acribilla, o la bomba que destruye el paisaje de la vida.
Los espartanos decían: “Con el escudo o sobre el escudo”, nuestra historia reciente nos dice que nosotros regresaremos con el escudo.
