"El que no está con la Libertad puede contar con las cadenas
del infortunio y con la desaprobación universal.
Simón Bolívar.
La presente campaña electoral es crucial tanto para los revolucionarios que creemos en una patria libre, democrática y soberana, como para los lacayos del imperio que promueven una patria de rodillas y la entrega de los recursos naturales al imperio y a las transnacionales.
En estas elecciones nos jugamos la dignidad de la patria de Bolívar y de los demás libertadores y libertadoras, que construyeron las bases de los sueños de liberación y dignidad de todo el pueblo latinoamericano.
El imperio ha apostado contra la libertad y contra la dignidad, para eso promueven con los grupos políticos de oposición la desestabilización de todo el sistema político venezolano. Los lacayos han recibido las órdenes del imperio de promover una posible guerra civil y para eso están promoviendo guarimbas, desabastecimiento de alimentos y medicamentos. Toda esta campaña se ha orquestado desde el imperio, está destinada a promover, supuestamente, un golpe de estado desde los mandos medios de un sector de la Fuerza Armada, que según algunas fuentes de la misma oposición, están ligados a ciertos sectores políticos y militares-mercenarios con origen en la cuarta república.
Hoy mas que nunca es necesaria la activación de la contraloría social alrededor de los centros de acopio de alimentos y medicamentos. El pueblo debe estar "ALERTA" de cualquier movimiento sospechoso de alimentos, medicamentos e insumos de primera necesidad, porque amplios sectores empresariales ligados a Fedecamaras, quienes podrían estar interesados en crear el desabastecimiento que tanto promueven ciertos informadores palangristas pagados por el Departamento de Estado norteamericano.
Se debe alertar a los obreros en las fábricas, para que se constituyan en verdaderos contralores sociales que vigilen la producción, destino y posible desaparición de aquellos rubros necesarios para garantizar el bienestar del pueblo, especialmente de nuestros niños,niñas, ancianos y personas enfermas.
Cada soldado, suboficial, y oficial deben estar "ALERTAS" en los cuarteles, de todas aquellas acciones sospechosas que puedan atentar contra el gobierno y contra la constitución bolivariana de Venezuela. Contraloría social también en los cuarteles y en cada dependencia de la Fuerza Armada Nacional. Ningún soldado Venezolano está obligado a obedecer órdenes contra el estado bolivariano, ni contra el gobierno revolucionario. Todo intento de utilizar a la Fuerza Armada en planes desestabilizadores debe ser repelido inmediatamente por los soldados-pueblo, y los cabecillas golpistas deben ser detenidos inmediatamente por las tropas y puestos a la orden de las autoridades verdaderamente democráticas y constitucionalistas.
Hay que vigilar desde nuestras comunidades a las estaciones de combustibles, ante cualquier intento de sabotaje a la distribución de combustibles y lubricantes. Si hubiese una amenaza de sabotear la distribución de gasolina, gasoil y lubricantes, las comunidades alrededor de estos expendios deben proceder a la toma organizada de los mismos, para garantizar la distribución de los combustibles a la población.
Todo el pueblo venezolano debe estar "ALERTA" ante cualquier movimiento sospechoso de militares- mercenarios, de alimentos, medicinas, armamentos o cualquier otro elemento que pueda atentar contra la paz y la constitucionalidad. Las comunidades organizadas deben estar "ALERTAS" frente a cualquier acaparamiento de los rubros necesarios para la alimentación y la salud y tomar los sitios en los cuales se acaparen y proceder a su entrega a los órganos correspondientes del estado para su distribución inmediata a las comunidades.
Todos y todas somos contralores sociales y defensores de esta revolución y del sistema democrático venezolano. Todos y todas somos hijos e hijas de Bolívar. No podemos permitir que los ricos y poderosos nos roben la tranquilidad y que atenten contra la seguridad alimentaría y de salud de nuestro país. Denunciemos con fuerza el acaparamiento y procedamos a confiscar como contralores sociales los alimentos y medicamentos que escondan y acaparen en nuestras comunidades o donde sospechemos que están siendo escondidos. Ese es el derecho que nos da la Constitución Bolivariana de Venezuela como ciudadanos y ciudadanas de esta patria soberana.
¡Alerta Pueblo!
Y si el despotismo levanta la voz, sigamos el ejemplo que Caracas dio el trece de Abril del 2002.
¡El Pueblo nunca olvida!