La puesta en marcha de las bases de operaciones a través de las cuales se están llevando a cabo las acciones contra el gobierno del Presidente Maduro constituye un escenario que preocupa sobremanera a la vida política del país y del mundo.
Para nadie es un secreto que el Gobierno Norteamericano, así como la U.E., es decir, la derecha imperial ha declarado la guerra a Venezuela. Que para ello ha conformado una entente integrada por algunos gobiernos latinoamericanos títeres agrupados en lo que se llama "El Grupo de los 15". Igualmente ha logrado que gobiernos de Europa, África y Asia apoyen las medidas que aplica el imperio para socavar su economía, desconocer sus decisiones soberanas en torno a los procesos para elegir ANC, Gobernadores, Alcaldes y reelegir al Presidente Maduro para otro período electoral y sobre todo, bloquear las transacciones económicas para pago de sus obligaciones con países a través del dólar, ingreso de medicinas, alimentos entre otras cosas, es decir lo que se llama la guerra económica.
No es menos cierto que se ha declarado una guerra de contrainformación consistente en generar una matriz de opinión en contra de la situación interna del país para lograr un consenso en las UN, la OEA y otros entres de carácter regional que permita una intervención militar para derribar al gobierno actual e instalar un gobierno títere que acate las órdenes de la derecha y revertir el proceso revolucionario bolivariano en curso.
Como objetivo principal de esta guerra informática está lograr el reconocimiento de una crisis humanitaria y permitir el ingreso de los cascos blancos como primera etapa de la guerra de ocupación para lo cual se están preparando a través de Colombia, Ecuador, Guyana, Brasil, Argentina y Chile. Pero a la vez convencer a la comunidad internacional que el gobierno venezolano es ilegitimo, dictatorial, traficante de drogas, entre otras cosas no menos graves.
Este proceso viene ejecutándose desde el mismo inicio del gobierno de Maduro en el año 2015 y viene desarrollándose a través de diversas fases, entre las cuales tenemos la etapa de las guarimbas en el año 2015 y su activación posterior en el 2017 (que costó la vida a más de 130 venezolanos, cerca de 3000 heridos, pérdidas materiales incalculables, quema de trasporte público, instituciones y pare Ud. se contar) la apertura del Dolartoday para incrementar los precios de los productos a través de una hiperinflación inducida, el desabastecimiento, la guerra informática, el sabotaje y sobre todo, la ejecución de un plan para desarrollar mecanismos de ineficiencia, ineficacia, corrupción dentro de las instituciones gubernamentales, es decir, la quinta columna.
En esta última etapa, la derecha ha desplegado sus acciones a través de una red de bases de operaciones conformada por un sistema de redes sociales a través de las cuales transmiten informaciones falsas, desinformación. Un sistema de medios de comunicación conformado por medios impresos, blogs, medios alternativos dirigidos por la derecha internacional usando sus cuadros políticos internos, aliados a un tránsfugas de la revolución quienes han desplegado un sistema de información falaz para instigar a la población a la sublevación, la desobediencia civil y propiciar un levantamiento popular aprovechando la incapacidad del gobierno de controlar la inflación, la corrupción, la desidia gerencial, la ineficacia de los funcionarios gubernamentales para satisfacer las demandas del pueblo como lo son el gas doméstico, servicio de agua potable, combustible, electricidad, bolsas y cajas de CLAP , trasporte público, pero sobre todo lograr que las promesas de acuerdo con los empresarios para el control de los precios y la existencia de los artículos de primera necesidad, alimentos, medicinas, productos de aseo diario se hicieran efectivas; de alcanzar la estabilidad en el valor de la moneda nacional para poder adquirir dichos productos.
Hoy los niveles de descontento de la población constituyen un caldo de cultivo para que las instigaciones hechas por la derecha logren su objetivo, es decir, el estallido popular. Y esa es el objetivo prioritario del imperio y de la derecha nacional. Por una parte, tratar de impedir que el Presidente Maduro acceda a su segundo a través del argumento que su reelección es írrita, inconstitucional por haber sido aprobada por una Asamblea Nacional Constituyente también írrita, es decir, no legal ni legitima, a pesar de haber obtenido una mayoría evidente en un proceso participativo con niveles de participación elevados.
Las acciones de calle que está llevando la oposición, a diferencia de las protestas justas que hace el pueblo en reclamo de sus derechos y la solución a sus necesidades, tienen características especiales. Primero, sus actores son fácilmente reconocibles; son los típicos militantes de los partidos de la derecha cuyo vestuario, lenguaje, modus operandi corresponden a las viejas prácticas de los años 99, 70 y siguientes… Segundo, su formas organizativas igualmente son característica de la clase media que usan a menores, estudiantes de primaria y nivel básico de bachillerato, ofenden a los funcionarios policiales e insultan a los chavistas y al pueblo en su conjunto. Tercero, siempre asiste algún militante conocido de la derecha que vive en la comunidad, o se presenta en el momento que la protesta está en curso acompañado de alguna emisora de radio o TV local para cubrir el suceso, una ficha de los Originarios, Plataforma, Frente Amplio. Cuarto, las protestas por lo general ocurren en urbanizaciones, plazas o parques en zonas con servicios funcionando con normalidad. Quinto, o son funcionarios de instituciones públicas, militantes de sindicatos escuálidos, por lo general en condición de permisos, incapacidad o simplemente "echadores de carro", ineptos, incapaces e irrespetuosos con el público. Sexto, estas protestas son recogidas por los "aleves" para recogerlas en sus blogs, medios de información como expresiones del pueblo, cuando en realidad son parte de la orquesta terrorista de la derecha, a fin de tratar de convencer a los medios internacionales que en Venezuela hay una guerra civil.
Es importante reconocer que hay un alto grado de conflictividad en los sectores populares. Pero sus expresiones son totalmente diferentes a las manifestaciones organizadas por la derecha. En primer lugar las manifestaciones populares ocurren en zonas populares, barriadas, sectores carentes de servicios, parques, ambulatorios. Son los sectores que sufren las agresiones de los funcionarios públicos, a los que no les ha llegado el gas a sus hogares, sin servicio de aseo urbano, gas comunal, sin transporte público, sin servicio telefónico porque les han sustraído los cables, sin alumbrado público, acosados por los cuerpos policiales, agredidos por los delincuentes, que tienen meses que no le llega el agua potable para llenar sus pipotes…que no les reparan las fallas eléctricas ocasionadas por el deterioro de los equipos o por la sustracción de los cables que llevan la electricidad a sus hogares. Sus vestimentas, modus operandi son totalmente reconocibles. Son los que están en las paradas de transporte público para ver cómo llegan a sus sitios de trabajo, a sus hogares, los que hacen cola para poder comprar productos que estén a su alcance. Sus protestas no son recogidas por los medios, ni llegan "diputados" de la AN, ni El Nazional, ni Globo Visión, ni Mari Cori, ni Ramírez a cubrir sus actos justos de reclamo al gobierno que eligieron. Son los que piden que se respeten los "precios acordados", que se les garantice los productos de la cesta básica, medicinas, transporte. Que no tienen "grupos de whatsApp " para ubicar los productos que necesitan, las medicinas que les hace falta, ni amigos enchufaos que les consiga una cita en el hospital, un cell inteligente de Movilnet, ni un auto marca Chery… esas cosas son para los que están "protestando" en los Parques del Este, en las urbanizaciones chic, en el Country Club pidiendo que les lleven gas doméstico, cell inteligentes de MOVILNET, cajas del CLAP, laptops de VETELCA, que les lleguen los perniles y los juguetes decembrinos a través del Carnet de la Patria.
Esas bases están dirigidas por aquellos "guarimberos" que fueron beneficiados con por las sobreseimiento de cargos, libertad plena, libertad provisional, medidas tomadas para garantizar la paz a pedido de Zapatero, y aprobadas por la ANC. Ellos si están cumpliendo con su trabajo. No así el gobierno.
Esas bases de operaciones son las que van a recibir a las tropas de Colombia, Guyana, los E.U, Perú, Ecuador… Son ellas las que les van a servir de "baqueanos" para ubicar a los militantes de la izquierda, a los dirigentes populares, a los funcionarios oficiales que están apoyando a la revolución. Son los que "sapearan" a los revolucionarios tal como lo hicieron durante los gobiernos de la IV República en Venezuela, en Chile durante el golpe de estado de Pinochet, en Panamá durante la invasión gringa, en Santo Domingo, Honduras, Granada.
Si esta situación no se controla, si el gobierno no tiene capacidad de, primero, lograr solucionar los problemas de abastecimiento, hiperinflación, servicios públicos, transporte, medicamentos, transporte público, agua potable, gas doméstico, gasolin, de ubicar a los "cabecillas" de las bases de operaciones, de detener sus acciones, de neutralizar sus llamados a la desobediencia civil, a la sublevación del pueblo; segundo, satisfacer las demandas del pueblo, de las comunidades; tercero, rescatar su popularidad a través de la toma de medidas para erradicar el oportunismo, la corrupción, la ineficiencia e ineficacia la prepotencia oficial, el bachaqueo, dentro del aparato estatal y gubernamental, lamentablemente tiene sus días contados y el proceso revolucionario, el legado de Chávez, los derechos para el pueblo consagrados en la CRBV, las Misiones, los beneficios al pueblo pronto serán cosa del pasado y se contarán por miles los heridos, muertos, las víctimas del proceso reversible, de la invasión, de la intervención armada de la derecha, tal como ocurrió en Chile, Panamá, Honduras.
Es ahora o nunca Para luego es tarde.
La lucha es larga. Organizar al pueblo es urgente.
Patria, socialismo o muerte.