El pueblo de Venezuela saldrá airoso ante la criminalidad de EEUU

En una época de amplísima interconexión digital, Estados Unidos no puede darse el lujo de someterse a más derrotas que serán viralizadas instantáneamente. Por esta razón, ha optado por subsidiar la guerra a través de mercenarios, como lo hizo en Siria y Libia, pero además, en hacer que otros países la peleen por ellos. No obstante, el problema sigue latente: ¿está dispuesta la población brasileña y colombiana, ver a sus soldados morir por un conflicto cuyo único beneficiario, tal y como lo ha expresado abiertamente John Bolton, serán las empresas petroleras estadounidenses?

A través de la propaganda mediática, se ha querido vender la idea de que una guerra contra Venezuela, sería una especie de "operación quirúrgica" al mejor estilo de las películas hollywoodenses. Sin víctimas, más allá de los combatientes militares y civiles que se opongan a que el presidente Nicolás Maduro sea apartado del poder, y con los partidarios de la oposición escondidos cómodamente en sus casas, siguiendo todo en tiempo real a través de las redes sociales.

El Pentágono ha hecho un análisis exhaustivo de las capacidades armamentísticas venezolanas, y sabe que miente cuando afirma que la intervención será corta y que además no encontrará resistencia.

El miedo es libre, y el Libertador Simón Bolívar es el escudo de la Patria Bolivariana.

En efecto, la ofensiva Bolivariana se subsume así: La prioridad de Estados Unidos es fracturar las Fuerzas Armadas Bolivarianas (FANB), para no tener que enfrentarse al armamento ruso que incluye sistemas de defensa aérea de largo alcance S-300VM Antey-2500, Buk-M2E y el Pechora-2M de mediano alcance, así como un gran número de tanques T-72B1V, BMP-3, BTR-80A, SAU Msta-S, armas autopropulsadas Noah-SVK, MLRS Grad y Smerch.

Y especialmente al poder aéreo del Estado venezolano, que posee aviones de combate Su-30MK2, lo cual lo ubica como uno de los primeros de Suramérica.

Otra complejidad para Estados Unidos, son las fuerzas terrestres venezolanas, equipadas con sistemas Igla-S MANPADS y ZU-23 / 30m1-4, así como los comandos de operaciones especiales, especialmente los grupos de francotiradores altamente entrenados y apertrechados con fusiles Dragunov SVD, capaces de detener por sí solos a un contingente entero de soldados enemigos.

Pero quizá, el mayor de los obstáculos de aquellos que claman por un desenlace militar en Venezuela, es precisamente la propia doctrina militar de defensa integral del país, que contempla "la guerra de todo el pueblo", así como un ágil y poderoso sistema de adiestramiento conocido como el Método Táctico de Resistencia Revolucionaria.

Si se cumplen las expectativas del Gobierno venezolano de fortalecer la Milicia Bolivariana con dos millones de miembros antes de abril, y de organizarlos en unas 50.000 unidades de defensa a lo largo de todo el territorio nacional, es posible generar un poderoso elemento de disuasión (y quizá de conciencia) para quienes no quieren un desastre militar de escala continental. Sin mencionar los 500 mil efectivos militares con que cuenta la FANB. Las venezolanas y venezolanos no se están chupando el dedo.

En fin, en tiempos de amplísima interconexión digital, Estados Unidos no puede darse el lujo de someterse a más derrotas que serán viralizadas instantáneamente. Por esta razón, ha optado por subsidiar la guerra a través de mercenarios, como lo hizo en Siria y Libia, pero además, en hacer que otros países la peleen por ellos. Sin embargo, el problema sigue latente: ¿está dispuesta la población brasileña y colombiana, ver a sus soldados morir por un conflicto cuyo único beneficiario, tal y como lo ha expresado abiertamente John Bolton, serán las empresas petroleras estadounidenses?

A través de la propaganda mediática, se ha querido vender la idea de que una guerra contra Venezuela, sería una especie de "operación quirúrgica" al mejor estilo de las películas hollywoodenses. Sin víctimas, más allá de los combatientes militares y civiles que se opongan a que el presidente Nicolás Maduro sea apartado del poder, y con los partidarios de la oposición escondidos cómodamente en sus casas, siguiendo todo en tiempo real a través de las redes sociales.

El Pentágono ha hecho un análisis exhaustivo de las capacidades armamentísticas venezolanas, aunque está descartado que son unos imbéciles, es innegable que idiotas si son, saben que mienten cuando afirman que la intervención será corta y que además no encontrará resistencia.

El miedo es libre. El Libertador Simón Bolívar es el escudo de la Patria Bolivariana. La historia está convocando a las mujeres y hombres a enarbolar el gentilicio de nuestros aborígenes y el de los próceres Bolivarianos. Rendirse nunca ni jamás. Tras la unidad monolítica del pueblo, venceremos. Que Dios se apiade de la alma de los traidores incluyendo la de los injerencista extranjeros.



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Alberto Vargas

Abogado y periodista, egresado de la UCV, con posgrado en Derecho Tributario y Derecho Penal. Profesor universitario en la cátedra de Derechos Humanos

 albertovargas30@gmail.com

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