La crisis venezolana: instrumento para la recomposición hegemónica de EEUU o inicios de su declive como potencia imperialista preeminente

CONTEXTO:

El año 2019 se inició en medio de una fuerte tensión política, provocada fundamentalmente por las acciones emprendidas por el gobierno de los Estados Unidos para desplazar del poder al chavismo y anularlo políticamente (sin descartar que eso implique también su liquidación física).

La jugada se centró en la autoproclamación de un diputado sin trayectoria política alguna, presentándolo como un personaje "fresco y novedoso" dentro de la escena política venezolana, comparado incluso con personajes que el capitalismo cultural global considera "estadista".1 No obstante la figura de Juan Guaidó, a pesar de su demostrada deficiencia discursiva, ausencia de carisma, falta de propuesta política (el "plan país" es solo un remedo de proyecto en la que se ofrece la subasta de Venezuela a las grandes trasnacionales, bajo eufemismos y consignas altisonantes), y de pertenecer a una de las células terroristas más reaccionarias de la escena política venezolana; no responde a un ejercicio de improvisación del Departamento de Estado norteamericano, sino a una maniobra que busca generar empatía entre la población venezolana y en general latinoamericana con los factores insurreccionales criollos, basado en el rescate de rasgos genéticos (el tipo es moreno), origen social (no forma parte de ninguna familia de la oligarquía tradicional venezolana) formación académica (cuenta con un título de ingeniero industrial de una universidad venezolana calificada como "de prestigio") y además, dentro de su acervo genealógico, cuenta con antepasados militares, con lo cual se pretende hacerlo potable frente a los integrantes de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana,2 uno de los factores cuya lealtad hacia el presidente constitucional de Venezuela ha frenado la escalada golpista promovida por el gobierno norteamericano.

La autoproclamación sirvió para legitimar, bajo el pretexto de la necesidad de brindar "ayuda humanitaria" al pueblo venezolano, la intervención no solo de los Estados Unidos en nuestros asuntos internos, sino de toda una comparsa de gobiernos americanos y europeos plegados a las directrices del corporativismo transnacional que gobierna a los EEUU.

El autoproclamado ha realizado algunas jugadas que presumen suponer -de tener éxito- darán al traste definitivamente con el chavismo no solo como factor de hegemonía y control del poder en Venezuela, sino con su propia existencia como sujeto político. Entre estos elementos destaca el ESTATUTO QUE RIGE LA TRANSICIÓN A LA DEMOCRACIA PARA RESTABLECER LA VIGENCIA DE LA CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA aprobado de forma fraudulenta el pasado 05 de Febrero; de dicho instrumento, lo más resaltante además de la clara e inobjetable violación de la Constitución Nacional vigente, es la indefinición que se le da a la duración de un hipotético gobierno provisional (no previsto en nuestra carta magna), bajo el argumento de "verificar el cese de la usurpación" y "asegurarse que existan condiciones para la realización de unas elecciones presidenciales de acuerdo a estándares internacionales"; es decir asegurarse de destruir cualquier amenaza (chavismo) que ponga en peligro un seguro triunfo en unas hipotéticas elecciones presidenciales (destruir el actual sistema electoral automatizado).

Paralelo a estas acciones, Guaidó y los factores de la oposición que le apoyan (que no son todos, por cierto)3 han mantenido una incesante, aunque contradictoria campaña de provocación, persuasión y desmoralización de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), cuyos resultados hasta ahora han fracasado totalmente; y han mostrado una corporación militar que, salvo algunos hechos puntuales 4 se muestra cada día más cohesionada en torno a la figura de Nicolás Maduro y más comprometida con la Revolución Bolivariana.

Otro frente que se ha mantenido relativamente silencioso, pero que está haciendo un grave daño, porque atenta directamente no solo con las condiciones de vida del grueso de la población venezolana, sino con la base popular de apoyo del gobierno venezolano, es la ofensiva contra la estabilidad económica.

En este aspecto, vale destacar que el gobierno ha logrado momentáneamente detener el alza vertiginosa del indicador del precio del dólar, para ello ha echado mano de tres medidas, por una lado abrir las puertas a una cotización "paralela pero legal", a través de Interbanex, aumentar el anclaje legal y también el Dicom, con lo cual tuvo que modificar las limitaciones sobre la tenencia de divisas y permitió su libre canje a través de casas de cambio autorizadas. Aunque deslegitimó su propio discurso sobre la irracionalidad del monto fijado por indicadores externos sobre el tipo de cambio, al fijar el Dicom a un tasa superior de la fijada por los factores fraudulentos a los cuales acertadamente acusaba de ser absurdos e intencionadamente políticos.

No obstante, poco o nada ha logrado en materia de estabilización de precios, ciertamente han descendido el costo de productos como el queso, la carne e incluso algunas verduras, frutas y hortalizas; pero pareciera que responde más a una intención de los comerciantes de salir de inventarios que en el caso de los alimentos, tienden a descomponerse y no a una medida económica implementada por el gobierno. Para colmo, instituciones como la Superintendencia para la Defensa de los Derechos Económicos (Sundde), se ha convertido en una institución totalmente inoperante y abiertamente inútil en esta delicada coyuntura.

En todo caso el tema económico es un escenario donde el gobierno no puede hasta ahora, exhibir ningún tipo de iniciativa exitosa, salvo las medidas de protección, como bonos, subvenciones y otras ayudas implementadas a través de la Plataforma Patria, así como el fortalecimiento de la red de Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), que han permitido atenuar extraordinariamente los efectos de las sanciones, sabotaje económico, el bloqueo, e incluso nuestra propia desorganización y corrupción.

En medio de este difícil escenario, el gobierno del presidente Nicolás Maduro, ha logrado sortear, hasta hora, con bastante éxito la escalada golpista y desestabilizadora que opera en su contra.

EL PROBLEMA VENEZOLANO SE INTERNACIONALIZA

La cuestión venezolana se ha convertido en una disputa en la que han entrado en juego tres potencias mundiales: EEUU, Rusia y China; y se ha internacionalizado mucho antes de que el tema haya sido sometido a discusión en el seno de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), aunque podríamos tomar como un "hito" ese episodio para "formalizar" la internacionalización del conflicto venezolano.

Esto nos hace replantear la posibilidad de que el conflicto pueda dirimirse en una reunión de diálogo convocada en Miraflores (aunque los esfuerzos oficiales en este sentido son plausibles y necesarios); tal escenario es imposible esencialmente por estas razones:

  • La oposición venezolana ha perdido totalmente la iniciativa política, de hecho, la jugada realizada por Guaidó ha quedado como una maniobra totalmente planeada y articulada por el gobierno de los Estados unidos y sus vasallos del llamado Grupo de Lima, 5 con el concurso limitante de factores y gobiernos de la unión Europea y la Organización de Estados americanos (OEA), Guaidó es un simple títere que hará lo que desde el extranjero le indiquen.

  • Los recursos energéticos de Venezuela son indispensables no solo para despegue del aparato económico de los EEUU y sus aliados, también lo son para China y Rusia, pero además, en el caso de las potencias euroasiáticas, Venezuela representa la puerta de entrada idónea para conquistar un mercado de más de quinientos millones de habitantes y en el caso específico de China, resulta cardinal el acceso a este mercado dada su condición de economía emergente.

  • Los EEUU están demostrando que no tienen intención de ceder su hegemonía en lo que históricamente han considerado su patio trasero. Esto responde a razones geopolíticas, históricas y por supuesto económicas.

  • El "caso venezolano" ciertamente puede convertirse para los EEUU, en una suerte de "enfermedad contagiosa" porque, independiente del rechazo o simpatía, de los aciertos o errores que puedan adjudicársele al Gobierno del Presidente Nicolás Maduro, su terca posición de defensa de la soberanía venezolana, lo reivindica y lo coloca dentro del plano simbólico y de los imaginarios de nuestro sub-continente, en una posición más favorable frente a las pretensiones norteamericanas tradicionalmente mal vistas por los sectores populares latinoamericanos y ese efecto podría a mediano plazo, favorecer la pérdida de control político por parte de las burguesías vasallas latinoamericanas, las que por cierto, enfrentan graves problemas de estabilidad a lo interno de cada uno de sus países.6

  • Los EEUU requieren asegurar la recomposición del continente y adecuarlo a sus necesidades de consumo de materias primas, control de mercados, y cordón de seguridad. América Latina es la región llamada a cumplir con tales requerimientos geopolíticos y es donde precisamente se están dando los movimientos de resistencia más complejos, audaces y peligrosos en contra del imperialismo.

Entonces estamos ante un cuadro bastante complicado, no solo para el gobierno venezolano, también lo es para el imperialismo norteamericano; porque si bien es cierto que el cerco económico, diplomático y político, la brutal guerra psicológica y las amenazas contra la integridad de Venezuela y la Revolución Bolivariana, han afectado considerablemente los aprestos con que cuenta el país; pero también el poder casi omnímodo que hasta hace pocos lustros exhibía el gobierno estadounidense ha venido disminuyendo considerablemente, dejando al descubierto la fragilidad de la otrora única potencia imperialista absoluta del planeta.

En este sentido vale considerar dos aspectos que exponen con total crudeza, la debilidad norteamericana de cara a la crisis venezolana:

1.- Los EEUU no cuentan con la misma capacidad de respuesta que tenían hasta hace unos años, para imponer su visión sobre la forma más idónea de resolver el conflicto venezolano, la que esté alineada con sus intereses, y la que además le asegure la mediano y largo plazo la hegemonía que hasta hace poco tiempo poseía.

Lo anteriormente señalado no debe considerarse como una desestimación del aparato militar, ni de las capacidades políticas, económicas y culturales de los norteamericanos; sin embargo, la táctica empleada hasta ahora, a pesar de hacer profundo daño al dispositivo económico venezolano, no ha producido el cambio de gobierno esperado, ni tampoco los objetivos fundamentales de la agenda política diseñada por los gringos para Venezuela.

2.- El aparente desconocimiento de la realidad venezolana, por parte del gobierno de Trump, producto de la subestimación de sus clases dirigentes revolucionarias, de la historia política del país y eventualmente de la sobreestimación de una clase política opositora exagerada e increíblemente torpe, los estimuló a internacionalizar el conflicto al llevarlo al seno de las Naciones Unidas, cuando ya habían fracasado en la OEA. En ese escenario no solo han sido desafiados abiertamente por Rusia y China, sino por otros países como la India (accedió a convertirse en un principal comprador de petróleo venezolano; e incluso ha encontrado a Europa, un tradicional vasallo de su política exterior, dividido ante cómo reaccionar frente a la coyuntura venezolana.

QUÉ ESPERAR AHORA?

De momento pareciera que la estrategia política de la oposición ha fracasado, a pesar del ruido que genera el plan de agresión disfrazado de ayuda humanitaria, la cohesión que hasta ahora ha demostrado la FANB, parece haber neutralizado por lo menos temporalmente, la materialización de un falso positivo que aliente una agresión militar abierta.

No obstante, el imperialismo consciente de su propia crisis y decadencia política y económica ha tratado de apurar el desenlace de la situación; la indisciplina venezolana es el primer y hasta ahora único germen y que puede servir para sellar el inicio del declive de EEUU como potencia hegemónica planetaria.

Por lo tanto, es totalmente errado esperar que de fracasar la estrategia de invasión militar disfrazada de ayuda humanitaria, pautada para el 23 de febrero, implica el cese de las agresiones norteamericanas contra la nación.

Este –hasta ahora- previsible fracaso, quizás logre debilitar o incluso sacar de circulación a los monigotes que hoy protagonizan temporalmente los esfuerzos norteamericanos por acabar con la Revolución y el chavismo en el poder, pero en nada supone un cese total de los planes diseñados por el gobierno norteamericano contra Venezuela.

Evidentemente, que a lo interno de Venezuela, el Gobierno Bolivariano deberá enfrentar una crisis más aguda, pero también deberá definir el rumbo que realmente quiere seguir: si realmente está decidido a transitar el laborioso pero necesario e impostergable camino hacia el socialismo, o si va a seguir prefiriendo tomar engañosos atajos que han servido para aumentar los riesgos de inestabilidad que hacen peligrar a la Revolución Bolivariana y al país entero.

1

Juan Guaidó ha sido comparado con Obama como una jugada para lavar su imagen de político mediocre y sin trayectoria https://cnnespanol.cnn.com/2019/02/07/la-transformacion-de-juan-guaido-y-su-parecido-a-obama/

 

2

En este aspecto, vale la pena resaltar el trabajo de una tradicional detractora de la corporación militar venezolana, Rocío San Miguel en el que asegura que “Guaidó abrió poderosos espacios de relacionamiento con la Fanb”, además de otras afirmaciones sin sustento alguno, publicada en varios medios de comunicación opositores al gobierno. http://efectococuyo.com/politica/rocio-san-miguel-guaido-abrio-poderosos-espacios-de-relacionamiento-con-la-fanb/

3

En este sentido, es llamativo el silencio que han guardado partidos como AD, Un Nuevo Tiempo, o dirigentes como Henry Ramos Allup, Manuel Rosales o incluso algunos “disidentes” internos como Luis Florido, quienes si bien no han manifestado rechazo a la jugada del partido naranja, (como sím lo han hecho Copei, el Mas o dirigentes como Claudio Fermín), han mantenido un silencio expectante con la probable intención de que,  en caso de que la marioneta triunfe, puedan participar en los beneficios que genere la subasta del país a intereses extranjeros.

4

De las manifestaciones de disidencia de la FANB contra el presidente Maduro, solo dos merecen ser mencionadas, y sin embargo no tuvieron ningún impacto, ni lograron sumar ningún apoyo de la institución; la primera fue el conato protagonizado por una veintena de tropas profesionales de la Guardia Nacional Bolivariana el pasado 21 de Enero y el mensaje grabado a inicios del mes de febrero, por un miembro del alto mando de la aviación, el General de División José Yánez Rodríguez.

 

5En este sentido, son elocuentes la admisión por parte del propio Guaidó de sus visitas secretas a finales del año 2018, a Washington, Brasilia y Bogotá, para afinar detalles con las autoridades de esos países sobre su autoproclamación de Enero

 

6

Un ejemplo de ello es el reciente triunfo de López Obrador en México, que aunque no puede achacársele directamente a un “efecto Maduro”, si tiene que ver directamente con la relación carnal y desvergonzadamente sumisa, de las clases dominantes de ese país con el gobierno de los EEUU

 

 



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Neftalí Reyes


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