Generalmente en estos días de asueto, resulta un tanto difícil escribir sobre temas de actualidad, y más si estos se dan en circunstancias complejas y difíciles en el contexto de amenazas muy serias contra la seguridad de mi país y su integridad territorial. Sin embargo, así lo asumimos.
Inicialmente, tenía pensado tratar el tema sobre la formalización del gobierno en el exilio del nuevo cachorro del imperio (el señor "White Dog", como es conocido popularmente), esto debido al nuevo periplo que recorrerá el procónsul auto proclamado por países como Brasil, Paraguay y Panamá, luego de su feliz estadía en Colombia, con todos los gastos pagos y utilizando aeronaves de la fuerza aérea de ese país, y que prestan sus servicios al Jefe de Estado de la nación neogranadina. Gracias adiós que la dinámica producto de algunas reuniones de carácter político con algunos excelentes y buenos camaradas me impidió cometer semejante aberración.
En estos momentos de coyuntura compleja, dura y difícil, la alta dirección política de nuestro proceso ha señalado algo que hay que reconocer y destacar. Nadie niega la coyuntura y las dificultades por las cuales nos ha tocado atravesar. Sin embargo, también es bueno destacar en los balances y análisis, elementos y factores moralizantes, que nos insuflan de ánimo para continuar la resiliencia y resistencia en los actuales momentos.
Increíble resulta que antes de que concluya la semana que va del 23 de febrero al 2 de marzo, el Estado- Nación venezolano le haya propinado al país que maneja el complejo tecnológico militar industrial más formidable sobre la faz de la tierra cuatro grandes derrotas. La neutralización de la operación militar envolvente disfrazada de asistencia humanitaria el pasado sábado, y la no aprobación los días martes 26 y jueves 28 de febrero, de una resolución que legitimase el escenario de elecciones generales, propuesto por EEUU nada más y nada menos que en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, donde se celebraron tres reuniones en menos de un mes, y dos la última semana, constituyen un importante indicador sobre el que sustentamos esta afirmación.
La cuarta derrota, más allá de eufemismos, tecnicismos y lugares comunes de la XI Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores del denominado "Grupo de Lima", solamente por el hecho de reconocer que una invasión militar a Venezuela no constituye una opción para la solución de la actual situación que afronta el país, constituye un aldabonazo de consideración a las pretensiones imperiales de hollar el sagrado suelo de la patria bolivariana.
Importante es recordar en el marco de este asueto de las fiestas carnestolendas como lo señalé al inicio de este artículo, que el próximo martes será 5 de marzo, conmemoraremos los seis años del cambio de paisaje de nuestro Comandante Inmortal y Eterno. Y este artículo pretende rendir homenaje a este hombre que consagró su vida y todo lo que tenía por darnos la Patria que hoy tenemos.
Sin mezquindades de ningún tipo, haciendo una evaluación objetiva de la actual coyuntura, debemos reconocer que el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, ha hecho un manejo impecable y sereno de la actual coyuntura y circunstancia. Pese a las escaramuzas y amenazas, el solo hecho de haber logrado el no desbordamiento y la preservación de la paz es una victoria incontrovertible.
Asimismo, cabe destacar también el papel desempeñado por nuestro canciller Jorge Arreaza, y el embajador de Venezuela ante la ONU, Samuel Moncada, quienes han tenido una labor excepcional en defensa de la patria. El despliegue de Darío Vivas y de Diosdado Cabello con las diferentes movilizaciones a nivel nacional, es indudable el camión de bolas que ambos le han echado dentro de las tareas que toca asumir en los actuales momentos. Pero sin desmeritar a nadie en particular, la labor desplegada por Freddy Bernal y el M/G y gobernador del estado Bolívar, Justo Noguera Pietri, se han pasado de bárbaros.
Pero, es importante destacar en estas líneas, que el que mejor se ha comportado que todos los personajes anteriores (y ofrezco de antemano disculpas por aquellos y aquellas integrantes del Alto Mando Político y Militar de la Revolución que no mencione en el presente escrito) hemos sido todos y todas y cada uno de nosotros y de nosotras. Es decir, EL PUEBLO HEROICO DE BOLÍVAR Y CHÁVEZ. Y desde aquí vaya mi auténtico reconocimiento a las bases del PSUV, pero también de los partidos aliados (PCV, PPT, ORA, Alianza por el Cambio, Somos Venezuela, Movimiento Revolucionario Tupamaro, Movimiento Electoral del Pueblo, UPV, Podemos) y a diferentes organizaciones políticas y sociales que respaldan a la Revolución Bolivariana, por cambiar el dolor en resistencia.
Así como han pretendido algunos en varios momentos no solo buscar el derrocamiento de nuestro proceso revolucionario para volver a sumirnos en la esclavitud de nuevo cuño, el pueblo venezolano, por encima de dirigencias particulares e incluso de liderazgos burocráticos y francotiradores internos, ha sabido pasarles por encima, y se ha declarado en un 13 de abril permanente. Él mismo se ha dotado de razones sagradas para mantenerse en la lucha.
Por ello, seguimos escribiendo páginas doradas y gloriosas en esta nueva historia que comenzamos con Hugo Chávez. Bolívar, el padre de la patria grande, fue conocido como el hombre de las dificultades, y supo sobreponerse a varias adversidades y triunfar. Nosotros y nosotras, que somos sus hijos e hijas y herederos de su gloria, hechos y hechas de su barro, estamos demostrando que vamos por su mismo camino.
Por ello, la gesta de nuestro pueblo hoy día adquiere ribetes de heroísmo y es algo verdaderamente sublime, inmarcesible podríamos decir. Realmente hay que agradecer a la providencia el vivir estos tiempos y ser protagonistas de esta nueva historia que día a día estamos escribiendo.
Imposible no escribir estas líneas sin que de mis ojos no broten algunas lágrimas al recordar al líder histórico y elemento subjetivo de nuestra Revolución, Hugo Chávez, de quien estoy seguro que desde dondequiera que este, nos mira orgulloso y feliz al convencerse que, pese a las dificultades y amenazas que nos ha tocado, nos toca y que sin duda nos tocará afrontar durante mucho tiempo, hoy seguimos teniendo Patria, la cual está más viva que nunca, ardiendo en llama sagrada, en fuego sagrado.
Por eso, y como lo señala el coro de nuestro canto patrio, el himno nacional: Gloria al bravo pueblo…
¡Leales siempre! ¡Traidores, nunca!
¡Bolívar y Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!