La experiencia del día de la mujer más oscuro que hemos pasado en Venezuela, este 8 de marzo de 2019, deja lecciones que conviene tener presentes para el futuro inmediato.
A pesar de que nuestras ciudades, típicas ciudades capitalistas modernas, dependen de un consumo descomunal de energía, pudimos sobrevivir a un "apagón inducido" de casi 20 horas continuadas. ¿Qué ocurriría en cualquier país del mundo si bajaran el "suiche" por 12 horas?
Las horas del 7-8 de marzo sin electricidad demostraron que a pesar de estar en el marco de una confrontación abierta con el poderoso imperio de los EE UU, no nos hemos preparado suficientemente para enfrentar situaciones de crisis como las que supondrían una intervención militar de nuestro territorio. Pero los hechos vuelven a demostrar que hemos podido "resistir" esta nueva arremetida, porque a pesar de las deficiencias al fin de cuentas tenemos condiciones para resistir los duros embates de un imperio dispuesto a lo que sea para lograr sus fines.
El sabotaje al sistema electico, que dejó más del 80% del país sin electricidad, nos deja más claro que nunca que el imperio no lanzaría bombas sólo "mata chavistas", en caso de una invasión, sencillamente porque no existen. Por tanto al momento de lanzar bombas matarán indiscriminadamente a venezolanos, independientemente de su ideología, de que estuvieran a favor o en contra de Nicolás Maduro y de su gobierno. La falta de electricidad afectó a todos los residentes del territorio: chavistas, antichavistas, ni-ni, indiferentes, etc. No vimos electricidad en ningún edificio, por muy a favor que estuviesen sus residentes de que Guaidó sea reconocido como el presidente legítimo.
El desastre pudo ser mayor, pero el imperio y quienes le han servido a sus fines en este saboteo eléctrico, están jugando duro y parten de que la premisa de que todos los daños causados, a fin de cuentas, serán atribuidos automáticamente al gobierno y a la incompetencia del gobierno y de una "dictadura" que tiene sus días contados. Ya el imperio ha cometido innumerables "crímenes" para imponer gobiernos convenientes a sus intereses, éste apenas quedará como otro ejemplo más de lo que es capaz el imperio para el logro de sus propósitos.
Este "ensayo" del imperio del 7-8 de marzo enfocado en el "sabotaje eléctrico" indica que la guerra no convencional que han impuesto a Venezuela llegó para quedarse y que no podemos descartar ninguna posibilidad de saboteo, por descabellada que pudiera parecer.
Confiamos en que el gobierno nacional continúe tomando todas las previsiones posibles para minimizar nuestras vulnerabilidades, pero especialmente que el pueblo mayoritario entienda y asuma que no debemos apostar a que triunfen quienes están dispuestos a convertir nuestro país en despojos con tal de controlar nuestros recursos y riquezas en nombre una "falsa libertad".
