El pueblo venezolano desde la llegada del invasor al suelo patrio comenzó a marcar su historia, una historia de triunfos y derrotas, que han marcado el camino de libertad e independencia que iniciaron nuestros pueblos ancestrales, en fecha 6 de enero de 1562, cuando se logra la primera gran victoria bajo el mando de los Caciques Guaicaipuro y Terepaima, quienes junto con los guerreros de las tribus: Teques, Caracas y Mariches, derrotaron a las tropas invasoras españolas conducidas por el capitán Luis de Narváez.
Esta victoria, significó la liberación de los territorios del centro de Venezuela, durante varios años, ya que los invasores, temían a la ferocidad con la cual luchaban nuestros ancestros guerreros, que jamás conocieron el miedo.
Guaicaipuro formó una coalición de gran alcance en contra de la conquista española del territorio de la actual Venezuela, con diversas agrupaciones que él condujo durante el siglo XVI en la región central del país, especialmente en Valle de Caracas. Él dirigió, entre otros, a los Caciques Tiuna, Naiguatá, Guaicamacuto, Chacao, Terepaima, Catia, Aramaipuro, Paramaconi y a su propio hijo el cacique Baruta. Guaicaipuro marcó el ejemplo de unidad.
"¡Huayra!" es uno de los gritos de guerra de los indígenas del siglo XVI, que significa "¡Venceremos!". Los pueblos originarios sostuvieron una tenaz lucha contra el invasor español. El conocimiento de materiales bélicos de la época desempeñó un papel importante en el exterminio de los grupos aborígenes. El exterminio que se llevó a cabo diezmó la población indígena de Venezuela; a pesar de la resistencia infligida no depusieron sus instrumentos guerreros.
Los pueblos originarios mostraron una firmeza implacable contra quienes buscaban someterlos en su propia tierra. Los caballos, los perros amaestrados, los fusiles, la fuerte vestidura y una gran experiencia en el arte de la guerra no lograron extinguir al grito de libertad que retumbaba en los valles y las montañas venezolanas. Ese valor está incólume en la población venezolana, en sus mujeres y hombres, he aquí su fuerza moral y resistencia.