1.- No resulta extraño el comportamiento del Secretario de Estado de
Estados Unidos en su reciente visita a la ciudad de Cúcuta, luego de
un dilatado periplo de varios días y países suramericanos, llevando
como principal tarea tratar de conseguir la aprobación por parte de
los gobiernos de esos países, un incondicional apoyo a su pretendida
invasión a Venezuela desde Colombia, ya planificada, pero hasta ahora
no resuelta favorablemente por el sometido gobierno colombiano.

El Sr. Pompeo, solicita a Nicolás Maduro que abra la frontera
con Colombia, por cierto medida tomada tardíamente por Venezuela,
luego del intento forzado de ingresar contra la disposición del
gobierno venezolano de una supuesta ayuda humanitaria, camuflage para
ingreso al territorio nacional de ingentes cantidades de materiales
para guarimbeo y desestablilización, como se pudo comprobar luego de
que los propios transportistas de las gandolas con presunta ayuda
humanitaria, procedieran a quemarlas para: por un lado acusar al
gobierno de Venezuela de haber destruido ayuda humanitaria y por otro,
que no se pudiera constatar el contrabando de material subversivo,
acto que de todas formas resultó inútil, porque quedó plenamente
establecido que, los vehículos fueron quemados en territorio
colombiano mediante bombas molotov por los propios propulsores del
ingreso forzado a Venezuela; pero como vale más tarde que nunca, el
cierre de la frontera con un país que nos amenaza constantemente con
tomar acciones contra Venezuela siguiendo el mandato de Washington,
está plenamente justificado, ya que se trata de evitar actos de
provocación que pudieran derivar en casus belli para justificar un
ataque a nuestro territorio. La solicitud del Sr, Pompeo no puede ni
tan siquiera ser digna de considerarse, porque todos sabemos de las
tropelías y falacias en materia internacional de que son capaces,
apoyados en su supremacía militar y su poderosa red mundial de
desinformación, para lanzar calumnias y esconder como los gatos
enterrando sus inmundicias, al desacreditar a países que no obedecen
sus órdenes, a los cuales someten o tratan de someter por la fuerza de
los cañones.

2.- El Sr. Pompeo aunque sin intención, deja claro que la autoridad en
Venezuela está en las manos del Gobierno Legítimo de Nicolás Maduro
al solicitarle que abra la frontera, a pesar de que por razones
humanitarias hacia el pueblo del Norte de Santander, el cierre deja
resquicios para algo de intercambio en servicios médicos y educativos
gratuitos también para colombianos, que siempre han disfrutado de
tales beneficios del lado de acá de la frontera, así como algo del
comercio de víveres a bajo precio por subsidio nacional, que como
sabemos aunque algunos lo duden, son la principal fuente de alimentos
de la población de Cúcuta; por cierto alimentos que en ocasiones
escasean en Venezuela.

No Sr. Pompeo, creo que no se puede atender su solicitud
porque aunque pareciera como un pedido humanitario posiblemente
sugerido por el Sr. Iván Duque para mejorar su problema de
abastecimiento en los departamentos de El Norte de Santander y
Santander, no podemos olvidar que su Gobierno Filibustero se ha
adueñado de cuantiosos activos financieros y fijos (Citgo)
venezolanos, que alcanzan a decenas de miles de millones de dólares de
Venezuela, se habla de $ 30.000 millones, ahora irrespetuosamente nos
ofrecen una limosna, según y que de 213 millones de dólares, más una
cantidad adicional de 60 millones. Sr Pompeo Venezuela no anda
mendigando para que nos hagan tan irrespetuosa oferta en lugar de
devolvernos lo que es nuestro y que a través de un payaso, pretenden
legitimar la apropiación de reservas y bienes nacionales, que
ingenuamente dejamos al alcance del Gobierno supuestamente honorable
de los Estados Unidos de América, y ahora durante la administración
Trump y su corte de piratas sin tapa ojo o patas de palo, han tomado
mano militari, como cualquier asaltante armado en un callejón
obscuro, lo que pertenece a todos los venezolanos.

Es conveniente aclarar al pueblo en general y especialmente
a los opositores, que han sido engañados por la estruendosa campaña
publicitaria antivenezolana, que pretenden ignorar los daños
inconmensurables que nos han causado por sus medidas restrictivas con
pretensiones de policía internacional, alegando amor por nuestro
pueblo, mientras nos sumergen en enormes dificultades económicas al
limitarnos de todas las formas a su alcance el intercambio comercial
y financiero, restringiendo al máximo la adquisición de alimentos y
medicinas, que no producimos en el País las cuales debemos importar;
también nos atacan dificultando el comercio con terceros países, a los
cuales amenazan con aplicar medidas contra sus economías.

Recientemente colocaron la guinda del pastel con acciones
contra nuestro Banco Central, para asfixiarnos por hambre y miseria y
luego engañan a parte de la oposición venezolana, al responsabilizar
al Gobierno de Maduro de las penurias que pasamos, por sus inhumanas
medidas contra un pueblo, que lo único que aspira es a que nos dejen
en paz, que eliminen de su discurso la ridícula y absurda idea de
que “Venezuela represente un peligro inusual y extraordinario para los
Estados Unidos”, la primera potencia militar y económica del mundo y
que no nos sigan atropellando con el único fin de apoderarse de
nuestras riquezas, a las cuales en todo caso, siempre tendrían acceso
por vía de los convenios comerciales equitativos y no por la fuerza
de las armas, infortunadamente para su maléfico fin han contado con
malos hijos de p´ patria. Es de notar que el estimado del daño
causado por las medidas anti venezolanas, coercitivas, ilegales,
inhumanas desde 2013 a la fecha sobrepasa los 300.000 millones de
dólares, a un pequeño país en vías de desarrollo frenada por las
apetencias del Imperio sobre nuestras riquezas.

3.- Alguien decía que en Venezuela el Presidente es quien atiende el
teléfono en Miraflores y hasta la fecha no cabe la menor duda de que
ese derecho lo ejerce Nicolás Maduro Moros, el Presidente
Constitucional de la República de acuerdo al resultado de las
elecciones presidenciales del 20/05/2018, y que mientras tenga el
respaldo de más del 75% de los países que hacen vida en la ONU, el
apoyo internacional seguirán siendo masivo y determinante; pero,
existe un “pero” muy importante que hay que tomar en cuenta: Cuba ha
sido sometida a un embargo-bloqueo económico por parte del gobierno
de los Estados Unidos por 60 años y aunque la comunidad internacional
por inmensa mayoría que alcanza el 96.5% plantea que es ilegal y debe
suspenderse, los gobiernos estadounidenses con con el único apoyo de
Israel, desprecian tal situación y a pesar de que saben que no los
asiste la razón, mantienen el embargo porque se les da la gana,
dejando claro que para eso son un Imperio militarmente Omnipotente

Con esto quiero significar que, la visita del Sr. Pompeo a
Colombia y especialmente a Cúcuta, pudiera tener como trasfondo el
hecho de que pudieran intentar una acción militar más concreta para
establecer, preferible pero no necesariamente en el Táchira incluyendo
a San Cristóbal, una sección aunque sea muy pequeña de territorio que
llamaría “liberado de la dictadura” y que sería el asiento del
gobierno paralelo de Juan Guaidó; a mi entender el único requisito
para que el supuesto gobierno del autoproclamado sea reconocido por
algunos otros países pero especialmente por Christine Lagarde del
Fondo Monetario Internacional, lo cual daría pie a mayores estropicios
ilegales en contra de las finanzas venezolanas, inclusive al
otorgamiento de un préstamo, que hipoteque la nación por decenas de
años y que de esta manera se pierda casi que por siglos la
independencia y soberanía de la nación que planeó y conquistó la
independencia de 5+1 (Panamá) países latinoamericanos y Venezuela,
adalid de libertades, sometida por deuda externa y eterna a la
sumisión a poderes facticos indiscutibles, por tener la deuda
características de “semilegalidad” al ser contraída por un gobierno
venezolano “legitimado” solamente desde el exterior, aunque paralelo,
pero con asiento en una ínfima porción de nuestro territorio

Por lo expresado se hace inaplazable una solución que
invalide de forma incuestionable y de una vez por todas la posibilidad
de un gobierno paralelo que pueda restar legitimidad al Gobierno de
Nicolás Maduro, y elimine de nuestro horizonte la posibilidad de
controversia, que pudiera derivar en contienda armada entre
venezolanos y colombianos y algo peor, que pudiera terminar como una
guerra civil que al final conforme a la conveniencia e intervención
del “Gran Hermano del Norte” y por el caos resultante, nos
balcanicemos, terminemos en pedazos y que según las aspiraciones del
gobierno colombiano, pudiera terminar con la separación de Zulia y
Falcón para Colombia, Guayana, la Faja del Orinoco y el Arco Minero y
el Esequibo, para los Estados Unidos, posiblemente perdidos para
siempre y el resto, una tercera porción que pudiera mantener el nombre
de Venezuela, donde antes existió un bello país con grandes
esperanzas de desarrollo, que desaparecieron ante las apetencias
voraces de los todo poderosos Estados Unidos de América, según la
tesis de James Monroe de: América para los Americanos, que debemos
entender como: América para los Norteamericanos, basados en la
supuesta negada realidad que ellos llaman, “el destino manifiesto”.

Hay que tener muy presente que no fue por casualidad que el
Gobierno Trump designo a un delincuente, exconvicto por narcotráfico y
comerciante de armas, acusado de genocidio por acciones militares y
de limpieza étnica en Centroamérica, y Oriente Próximo, promotor
involucrado hasta los tuétanos en la masacre de El Mozote, con más de
1.000 asesinados, acto que justificó diciendo que en El Salvador se
había dado un paso importante hacia la democracia, por estimar tal
barbarie, beneficiosa para los Estados Unidos y ante una pregunta
relacionada con la masacre y referida a Venezuela del congresista
Ilham Omar, sobre si se involucraría en una acción armada en
Venezuela similar a la de El Mozote, se negó a contestar, lo que
permite deducir que sí estaría dispuesto a un genocidio igual, porque
no quiso comprometerse aprovechando para salir del paso, con un fácil
“No” ante el Congreso, porque pudiera restarle confianza de sus
jefes para acciones similares en Venezuela.