Edgar Valero Díaz.
1.- Reciente información de proveniente de Estados Unidos declara que El Pentágono estudia como intervendría en Venezuela según los acontecimientos es nuestro país, conforme a la indagación que puedan recabar de la situación existente, con el fin de proceder a actuar según su leal saber y entender en nuestra pequeña nación, que sólo pretende ser independiente y soberana y que según pensamos, con nuestra actitud, ni ofendemos ni amenazamos a nadie y mucho menos a la súper potencia mundial que constituyen los Estados Unidos de Norteamérica.
Como es lógico pensar tratamos más allá de lo que establece la prudencia, evitando a todo evento que los halcones que revolotean en los jardines de la Casa Blanca, no tomen como excusa cualquier acción soberana que realicemos y emprendan su vuelo depredador y destructivo contra nuestra modesta economía, la cual ya han afectado en decenas de miles de millones de dólares, y que día a día anuncian nuevas acciones contra nuestra capacidad económica financiera y de control y manejo de nuestro petróleo, incluyendo los buques que transportan nuestro crudo, causando la crisis humanitaria que exageran, pero que es real e inventen nuevas formas de "constreñirnos hasta que reventemos" según ha manifestado el propio Presidente Trump y como lo han venido haciendo o algo peor, sopesar una acción militar formal posible y hasta probablemente desde Colombia, según se desprende de la unidad de criterio manifestada al respecto desde Washington y la ratificación permanente del Jefe del Ejecutivo colombiano, muñequito de torta, marioneta que sólo baila al son que le toquen desde el Norte, aunque en ello le vaya su paz internacional y graves daños tanto físicos como financieros y comerciales, aunado a los costos de un enfrentamiento militar con Venezuela, mediante un ataque artero y traidor a su principal socio económico por muchos años, un resquebrajamiento moral ante su propio pueblo que conoce el tratamiento humanitario que hemos dado en Venezuela a casi 6 millones de colombianos, que hacen vida en nuestro país, sin discriminación de ningún tipo en los beneficios sociales que proporcionamos a nuestra población en general.
2.- De nuevo el halcón más agresivo en sus amenazas, Consejero de Seguridad del Gobierno Estadounidense, John Bolton, volvió a dar nuevas y amenazantes declaraciones contra nuestro País, insistiendo en su bravucona tesis de "que todas las opciones continúan sobre la mesa", siempre insinuando la intervención militar, que probablemente sería con el uso de Mercenarios hispano hablantes que han estado reclutando en países centroamericanos y según parece entrenando en algún lugar de Colombia por miembros del Mossad israelí; El requisito del Dominio del castellano les permitiría mimetizarse en nuestro territorio, y quizá al crear confusión posiblemente disfrazados con uniformes similares a los de nuestros militares en cualquiera de sus componentes, (ya lo intentaron con los paramilitares que apostaron en la finca Dactari con el fin de atacar Miraflores) pudieran tratar de fingir como un levantamiento contra el Gobierno de Maduro, realizar encuentros tipo escaramuzas con miembros de nuestra Fuerza Armada, favoreciendo actividades desestabilizadoras, creando confusión y caos, que influya en la toma de decisiones que adelantaría el Pentágono, de acuerdo a los resultados de los estudios que efectúan y que como sabemos siendo un estamento estrictamente militar, no serían de esperar acciones pacíficas, sino intervención armada como corresponde al tenebroso cuerpo, corazón del militarismo de Estados Unidos, aunque debo reconocer que fueron los altos miembros del Pentágono que advirtieron a mediados del verano de 2017 al Presidente Trump, sobre la inconveniencia de iniciar una acción bélica contra Venezuela y esta admonición paralizó la aventura militar que ya había decidido en principio sin consultar con los altos jerarcas de la Defensa de USA, que afortunadamente consiguieron disuadirlo.
Algunos escarceos ocurridos recientemente en nuestra sensible frontera tachirense pueden ser tomados como intentos de crear el tan anhelado casus belli mediante bandera falsa, que inicie acciones bélicas de mayor envergadura, como el intento de ingresar en nuestro territorio usando mercenarios y con colaboración de parte de los desertores que, se fueron a Colombia el días 25/03, obligando al Ejército venezolano a rechazar la agresión mediante el uso de las armas, que pudieran dar pie a una escalada guerrerista.
3.- No hay que perder de vista la variadas interpretaciones que se le pueden dar al fallido intento de golpe del pasado 30 de abril y tener muy presente que las aspiraciones sobre el control político y económico de Venezuela por parte del Imperio Norteamericano no han cesado, que su ambición de apoderarse de nuestro petróleo y minerales tanto raros: coltán, torio etc., como preciosos: oro en abundancia y diamantes, todo ubicado en el arco minero guayanés, no va a cejar luego de la "derrota" que se le infligió con su fracasado golpe, que por otra parte pudiera ser una victoria en la batalla librada y de ninguna manera el fin de la conflagración en puertas iniciada hace ya algunos años como guerra económica, cuyo carácter está cambiando al volverse una posible amenaza de intervención militar con la misma meta visualizada desde el principio, el control de nuestras riquezas.
Ahora bien, el Presidente Trump y su grupo de asesores belicistas sabe que la intervención armada tendría gran resistencia, primero en Venezuela con nuestra limitada pero existente capacidad de reacción, luego la opinión internacional contraria a la acción militar contra un estado soberano conforme al derecho internacional; la casi segura frontal oposición en el Consesjo de Seguridad de la ONU a la aventura belicista, de esas dos potencias que son China y Rusia, además de lo determinante que resultan los intereses individuales de numerosos países en comerciar con Venezuela las citadas riquezas, que de quedar en manos únicamente de Estados Unidos no podrían compartirlas y piensen que aun respaldando la acción bélica pudieran quedar fuera del festín contra Venezuela; ambas razones suficientes para objetar la operación militar y lo que parece bastante claro es que, una derrota a Venezuela sería más que posible, a pesar de que Estados Unidos como potencia trataría de mantenerse al margen y la muy poco probable ocupación del territorio para el disfrute de lo conquistado quedaría en manos de mercenarios, quizá asistidos por soldados colombianos; tal ocupación parece difícil, porque creo que, los venezolanos no estamos ni estaremos dispuestos a ser ocupados por fuerzas extranjeras sin objeción beligerante contra los ocupantes, que estarían en inmensa inferioridad numérica lo que dificultaría enormemente sus acciones depredadoras.
4).- No obstante lo que he venido exponiendo sobre poca posibilidad de acción bélica contra Venezuela ésta no es descartable; sí el Pentágono resolviera de manera casi que criminal bombardear a Venezuela, (últimamente los Estados Unidos para lavarse la cara no ponen tropas en tierra), no obstante, existe la posibilidad de intento de ocupación militar utilizando mercenarios eufemísticamente llamados Contratistas Civiles, apoyados quizá tropas colombianas, como manifestara, pero creo, que por un tiempo los Estados Unidos se mantendrán fuera de la opción militar, porque una acción de ese tipo no sería como en otros casos un simple "Golpe de Fuerza": quizá el golpe contra Allende en Chile y los más recientes de Brasil y Paraguay, sino que pudiera convertirse en promotores de acciones de guerra ya prácticamente erradicadas del Continente y quizá pensando bien, no estarían dispuestos a cargar con el daño moral a su prestigio frente al resto de los países que hacen vida en la ONU, además de algunas derrotas parciales no descartables, pero siempre se debe tener en cuenta la presencia siempre amenazante del poderío militar estadounidense y la conocida prepotencia de sus gobernantes, especialmente el equipo de Gobierno actual encabezado por el Presidente Trump y su camarilla de servidores inmediatos: Pompeo, Pence, Boltón. Abrams, el asomadito de Rubio y la voz siempre pesada del Almirante Craig Farrel del Comando Sur, que según expresa, sólo espera para intervenir la petición de Juan Guaidó, quien ha manifestado que procederá a solicitar la intervención de dicho comando por acción de la 4ª flota desplegada en el Atlantico y que movilizarían hacia El Caribe.