Comunicado en relación a un molesto presidente de un país del continente americano

Observamos con profunda preocupación cómo este presidente viene constituyéndose, cada día más, en una seria amenaza para la paz, la estabilidad y la democracia de la región. Es más: no sólo de la región; ¡del mundo!

Llegado al poder por medio de infames estratagemas dolosas, en dos ocasiones osó burlar los mecanismos democráticos apelando lisa y llanamente al fraude. Es un delincuente, así de simple: un impostor que ha violado la carta magna de su país, y pese a estar investido hoy con la majestad que su alto cargo le confiere, no deja de ser un vulgar delincuente: embustero y usurpador que se valió de la estafa electoral para llegar al puesto que detenta. Debería estar en la cárcel por impostor, por maquiavélico confabulador, en lugar de todos esos presos que atiborran las prisiones de su país, en muchísimos casos sin causa alguna, o simplemente porque osan disentir las líneas que su gobierno impone.

Impostor fraudulento es el delito menos grave que se le puede atribuir. En sus años de ejercicio de la presidencia ha manejado los asuntos públicos, tanto nacionales como internacionales, con la violencia como primera y única norma. Violencia que se monta en el fanatismo más enfermizo. Para decirlo sin ambages ni cortapisas: es un fanático sediento de sangre, así de simple.

No nos equivocamos un ápice si decimos que su gobierno es una virtual dictadura, aunque esté disfrazada de democracia. Dic-ta-du-ra, así como suena, con todas las letras. Y quien promueve, sostiene y prolonga una dictadura no puede menos que ser un dictador, pese a maquillar las cosas presentándose como un paladín de la democracia. ¡Dic-ta-dor! ¡Jamás se ha visto tanta hipocresía descarada!

Su pueblo vive en el limbo. Merced a un macabro mecanismo de manipulación social, perversamente presenta una imagen de sí y de su gobierno absolutamente distante de lo que en verdad es, haciendo creer a sus conciudadanos puros cuentos fantasiosos, en un todo alejados de la realidad. Se dice defensor de valores sacrosantos, puros y nobles, pero sabemos que su gobierno es absolutamente lo contrario. Y es eso, justamente, lo que nos preocupa, lo que nos llena de consternación.

Los medios de comunicación, los propios de su país y muchos de la comunidad internacional, por desconocimiento, por hacerle el juego, por apatía, simplemente continúan dándole largas a esa perversa cantinela y no se atreven a denunciarlo con toda la fuerza que la situación merece. Pero creemos firmemente que no podemos seguir tolerando esta falacia y salimos a gritar a los cuatro vientos para que el mundo nos escuche y tome cartas en el asunto: ¡este dictadorzuelo no puede continuar con su política agresiva, provocativa, dañina! En nombre de la pacífica convivencia y de la sana democracia, en nombre de la tranquilidad de los pueblos del orbe tenemos que ponerle coto a esta infame situación.

Denunciamos de la manera más enérgica a este repudiable lobo disfrazado con piel de cordero. Lo denunciamos y hacemos votos para que urgentemente abandone el poder al que parece atornillado y del que no se quiere desprender pese a que la voluntad popular así lo manifiesta. Que manipule a su antojo las conciencias de su pueblo no significa que tenga la verdad en su mano.

No podemos seguir tolerando un foco de desestabilización de esta envergadura, por el bien de nuestros pueblos de la región y por la paz mundial. Si no actuamos hoy de la manera más enérgica, mañana quizá sea demasiado tarde. Ya hemos tolerado demasiado su arrogancia, sus bravuconadas, la forma en que continuamente nos agrede. ¡Ya es hora de actuar! El mundo libre, la democracia y los más sublimes principios de convivencia entre todos los seres humanos reclaman a gritos una pronta intervención para terminar con esta injusticia que tiende a perpetuarse. Su fanatismo parece no tener límites, y es imposible, indigno, inmoral, pretender imponer fanatismos, cualquiera sea.

Todo esto nos llena de preocupación. Hasta ahí hemos llegado, y consideramos que en forma urgente este dictador autollamado presidente debe cambiar sus políticas, o retirarse. Por eso convocamos a redoblar los esfuerzos de todos los que seguimos creyendo en la libertad para lograr estos supremos objetivos.

Palabras como las siguientes, que pronunciara el 29 de septiembre del año 2000 en Saginaw, Michigan, no deben confundirnos: “Sé que los seres humanos y los peces pueden coexistir pacíficamente”. Más allá de su retórica falaz, artera y fanática, no debemos dejarnos engañar por sus cantos de sirena y tenemos que empezar a actuar de una buena vez. Nuestros hijos, nuestros descendientes y los descendientes de nuestros descendientes nos lo agradecerán.

Por supuesto, nos estamos refiriendo a George W. Bush.


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Marcelo Colussi

Psicólogo. https://www.facebook.com/marcelo.colussi.33 https://www.facebook.com/Marcelo-Colussi-720520518155774/ https://mcolussi.blogspot.com/

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