La guerra asimétrica continuará

A pesar de la victoria contundente del Presidente Chávez y la revolución bolivariana el pasado 3 de diciembre, el gobierno de Washington sigue con sus ataques en contra de Venezuela y sus manipulaciones en la prensa internacional. Aunque han reconocido el triunfo legítimo de Chávez y el pueblo en su mayoría, las multiples editoriales de los grandes medios impresos estadounidenses siguen promoviendo falsas matrices de opinión que intentan desacreditar al Presidente venezolano y los objetivos de la revolución. Por eso, pensé que era importante incluir aquí un extracto de mi nuevo libro, “Bush vs. Chávez: La Guerra de Washington Contra Venezuela” (Monte Avila Editores), sobre la Guerra Asimétrica.

Los tres principales frentes de ataque (el financiero, el diplomático y el militar) que ha empleado el gobierno de los Estados Unidos contra Venezuela en los últimos años forman parte de una guerra asimétrica. La «guerra de todo el pueblo», la guerra asimétrica, contemporánea y no tradicional, la guerra de cuarta generación o irregular, son varios de los términos que se utilizan para describir a este conflicto no convencional donde el campo de batalla se extiende a todos, todas las cosas y todos los lugares. El conflicto podría ser «…militar o no militar, letal o no letal, o una combinación de todo dentro de la gama de instrumentos de poder de un Estado o coalición de Estados. Como tal, pudiera tratarse de un juego de suma cero en el que solo uno sale vencedor o, en el peor de los casos, no hay vencedores».

En la guerra asimétrica no existen reglas, no hay prohibiciones, es una guerra en la era de la globalización. Algunos expertos militares se refieren a ella como un conflicto de «cuarta generación» que aprovecha la disparidad entre las partes contendientes para obtener ventajas. Los conflictos de primera a tercera generación incluyen tipos más tradicionales de combate militar, desde la «guerra de desgaste con baja tecnología» (mientras más oponentes mueran, mejor), hasta la «guerra desde afuera» (emplea velocidad, sorpresa y letalidad para atacar los puntos débiles del adversario) y utiliza el «poder del cerebro» para alcanzar el éxito contra el enemigo. La guerra de cuarta generación emplea la «asimetría estratégica», definida como la capacidad de «actuar, organizar y pensar de forma diferente a los oponentes para elevar al máximo las ventajas de uno mismo, explotar las debilidades del oponente, lograr la iniciativa o ganar la libertad de acción. Puede tener dimensiones psicológicas y físicas». Expertos como el coronel Max G. Manwaring (retirado) del Ejército de los Estados Unidos, consideran que el conflicto de cuarta generación es una «metodología empleada por el débil contra el fuerte», pero en la guerra de Washington contra Venezuela, la asimetría estratégica es, al parecer, el modus operandi escogido.

En Venezuela´s Hugo Chávez. Bolivarian Socialism and Asymmetric Warfare [El socialismo bolivariano de la Venezuela de Hugo Chávez y la guerra asimétrica], escrito por el coronel Manwaring y publicado por el Instituto de Estudios Estratégicos del Ejército de los Estados Unidos en octubre del 2005, se hace referencia al presidente Chávez como el «inteligente competidor» que

…ni siquiera intentará derrotar a sus enemigos según sus condiciones. Por el contrario, tratará de cambiar el terreno de juego para apartarlo de confrontaciones militares convencionales y pasar a formas no tradicionales de ataque contra la estabilidad e integridad de una nación. Por ende, todo parece indicar que este astuto guerrero está preparado para desestabilizar, para facilitar los procesos de fracaso estatal y, así, «destruir para reconstruir» en una forma realmente revolucionaria. Resulta interesante que el coronel Manwaring se refiera al sistema político venezolano, el «bolivarianismo», como forma de «democracia popular» que también cataloga conjuntamente con los «narco-estados disfuncionales, problemáticos y criminales» que «ponen en peligro la seguridad, la paz y la prosperidad global». De manera que ahora las «democracias populares» son consideradas criminales y terroristas a los ojos del Ejército de los Estados Unidos.

Manwaring, quien afirma que Chávez persigue «…todos los medios, desde la propaganda, el terrorismo y el narcotráfico, hasta la destrucción total de una sociedad determinada para lograr “sus” objetivos», recomienda «…una acción coherente y paciente que abarca todas las agencias de un gobierno específico y sus aliados internacionales. Ese tipo de acción incluiría la política, la democracia, la defensa, la inteligencia, la aplicación de las leyes y el desarrollo económico y social». En otras palabras, básicamente todo lo que el gobierno de los Estados Unidos está haciendo con Venezuela.

Manwaring admite que la guerra asimétrica es «el único tipo de guerra que los Estados Unidos han perdido» e indica que Chávez está provocando una «super insurgencia» por toda la región, que resuena entre un gran número de personas en Venezuela y América Latina, y que tendrá que considerarse como una suerte de «Ajedrez del Mago». Al considerar a Chávez como un «enemigo real e inteligente» que deberá ser enfrentado mediante un paradigma multidimensional y multinacional a nivel estratégico para un conflicto asimétrico contemporáneo, el coronel Manwaring recomienda una respuesta «civil-militar unificada» que comprenda la «naturaleza fundamental de la subversión y la insurgencia» y las formas en que las «consideraciones políticas y psicológicas inciden en el uso de la fuerza». Especialmente sugiere la utilización de los «medios de comunicación masiva locales y globales» y una «capacidad de inteligencia que trascienda aún más la norma actual» a fin de competir con Chávez. Evidentemente, el gobierno de los Estados Unidos ya ha estado poniendo en marcha estas medidas. La campaña de propaganda internacional contra Chávez se encuentra en su apogeo al igual que la nueva misión especial de la CIA destinada a concentrarse solamente en Venezuela y Cuba.

El concepto «Ajedrez del Mago» proviene de una película de Harry Potter, pero el coronel Manwaring lo utiliza para demostrar el tipo de guerra que está llevando a cabo Washington contra Venezuela. Él resume:

“el mortal juego del “Ajedrez del Mago” como metáfora del conflicto asimétrico contemporáneo (…). En el juego, los protagonistas mueven silenciosa y sutilmente las piezas por todo el tablero. Bajo la estudiada dirección de los jugadores, cada pieza representa un tipo diferente de poder directo e indirecto y puede conducir simultáneamente sus ataques letales y no letales desde diversas direcciones. Las piezas no muestran piedad hacia su enemigo y están preparadas para sacrificarse a fin de permitir que otra pieza tenga la oportunidad de destruir o controlar a un adversario —o propinarle un jaque mate al rey—. Sin embargo, a la larga, este juego no es una prueba de pericia para crear inestabilidad, desatar una violencia ilegal o alcanzar una satisfacción comercial, ideológica o moral. En un final, se trata de un ejercicio de supervivencia. Perder en el Ajedrez del Mago no constituye una opción”

El gobierno de los Estados Unidos jamás ha considerado la derrota como una opción, y como se ha demostrado a través de siglos de invasiones e intervenciones en todo el mundo, continuará, repetirá, y en ocasiones mejorará, sus esfuerzos hasta alcanzar su meta. El «Ajedrez del Mago» contra Chávez comenzó hace cinco años y, hasta la fecha, los Estados Unidos están siendo vencidos. Perdió con el intento de golpe, el sabotaje económico o «paro» y el referendo revocatorio —las tres etapas previas a la intervención—. Pero ahora, los riesgos son mayores y ya se han colocado las piezas clave para la próxima jugada.

Recientemente, el Pentágono concluyó su «plan más ambicioso» para combatir el terrorismo en el mundo. Si bien los detalles de este son secretos, el papel del ejército se amplió especialmente en la esfera de las tropas élites de operaciones especiales que utilizarán fuera de las zonas de guerra de Afganistán e Iraq. En realidad, el Comando de Operaciones Especiales del Pentágono, con base en Tampa, Florida, ya ha despachado «…pequeños equipos de los Boinas Verdes del ejército y otras tropas de operaciones especiales a las embajadas estadounidenses en aproximadamente 20 países en el Oriente Medio, Asia, África y América Latina, donde realizan planes operacionales y recopilan información de inteligencia para aumentar la capacidad de lanzar operaciones militares donde los Estados Unidos no están en guerra». Es indiscutible que Venezuela es uno de los países hacia donde se han «despachado» las fuerzas especiales élites. El tipo de operación militar planificada por los Estados Unidos en Venezuela no está claro, pero lo que sí se puede garantizar es que el juego de «Ajedrez del Mago» aún no ha concluido. ¿Entrarán las fuerzas élites en Venezuela para llevarse al «rey»? o ¿contribuirá la Revolución Bolivariana a lograr realmente, como ha declarado el presidente Chávez, «el fin del imperialismo de los Estados Unidos» en este siglo? Lo que sí se puede asegurar es que ninguna de las partes se detendrá, esté a la defensa o a la ofensiva, hasta que se declare el «jaque mate».

evagolinger@hotmail.com


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Eva Golinger


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