Desbrozando y analizando no sólo lo declarado, sino también entre líneas las informaciones divulgadas tanto en Venezuela como en medios internacionales, se puede deducir que la amenaza de una acción de tipo bélica como el forjamiento de alguna falsa bandera para crear una excusa con el fin de agredir a la República Bolivariana de Venezuela sigue vigente; no hay que perder de vista que la "orden ejecutiva" que promovió el expresidente Barack Obama el 10 de marzo del 2015 donde de manera inaudita declara que una pequeña nación en vías de desarrollo representa una amenaza inusual y extraordinaria para el país más poderos del orbe, dotado de un poder económico, comunicacional y el militar, entendido como poder de fuego, que estaría en capacidad de enfrentarse al resto del mundo, se escondería detrás de un supuesto miedo que le genera un pequeño país como el nuestro, para mantener un alerta máxima que les permitiría atacar a Venezuela sin previa autorización del Congreso, apoyado en la ley The War Power Resolution, de noviembre de l973 que afianza "la orden ejecutiva de Obama" que crea en el pueblo estadounidense, la sensación de que están próximos a ser objetos de un ataque militar, porque están generalmente muy mal informados, entre otras cosas por falta de interés en nada que ocurra más allá de su entorno inmediato, ya que la generalidad de los jefes de familia al llegar al hogar , dedican el tiempo de ocio a descansar comiendo cotufas y bebiendo cerveza frente a sus televisores, que siempre adelantan una buena campaña de desinformación, que los mantiene imbuidos en el miedo de una constante amenaza extranjera, como la que puede "representar Venezuela", que por la ratificación del malhadado decreto de Obama, quedan convencidos de que el peligro no sólo es real sino inminente.
Se puede asegurar que tal Decreto a Ejecutivo es la única medida que el inefable Donald Trump ha aceptado como correcta de la última administración Demócrata y la mantuvo mediante ratificación del agresivo decreto, sin base que lo justificara cuando Obama y tampoco ahora, a menos que en su empeño en mantener la Doctrina Monroe, nos sigan considerando su "patio Trasero", además de que como parece, pretenden aplicarnos el incalificable exabrupto de considerarse con derecho a todo aquello a lo que le puedan hincar sus dientes y garras según su teoría del "Destino Manifiesto" y desgraciadamente parece estamos en la mira, de la voracidad incontenible del Imperio.
Observando este panorama, con la óptica que nos ha mostrado el Presidente Maduro, que aun pretendiendo no ser alarmista, con inusitada frecuencia aborda el tema de la probable agresión a Venezuela, de que se encuentra en desarrollo un programa de falsos positivos desde la vecina Colombia, que pudieran degenerar en Casus Belli, que a su vez dieran pie a la injerencia directa y justificaran por el supuesto daño causado y el honor ofendido, un ataque militar, del combo OTÁN- Colombia, buscando pescar en río revuelto con sus viejas aspiraciones sobre el Zulia, Falcón y sus riquezas en hidrocarburos, probablemente con la anuencia del autonombrado, y los antipatria que se guarecen entre Bogotá y Florida; la aspiración de Guyana sobre nuestra Guayana Esequiba, a precio de nada y a la espera de la orden del Imperio y por supuesto los Estados Unidos de Norteamérica detrás del gran premio: las reservas de petróleo y gas de Venezuela además de apoderarse a mano militari del Arco Minero de Guayana, con sus probadas reservas de oro, Diamantes, Coltán, Torio y quien sabe que más podrán adquirir si la invasión llega a realizarse y resultara victoriosa y sin resistencia interna.
Tan cercano pudiera estar la agresión que se han develado numerosos intentos de conocer las capacidades de nuestra aviación militar, en especial del sistema Sukhoi 30, y de cómo han tratado con mensajes y llamadas desde el exterior básicamente desde Colombia, con el fin de que oficiales y personal a cargo del mantenimiento de esas unidades, den informaciones clasificadas y sustraigan bajo soborno piezas indispensables al funcionamiento de las aeronaves; los detalles al respecto se conocen por denuncias de los "tocados" por el servicio secreto de Colombia, pero no se descarta que esos intentos sean "machineados" por la CIA. Estas intentonas son claros indicios de un ataque pronto o tarde y que parecieran temer la idoneidad de respuesta de la aviación militar, y querrían mejorar sus posibilidades relativas antes del ataque, pero de ninguna manera quiere decir que por no haber tenido éxito en los fallidos intentos, estén desechando el programa agresivo, ya que el Comando Sur con su jefe el Almirante Craig Farrel ha expresado con frecuencia que la salida del caso Venezuela para USA es militar y con su indudable influencia por jerarquía y su afición por la opción militar, representa una amenaza real, cercana y verdadera, que no podemos perder de vista.
Creo que en algún momento en el pasado reciente, bajo la dictadura de Michel Temer en Brasil, estuvimos a poca distancia de la agresión militar, porque el propio Temer declaró recientemente que el Presidente Trump lo había abordado para tratar la salida militar contra Venezuela y que había tenido conocimiento, de que, el presidente estadounidense había sostenido conversaciones de igual tenor con otros presidentes Latinoamericanos. Estas declaraciones del Sr. Michel Temer dan a entender que para que se produjera la agresión sólo faltó el "sí" de Temer, ya que contando que ese poderoso país de aliado y frontera con Venezuela, podría proceder sobre seguro ya que la adhesión de la sumisa Colombia sólo esperaría la orden desde el Pentágono en Washington y desde la Jefatura de la OTÁN en Bruselas. Es de notar que Colombia en un miembro "advenedizo" de la Alianza del Atlántico Norte, forzado por la Casa Blanca, para poder intervenir en Venezuela como si fuera la OTÁN con su sociedad con Colombia, igual que hicieron en la intervención a Libia, donde el gran peso del ataque y las centenares de incursione las realizó Estados Unidos enmascarados detrás de la imagen y mampara de la OTÁN.
Es pública y notaria la falsedad con que Mike Pompeo realiza sus actividades de Secretario de Estado del gobierno de Donald Trump, podemos entender que en la política en general y especialmente en la internacional las medias verdades están a la orden del día, pero resulta inaudito que Mr. Pompeo acepte y divulgue por televisión a todos los vientos, que es un mentiroso contumaz al aceptar que esa "cualidad" de mentir a todo evento y que con el mayor descaro reconoce que, esa práctica aprendida en esa siniestra oficina gubernamental que es la CIA, le sigue siendo útil en la actualidad.
Esperamos que en sus últimas declaraciones sobre intervención en Venezuela, donde manifiesta que una acción armada contra el país Sudamericano, pudiera ser un costoso error, posición que es compartida por algunos de los halcones del Pentágono, pero ampliamente rechazada por Craig Farrel jefe supremo del Comando Sur; Pompeo no obstante insiste en desconocer el gobierno de Maduro y que pronto este se derrumbará por las medidas tomadas contra Venezuela, pero que la opción armada de momento no está en agenda; Si en esta oportunidad dice la verdad y no está conforme a su frecuente y reconocida conducta de mentiros contumaz, podríamos esperar una Navidades tranquilas, pero con los ojos muy abiertos a lo que pudiera convertirse en cruda realidad.
En nuestra contra también trabaja el terco odio que han desarrollado ese par de sujetos de origen cubano: Marco Rubio y Robert Menéndez que para tratar de conservar las altas posiciones que han alcanzado en el Congreso de Estados Unidos, ascenso apoyado en un manifiesto y visceral anti cubanismo, que ahora para solidificarlo han trasladado sus rabiosos ataques a Venezuela, con el fin de conseguir la anuencia para futuras elecciones parlamentarias del Partido Republicano, Marco Rubio, y Robert Menéndez del Demócrata, como si ellos no fueran la misma miasma, mostrándose como perros de presa contra todo lo que pueda significar un intento de autonomía contra el poderoso imperio Yanqui de sus amores y olvidándose de su origen latino, pretendiendo ser más anglosajones que aquellos que llegaron directamente de Inglarerra en septiembre de 1620 en el Mayflower . A pesar de todo su esfuerzo y de toda su lamesuelismo, caiga como esperamos que no ocurra, o no caiga Venezuela en la fauces del imperio, Uds. pasarán a la vergüenza del entreguismo y traición a sus raíces, aunque no lo crean seguirán siendo pasajeros de segunda en el gran buque imperial, frente al resto de los Senadores y cuando llegue el momento, los descartarán a la papelera del olvido.
Las sorpresivas y cambiantes políticas el Presidente Trump, a quien no le dieron el Premio Nobel de la Paz, como a su predecesor que se inauguró como Presidente intensificando las acciones bélicas en Afganistán, quizá pueda alcanzarse una percepción diferente respecto a la conducta de inconstancia en su accionar en la política internacional y deducir de sus bravatas y constantes amenazas a terceros países, que hasta ahora por suerte para la humanidad no han pasado de eso, bravatas, que según los resultados no ha estado dispuesto a sostener, que ha pasado gran parte de su tiempo tratando de "meter miedo con la cacha", costumbre enraizada en los bajos fondos, que de forma preventiva evitaban acciones de hecho, ante una amenazante realidad, comportamiento, que parece adoptar el todo poderos inquilino de la Casa Blanca, al enviar advertencias intimidatorias con frecuencia, pero evitando llegar al punto de no retorno como sería un ultimátum, que pudiera cerrar la vía de la negociación diplomática. Nada más significativo de esta errática conducta que sus normalmente malas, en este momento buenas relaciones con Kim Jong Un, acusado de dictador y de terrorista de Corea del Norte.
Siempre nos ha amenazado el Presidente Trump, con su estribillo de que también pudiera recurrir a la acción militar en el caso venezolano y que tal opción siempre está sobre la mesa, no obstante tal decisión no parece que la hubiera manejado con intención verdadera de usarla, ya que los sondeos a países latinoamericanos como buscando apoyo para ejecutorias que constituirían el mayor acercamiento a acciones bélicas contra Venezuela, parecieran moverse con velada intención de que se filtraran hasta las autoridades venezolanas y tuvieran un efecto persuasivo-disuasivo que se corresponderían con el meter miedo con la cacha, lo que si consigue sus fines de lograr el quiebre de la resistencia venezolana "sin disparar un tiro" les resultaría mucho menos costoso, tanto en lo económico como en la aceptación interna del pueblo de Estados Unidos y en lo moral ante la comunidad internacional y estaría alcanzando sus propósitos en contra de Venezuela y los países comparsas, resultarían mucho menos sometidos especialmente en el aspecto moral, por el significado de complicidad manifiesta en un acto bélico profundamente antiético y por consiguiente indecorosos cómplices, que en un futuro tendrían que obedecer para la realización de otras intervenciones, por el precedente creado de haber colaborado en un acto obsceno de complicidad, por atacar en cambote y sin razones a una pequeña y pacífica nación del conglomerado latinoamericano, que no representa ni de lejos peligro para ningún país vecino y menos lejano y que lo único que busca es mantener su autonomía de acción, sentirse dueño de su futuro y de las riquezas con las cuales han sido beneficiados por la Naturaleza, y que sin ninguna mezquindad está dispuesta a compartir con el resto de las naciones del orbe que pudieran necesitarlas, como ya ha hecho con la creación de Petrocaribe para el entorno caribeño, pero deja claro que tampoco está dispuesta a dejárselas arrebatar.