Después de la gran victoria contundente del Presidente Chávez y la revolución bolivariana del pasado 3 de diciembre, el gobierno de los Estados Unidos no tiene otra opción que aceptar que así se expresó la mayoría de venezolanos y venezolanas y entonces impusieron su voluntad por la vía democrática. Lo lógico sería demonstrar al mundo que Washington quiere negociar con Venezuela, que quiere mejorar las relaciones y hará lo posible para promover una mejor amistad bilateral entre las dos naciones. Así lo dijo el sub-secretario de estado por el hemisferio occidental, Thomas Shannon, y luego fue repetido por el embajador de los Estados Unidos en Venezuela, William Brownfield. Y a pesar de protestar el lenguaje de felicitación al Presidente Chávez en la declaración de la Organización de Estados Americanos sobre las elecciones presidenciales del 3-D, el gobierno de Washington solicitó una reunión entre el embajador Brownfield y el Canciller venezolano Nicolas Maduro para tratar temas de “interés” e iniciar los pasos para comenzar a “caminar antes de correr”.
El embajador de Venezuela en Washington nunca ha tenido el placer de reunirse con el (de antes) o la Secretaria de Estado de los Estados Unidos, a pesar de multiples solicitudes durante sus casí cuatro años de trabajo en ése país. Solo llegó a reunirse con el sub-secretario Shannon hace unos meses, pero fue una farsa de reunión, porque todo lo prometido resultó mentira y la agresión de Washington hacia Venezuela escaló solo días después. No dudo que el caso sería lo mismo esta vez. Brownfield indicó en una entrevista con Roberto Guisti (salivando) en Globovisión la semana pasada que uno de los temas de “interés” para discutir con el Canciller Maduro era la situación de la Drug Enforcement Agency (DEA) (Agencia Anti-Droga de los EEUU) en el país. El año pasado, el Presidente Chávez suspendió la colaboración entre la CONACUID y el Comando Anti-Droga de la Guardia Nacional y ese cuerpo estadounidense debido a una cantidad de evidencia que demonstraba sabotaje y actividades ilegales cometidos por la de la DEA en Venezuela. Brownfield, experto en manipulación, declaró a Guisti en Globovisión que “…el transito de droga por Venezuela ha crecido de una cifra de entre 30 y 40 toneladas hace cuatro o cinco años, a una cifra de entre 200 y 300 toneladas en este momento…” Guisti le respondió a Brownfield, “Ahora, la pregunta sería entonces en cuánto ha aumentado el número de toneladas que pasa por Venezuela luego de que Venezuela dejó de colaborar con la DEA.” A esta pregunta sabrosa, Brownfield responde diplomaticamente, “Bueno, ese es un análisis para los expertos. La única cosa que repito es que es una cuestión lógica. Si un narcotraficante ve que no ha colaboraciones en ciertas zones, en cierta región, va a aprovecharse de esa falta de colaboración para mover su producto al mercado. Y creo que eso es lo que sucede.” Guisti sigue ayudando a Brownfield llegar a su conclusión: “Se le esta facilitando (Venezuela) entonces su actividad.” Brownfield: “Bueno, no quiero usar esa palabra. Quiero decir que solamente la falta de colaboración ofrece una oportunidad a los traficantes…”
¿Es cierto lo que dijo William Brownfield, distinguido embajador de los EEUU en Venezuela? Lo hechos demuestran el contrario. En Julio del 2005, el General Frank Morgado, ahora ex-jefe del Comando Antinarcóticos de la Guardia Nacional venezolana, anunció publicamente que su equipo abandonaría toda colaboración con la DEA debido a la falta de cooperación de esa entidad y sus actividades ilícitas en el país. Ya en marzo del 2005, el general Morgado había compilado un voluminoso expediente que documentaba las acciones emprendidas por la DEA, que obstaculizaban la capacidad de Venezuela para llevar adelante existosamente las misiones de lucha contra la droga. En el 2002, los gobiernos de Venezuela y Estados Unidos habían firmado acuerdos que permitían a la Guardia Nacional y a la DEA colaborar en las “investigaciones especiales” en la zona donde se realizaba el narcotráfico. La participación de esa Agencia en actividades irregulares en Venezuela data de principios de la década de los noventa, cuando estallaron las confrontaciones entre los equipos antinarcóticos venezolanos y los agentes de la DEA, en torno a las operaciones y procedimientos empleados en la captura de aquellos narcotraficantes que, en connivencia con las autoridades, facilitaban realmente los embarques de volúmenes considerables de sustancias ilegales hacia los Estados Unidos. En el año 2005, el conflicto entre la DEA y Venezuela llegó a su climax y el general Morgado pudo revelar varios casos específicos que indicaban claramente la participación de agentes de la Agencia en actividades ilegales en Venezuela. (Para más información sobre el tema y una muestra de evidencia contundente, vean a mi nuevo libro, “Bush vs. Chávez: La Guerra de Washington Contra Venezuela”, Monte Avila Editores).
Y los estadisticos demuestran que desde que la colaboración con la DEA fue suspendida, los cuerpos venezolanos realizaron un 58% más de incautelaciones de drogas que años anteriores. Las cifras van aumentando: durante el primer trimestre del año 2005, incautelaron 10.464,960 kilos de drogas; mientras durante el primer trimestre del año 2006, la cifra fue 13.335,88 kilos – un progreso muy claro e innegable.
Pero no sorprende que Brownfield miente de manera descarada al pueblo venezolano. Es el mismo que pretende ser James Bond 007 cuando se mete en las comunidades humildes para comprar consciencias con el dinero de la USAID y la NED y el mismo que se declara publicamente a favor de la “República Independiente de Zulia”, sin pena. A pesar de lo que dicen sobre sus intenciones de “mejorar las relaciones” entre Washington y Venezuela, continuarán aumentando su financiamiento a la oposición – sin duda ninguna – y aumentarán su Guerra sicológica en contra del pueblo venezolano y su gobierno a nivel nacional e internacional. Nunca hay que bajar la guardia, a pesar de las caras sonrientes y los tonos suaves. Washington no tiene intención ninguna de convivir con la Venezuela revolucionaria y socialista. Eso es la simple verdad.