No sorprende a nadie, lo que si debe hacer esta noticia es tensar nuestra capacidad de comunicación y resistencia. La propaganda contra el gobierno bolivariano se inició antes de que Chávez ganara las elecciones en 1998. Detrás de aquella campaña propagandística atroz, incluida la negación de visa para Chávez, estuvo siempre el Departamento de Estado y la CIA. A lo largo del período 1999-2000, el imperio dejó en manos de la oligarquía -con la ayuda de sus divisiones de medios de desinformación vernáculos- la doma del potro. Subestimaron la personalidad de Chávez y se estrellaron. El zambo les resulto respondón y rebelde. No pudieron contra él y el imperio tomó en sus manos directamente la estrategia para eliminarlo.
A partir de 2001, los EE.UU., desató una verdadera guerra propagandística. Guerra sistemática que llega hasta nuestros días. El centro fundamental de esta estrategia consiste en utilizar todos los medios, métodos y técnicas de propaganda para destruir la moral del pueblo. La Embajada de los Estados Unidos comenzó a utilizar sus contactos para promover una conspiración que derrocara a Chávez. Figuras del mundo político del puntofijismo, algunas de ellas enquistadas en los cuadros del gobierno bolivariano, la burguesía comercial, bancaria e industrial, la vieja oligarquía terrateniente, gremios profesionales, militares, ONGs, en fin... todo el abanico de asociaciones sociales, económicas y culturales pertenecientes al sector de la clase media, fueron contactados para servir a la conspiración.
Papel especial le asignaron a los medios de comunicación, prensa escrita, radio y televisión. A ellos les fue asignado un papel de primera importancia en el proceso de destrucción de la moral popular. La CIA no ha podido con la Revolución Bolivariana. No logró a lo largo de 2002 ni hasta la fecha, conformar un núcleo contrarrevolucionario capaz de derrocar al gobierno. ¿Significa esto que acepta su derrota? ¡En modo alguno!, el anuncio de la ampliación de cobertura de la Voz de las Américas para Venezuela indica las líneas estratégicas del proceso conspirativo. Es evidente que no les basta con el 80% de la oferta televisiva interna, ni con sus más de 400 emisoras de radio o sus cientos de pasquines diarios. Tomarán las riendas de la guerra mediática directamente.
La CIA posee suficiente experiencia en la utilización de la propaganda radial y televisiva con fines subversivos. Por años han dominado la tecnología de la desinformación con estos fines. La Operación PB Success, ejecutada sobre la Guatemala de Jacobo Arbenz en 1954 es una demostración de ello. Cuba es un ejemplo de esta forma conspirativa por más de 45 años. Venezuela lo ha sido también, sólo que ahora aumentará la intensidad y la calidad de la guerra propagandística.
La Voz de las Américas -tal como lo hizo y lo sigue haciendo en Cuba- difundirá noticias proporcionadas por "periodistas de la resistencia". El objetivo es fijar en el mundo la idea de una oposición en la resistencia. Arremeter contra la economía difundiendo noticias falsas sobre desabastecimiento, programas de confiscaciones del gobierno bolivariano; movimientos en los cuarteles, noticias sobre corrupción "documentada" de los funcionarios revolucionarios más incómodos, etc., etc.
Esto es lo que se nos viene encima con este anuncio. Violarán las normas internacionales en el uso del espacio radioeléctrico, intentarán confundir al pueblo para desestabilizar la patria. No podemos olvidar que la radio es el medio de comunicación de mayor penetración entre el pueblo debido a su bajo costo y la comodidad para su transporte. La radio es, sin duda, el medio al que mayor números de horas -entre otras cosas porque se puede oír mientras se trabaja-, atiende la inmensa mayoría de nuestro pueblo. Esta estrategia tiene que ser respondida con un contraataque revolucionario. Hay que llevar la voz de la revolución hasta el último rincón de la patria. El gobierno y pueblo venezolano tenemos que dar debida respuesta. Hay que neutralizar esta conspiración y las que vengan. ¡VENCEREMOS!