El turista por lo regular cuando visita un país que no es el suyo, tiene la tendencia a comprar objetos característicos generalmente representativos de la culturalidad autóctona, eso es completamente normal y se lleva objetos de toda índole y uso, bien sea, para uso doméstico o exhibición personal.
No se porque razón, se me ocurre que el Sr. Bush, viaja a Suramérica como turista, no para llevarse algo en particular para su casa o colocárselo al lado de la banderita de su país, sino para con la mirada de todos sus acompañantes, evaluar la influencia del presidente Chávez en los países visitados. Seguro estamos que si antes del viaje la información que le suministraron sus asesores, colocaban en relevancia la influencia de Chávez en la región y por supuesto el peligro que esto acarrea para los intereses imperiales, la que se lleva es de tal magnitud y trascendencia que posiblemente varios cabezazos en su pequeña cabeza, se encontrarán una pared que no tiene culpa de nada.
Entendemos que esa información deba ser sistematizada y bajo la producción del informe respectivo, entregada en un tiempo por demás prudencial. Loca y aberrante tarea contra el tiempo tendrá el diablo para descifrar porque el presidente venezolano es más popular que él y en su andar desvarío arrasará con cuanta pared se le atraviese. El año entrante vence su período y en la apuesta transada con Negroponte, se verá quien sale primero, no creemos que apueste a Rosalinda, de repente se decide por la del arroz que no es blanco, a ver si el logra al menos terminar su mandato, si no es que el Congreso de su país apunta a la búsqueda de evidencias tangibles para sacarlo antes de la fecha.
Se nos ocurre de igual manera, que el viaje que debe terminar en Colombia bajo el manto de una alfombra roja, lo terminará de sacar de sus casillas, en cuanto se entere que la guerrilla sigue vivita y coleando y la entidad paramilitar cada vez, más desprestigiada. Lo cual de igual manera, le producirá escozor al saber que solo se llevará lo que tanto atormenta, la popularidad de Chávez y la mayor suma de adherentes a la causa antiimperialista.
No creo en verdad y pensando fríamente que al imperio le quede corto tiempo de vida, que no es igual a que el proceso de deterioro moral, orgánico, de ideas, de políticas constructivas, hayan comenzado el declive que aunque lento luce irreversible, por tanto y cuanto, todo apunta a ese despuntar hacia abajo, entre otras cosas porque demócratas o republicanos; republicanos o demócratas siguen siendo la misma vaina.
Son dueños de la torpeza y más allá del imperio, las transnacionales del poder económico, comenzarán a sentir los rigores de nuevas políticas de países que otrora se les presentaban como simples servidores para sus intereses viles y apátridas. Todo ello, aunado a un presidente aislado, con la mayor pérdida de popularidad que presidente alguno de los EEUU haya tenido y como lo puede decir un llanero de pura cepa y contenido, “puede que quede como garza en laguna, con el cuello estirado y esperanza ninguna”.
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