Elliott Abrams no tiene nada de político, siempre ha hablado como un mercenario sediento de contratos. Pero después de su pelea con Donald Trump es un cadáver cargando su propia basura. Mugre Republicana que ahora trata de tomar vida con los Demócratas, mientras estos les van haciendo pagar para que no vaya a su destino final: la cárcel.
Mientras este apestoso sigue en sus pesadillas pidiendo sanciones contra Venezuela, él y otros creen que Biden es una suave melodía al tratarse de la nación sudamericana. De Norteamérica lo único que debemos esperar son los pasos de sus erradas políticas, confusas e indeseables, rechazadas totalmente desde la lógica en la comunidad internacional.
Las sanciones han sido tan fuertes y reales que sería imposible pensar o sentir que ahora pasan a ser una maravilla. Si Norteamérica cree que permitiendo licencias de medio año con Chevron nos están haciendo un gran favor, más bien estas significan temores y riesgos en la pérdida de sus mercados.
Washington oculta su preocupación ante un desplazamiento sentido en los mercados BRICS. Esto se da en medio de su campaña electoral la cual ha arrancado por la silla presidencial donde los Republicanos tienen clara su derrota. Pero este escenario no es suficiente para percibir oxígeno, así nuestro país haya llegado a ser el sexto abastecedor de combustible hacia el Norte.
Las colocaciones de petróleo para Estados Unidos van en este orden: Canadá 3,9 millones de barriles/día, México 709.000 barriles/día, Arabia Saudita apenas 303.000 barriles/día, Colombia 211.000 barriles/día, Irak 194.000 barriles/día y Venezuela 160.000 barriles/díñ
La Agencia de Información de Energía de Norteamérica informa que Venezuela ha entrado entre sus diez abastecedores mundiales de crudo y con esto apenas las sanciones giran y caen irremediablemente para EE.UU., en consecuencias burocráticas pues su abuso ha sido tal que ahora girar para ellos es imposible.
Por eso los vampiros se han alborotado cuando su sangre se ha contaminado y ya nada pueden hacer más que observar. Hasta aquella fracasada coalición internacional la cual funcionaba por sus presiones, sanciones y amenazas, ahora todo ha quedado atrás, pues, después de toda esta tormenta a Venezuela no le queda opción que abrirse hacia los nuevos mercados emergentes y esto incomoda a Washington. Por eso, Abrams y su desarticulado grupete no pegan una.
Hasta más pronto…
