A través de los medios especializados regionales hemos estado conociendo en cifras relevantes el desmoronamiento de las actividades crediticias del Fondo Monetario Internacional en los países latinoamericanos y con ello la terrible influencia que ejerció ese ente durante décadas sobre sus economías, al punto de que decidía el modo y manera en que debían ser conducidas para beneficio de los capitales transnacionales, como parte de sus esfuerzos por imponer políticas neoliberales expoliadoras y hambreadoras que llevaron a la miseria a nuestros pueblos durante las tres últimas décadas del siglo pasado.
Veamos las sorprendentes cifras: La cartera del FMI “a escala mundial se ha encogido a $11,800 millones desde un pico de $81,000 millones en el 2004. Sus préstamos en nuestra región “han pasado de representar el 80% de la cartera del ente financiero en el 2005 a menos de 1% de su cartera global en la actualidad” y en la medida en que ello ha venido ocurriendo, su capacidad de influir de forma ilimitada sobre los países, como históricamente lo hizo, se ha venido al suelo. Es elocuente observar, por ejemplo, que mientras en nuestro Continente el Fondo tiene prestados $50 millones*, Venezuela a través de su política solidaria e integracionista, le ha otorgado préstamos a algunos países hermanos de la región que ya suman la importante cifra de 4.500 millones de dólares en condiciones de dignidad, como nunca antes les hubiera sido posible obtenerlos del ente financiero internacional.
Señalan esos medios especializados que la actual situación no podría ser peor para el FMI, “cuya influencia global disminuye conforme países que van de Uruguay a Filipinas (están pagando) sus deudas.” Agregan, además que “El Fondo prevé una pérdida de $103 millones este año fiscal (2007) y está examinando la posibilidad de vender o invertir parte de su acervo de oro, estimado en 6.600 millones, para cubrir las pérdidas…”
Si agregamos a eso que el Banco del Sur propuesto por Venezuela iniciará operaciones este año, sustituyendo de forma inmediata en el área a los prestamistas internacionales, es dable pronosticar que la crisis por la cual atraviesa el FMI en la región es ya irremediable.
(*) Banca y Negocios, portal de la Firma Consultora
Aristimuño Herrera & Asociados
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