Los pueblos de América Latina y el Caribe están rodilla en tierra

El régimen dictatorial y fascista estadounidense ha dejado huellas criminales imborrables en América Latina y en otras naciones del mundo, ahí están las dos ciudades indefensas en Japón, Hiroshima y Nagasaki, que bombardeo para probar dos artefactos nucleares.
 
EEUU ha satanizado gobiernos a lo largo del siglo XX, y ahora en el nuevo milenio, irrumpe con bloqueos económicos y financieros para atacar a países soberanos. 
 
Por décadas EEUU ha agredido pueblos a través de una geopolítica de intromisión en sus asuntos internos y pretende erigirse mediante una doble moral como un sensor para calificar las políticas de los países en materia de derechos humanos, cuando se sabe que para ellos tanto las mujeres como los hombres están al servicio de las grandes corporaciones financieras que generó para aplastar al mundo.
 
EEUU no puede aspirar en dar lecciones en materia de derechos humanos, por el contrario debe revisar su situación interna y mantenerse al margen en la aplicación de medidas coercitivas unilaterales, criminales, contra los pueblos, que están avaladas por los regímenes imperialista e inclusive por seudo instituciones como la ONU, OTAN, FMI, Banco de Comercio, OMC y cuatro hojas más de etcétera, a través de campañas de desinformación, cuyo objetivo es lesionar a los gobiernos democráticos, libres y soberanos.
 
Existe una confabulación  mediática que ha sido visibilizada que certifica la criminalidad imperialista. Están en pleno apogeo  campañas mediáticas, cuyo objetivo es deslegitimar gobierno constitucionales elegidos por el pueblo.
 
Los objetivos de las políticas de Washington están enmarcadas básicamente tres propósitos: 
 
Beneficiar al gran capital empresarial y financiero estadounidense mediante la privatización de la industria petrolera y otros recursos estratégicos que poseen las naciones; abortar el modelo alternativo de nación que se viene llevando a cabo a través de procesos que dignifican la vida de los pueblos, como es el caso de Venezuela; y, tercero, por razones geopolíticas, recuperar espacios de lo que históricamente Washington ha llamado con desprecio "su patio trasero".
 
Washington ha realizado diversas acciones para desestabilizar al Gobierno venezolano. 
 
Es un hecho histórico verificable: 
 
Sólo durante los 42 años de la "Guerra Fría", EEUU llevó a cabo 64 operaciones encubiertas y 6 no encubiertas para cambiar "regímenes indeseables", para Washington.
 
América Latina y el Caribe está rodilla en tierra, unidas por el ideario del Libertador Simón Bolívar.


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Alberto Vargas

Abogado y periodista, egresado de la UCV, con posgrado en Derecho Tributario y Derecho Penal. Profesor universitario en la cátedra de Derechos Humanos

 albertovargas30@gmail.com

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