Cuando las cosas pretenden salir mal ni que las paren…

Es inocultable para Estados Unidos de Norteamérica su afectación tras la clara burocracia que se ha originado en relación a las sanciones originadas tras medidas coercitivas en contra de Venezuela. La incomodidad se encuentra en la contratación de más petróleo.

El enredo salpica tras el inusual embargo en contra del Holding CITGO, acción generada por el odio republicano. Hemos dicho que estos dejaron un camino muy difícil de transitar a los demócratas y sin estar gobernando detuvieron cualquier negociación que interviniera hacia una nueva negociación por petróleo venezolano.

Con esto el odio se desparramó en EE. UU. contra Venezuela. Esa tirria la cual ha traspasado más allá de lo político, ahora no impide negociar bajo nuevas fórmulas jurídicas petróleo y gas venezolano, aunque sí ha ralentizado formas más rápidas de negociación.

Pudiésemos hablar de un tiempo político para el montaje en nuevas coyunturas de guerra, está vez en contra de Irán tras el fracaso ucraniano. Pero para que el actual partido gobernante pueda concluir su obra ganando la presidencia con Kamala Harris, se concluye: el tiempo para los demócratas se acaba.

Pero hay culpables: el trumpcismo venezolano. Ahora no muy bien vistos por los demócratas originaron ya que originaron un enredo mayúsculo al motivar a los tenedores de bonos a reclamar intereses generados y no cancelados, sumándolos a la demanda en contra de CITGO.

Claramente, entre la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de los EE. UU. y los tenedores de los Bonos de PDVSA 2020, existe una clara y enconada disputa.

La OFAC lucha para que los demandantes no se apropien tras la esperada decisión jurídica la cual ha estado en puertas para el control definitivo del Holding CITGO, y esto les permitiría rematar sus tres grandes refinerías.

Las prórrogas se agigantan de nuevo y está vez una recién resolución sustituye a la anterior, alargando los intentos de una nueva vergonzosa subasta. Bufetes enteros arden ante cada intervención para salvar al Holding CITGO por parte de Joe Biden.

Podría afirmar que una nueva decisión jurídica estaría en puertas. A estas alturas del juicio los demócratas saben muy bien a que se enfrentan con el remate del Holding CITGO. Una decisión de esta magnitud arrastraría hacia una inminente pérdida del poder a los demócratas.

Está vez Venezuela no va a perder en solitario. Haber bajado el precio del conglomerado iniciado en veinte mil millones de dólares para ubicarse ahora en catorce mil millones de dólares es una gran estada hasta para los mismos gringos.

Pues el verdadero precio del Holding CITGO sobrepasa los ciento veinte mil millones de dólares, y los malos venezolanos del supuesto exilio lo saben, solo que por debajo cocinan la verdadera y vergonzante tajada.

Pero es que ya hay compradores para CITGO. Adivinemos, unos son los empresarios de Donald Trump, unidos a los del exilio dorado, quienes quebraron la industria petrolera venezolana. Quedamos sorprendidos quienes están moviendo cantidades de dinero para su compra. La jugada es obtenerla en el remate para luego ofertar en quinientos por ciento más, es decir su valor real.

Hasta más pronto…



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Miguel Jaimes Niño

Politólogo. Magister scientiae en ciencias políticas. Doctor en ciencias gerenciales. Posdoctor ontoepistemología en geopolítica de las energías. Cursando doctorado en letras. Cursando Posdoctorado en literatura del petróleo en Venezuela. Libros: El oculto poder petrolero, apertura petrolera, poder de PDVSA vs. poder del estado. Petrocaribe la geogerencia petrolera. Primera edición. Petrocaribe la geogerencia petrolera. Segunda edición. Director del diplomado internacional en geopolítica del petróleo, gas, petroquímica y energías – Venezuela. Director de la web https://www.geopoliticapetrolera.com

 venezuela01@gmail.com      @migueljaimes2

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