E l cine de ciencia ficción incursiona en los enigmas del futuro, indaga en las respuestas a infinidad de interrogantes, en la búsqueda del hombre por controlar la civilización y en la enfermiza obsesión imperial de aplastar distintas culturas para que "perdure" lo que se considera y proyecta como la "raza superior". En algunas de esas producciones, como la saga de Mad Max, la destrucción de unos pueblos conduce a la preservación del elemento que permitirá que el hombre de esa "magna civilización" no desaparezca.
En el reverso está la arremetida imperial contra todo vestigio de vida, de cultura y de civilización que se enfrente a los designios de los halcones. Hay testimonios de infinitas afrentas impulsadas por el gobierno de Estados Unidos a pueblos de todos los continentes. Siglos ha, esta conducta ha perdurado. Dicho gobierno interviene abierta o solapadamente sin respetar a ningún organismo internacional. La burla, el sarcasmo y la ironía, acompañan las palabras de los voceros de esa potencia para justificar las perversas acciones que lleva a cabo.
El ejemplo más cruel y reciente de esto se resume en la criminal acción contra Irak.
Toda su infraestructura fue barrida. La devastación y el saqueo se aplicaron a lo que se considera la cuna de la historia, la civilización y la cultura. Bagdad y todo aquel territorio, han sido objeto de la más irracional de las acciones humanas, que hasta ahora ha ocasionado 700 mil muertos, 400 mil heridos y 2 millones de refugiados.
La saña y la crueldad quedaron grabadas, para vergüenza del mundo, en las atrocidades cometidas en la cárcel de Abu Graib. Éstas rebasaron todo límite. Los soldados, británicos o norteamericanos, fueron preparados física y sicológicamente para matar, para arrasar los pueblos ocupados. El oprobio en Irak lo han padecido la población civil y los niños.
Acaba de ocurrir un ataque en una universidad de Virginia en Estados Unidos, que ocasionó 37 muertes. Su presidente calificó este hecho de "tragedia de proporciones monumentales" y dijo sentirse "horrorizado" por el evento, calificado como "el peor tiroteo en un campus en la historia del país". Las tragedias son inexplicables e inaceptables. Mucho más las que se escudan en el poder y la fuerza de las armas.
Periodista / Prof. universitaria
