“Como los trenes, las buenas ideas llegan con retraso”
Giovanni Guareschi
Desde su llegada por primera vez a la presidencia de los Estados Unidos, el iracundo Donald Trump, ha mostrado, que está presente para defender el gran capital, apoyado con todo el poder del dinero acumulado, el cual le sirve, como la brújula para orientarse y de esa manera equivocarse lo menos posible, y cuando se ha descaminado entonces pone a funcionar la combinación entre el dinero y el poder mediático y por eso se está aprovechando de los servicios del último multimillonario aparecido y de ñapa dueño de gran parte del poder mediático, empezando por X, y ahora pasó a formar parte muy importante del gobierno del mandatario noticia, el cual se encuentra acaparando todos los noticieros, porque aparte de estar alborotando un avispero, todo el mundo sabe de la peligrosidad de sus arrebatos.
Los primeros en botar del obsoleto y descompuesto tren del imperialismo, ha sido la misma oposición venezolana al dejarlos en la vera del camino tan desconcertados, que la misma inhabilitada María Corina, ha entrado en una etapa propia de un sonámbulo, apenas se enteró de la visita de un alto funcionario de Trump, para conversar con el presidente Maduro, y por la fuerza moral y la dignidad puesta a prueba, al estar frente a frente con el enviado Richard Grenell, en ningún momento dio muestras de sumisión, porque, hasta en la estatura estuvieron ras con ras y lo recibió con la caballerosidad de un verdadero diplomático, consciente de su papel en defensa de la soberanía de la patria de Simón Bolívar.
El otro casi pateado por el trasero, el cual ha entrado en un silencio sepulcral, como niño descubierto en una travesura es el Guaidó, a quien recogió, después de los ofrecimientos y el show montado en una avenida caraqueña por parte de la oposición, para nombrarlo presidente interino, algo tan confuso, como creerle todas sus fanfarronerías utilizadas. Pero lo cierto, es, que lo recibió en su hospedaje imperial para después pasearlo, como una reina de belleza, a pesar de tener más problemas al hablar, que un mudo asustado, pero el hombre se infló de una manera tan inocente y ahora parece destinado echar para afuera en que invirtió la ayuda humanitaria, que no aparece por ninguna parte.
El tren del imperialismo conducido en estos momentos por Trump, está presentando miles de fallas, propias de la sociedad estadounidense, muchas muy conocidas y otras imaginables, pero en los bandazos la maquina descompuesta va dejando al descubierto la propia podredumbre, el cual vaticina intensas sacudidas y no sabemos hasta dónde pueden llegar las consecuencias. La hoguera está encendida y el encargado de apagarla, carece de la capacidad necesaria para ir extinguiendo las llamaradas en medios de incontrolables vientos. Pero aparte de los obstáculos en el camino, su misión es defender a un sistema, que no conoce la paz y que por el contrario emplea la fuerza y la violencia para imponer su propia ley.
Ahora, está montando en el tren un grupo de personajes, con antecedentes pocos confiables y menos halagadores. Parece que los viene rescatando, después de revisarles su prontuario y algunos con solamente verles el rostro espantan y los que no presentan esos pergaminos, entonces se encuentran en los primeros lugares entre los cargados de dólares y ese es su aval, para integrar el gabinete de la potencia imperial, donde lo que manda es el dinero por encima de todas las cosas. Todos los que esperaban, bondad y un rumbo distinto al que ha tomado el multimillonario Trump, pueden ponerse a esperar un premio gordo de la lotería sin jugar, y hasta un viaje a la luna, que ver hecho realidad lo que estaban soñando, el cual no los dejan conciliar los reparadores sueños para terminar en un insomnio prolongado y peligroso.
Hasta los momentos Donald Trump, no ha firmado un decreto, ni ha tomado alguna determinación en favor del pueblo estadounidense. El atropello a los migrantes de todo el mundo, lo ha hecho acompañado de una escandalosa campaña mediática en contra del supuesto tren de Aragua, el cual no se puede comparar a las invasiones que ha efectuado el imperialismo en un historial que mete miedo. Por el contrario, lo que buscan es opacar la manera tan alegre, como está tratando de aplicar los aranceles, el cual no, es más, que un aumento en los impuestos y por supuesto esto va desatar e intensificar una guerra comercial, donde todos van a salir perjudicados. Ya, de momento los que se sienten perjudicados han puesto las cartas sobre la mesa y quién lo va a creer, la propia COMUNIDAD EUROPEA, está señalando el peligro, después de andar entre los invitados a la ceremonia de asunción a la presidencia al nuevo mandatario con la prepotencia de un Guaidó, cuando se creía un Emperador.