Libertades e hipocresía yanqui

Mientras el gobierno norteamericano dice estar sumamente preocupado por la libertad de expresión y el atropello a los derechos civiles en nuestro país, lo cual es coreado sin pausa por la dirigencia opositora a través de todo el inmenso poder mediático con que cuenta sin que nadie se lo prohíba, negando así, sin más, que eso sea verdad, el mundo real observa, entretanto, que allá en el norte, en ese llamado “paraíso de la democracia”, donde hay una manera muy especial para vivir: “american way of life”, ocurren todos los días los mayores y bárbaros atropellos a esas libertades y a esos derechos, sin que nadie pueda impedirlo, pues tales desmanes están autorizados por ley y allá se dice que los ciudadanos se jactan de ser muy respetuosos de toda disposición legal y por ello acatan las leyes pasivamente y sin chistar. Veamos esa "soñada" realidad:

Luego de los atentados del 11/09, se aprobó la llamada Ley Patriot o Patriot Act (Acta Patriótica), la cual le otorga a los organismos de seguridad (FBI, CIA, DEA, etc.) la facultad de violentar tales derechos a los ciudadanos norteamericanos y residentes, por la vía de, enumero: 1) Detenciones sin orden judicial y sin acusación formal; 2) Procesos judiciales sin garantías y en secreto; 3) Detención de periodistas por negarse a revelar sus fuentes, quienes luego van a prisión por decisiones judiciales y hasta con el visto bueno de sus patronos (la revista Times en julio/05 entregó a las autoridades el ordenador de uno de sus periodistas de nombre Matthew Cooper, sin su consentimiento); 4) Intercepción y violación de la correspondencia, así como de las llamadas telefónicas o enlaces por Internet, en complicidad con las empresas proveedoras de esos servicios, según denuncias del Washington Post; 5) Revisión y obtención de registros de historias médicas; 6) Revisión y obtención de registros de usuarios de las bibliotecas para cerciorarse qué tipo de libros leen y para no extendernos más, 7) Obtención y retención de fichas laborales en las empresas o instituciones que fueren.

Pero es que tales atropellos los comete ese país norte allende de sus fronteras, donde las perversas complicidades de gobiernos a su servicio lo admiten y hasta han llegado a los inauditos extremos, al margen de los crímenes atroces y destrucción masiva que ha cometido y los sigue cometiendo en Afganistán y en Irak, de abrir por cuenta de la CIA en Rumania y Polonia, cárceles secretas como lo fue probado y denunciado hace pocos días (07/06) por el Consejo de Europa, a través de su vocero oficial, la señora Dick Marty, quien dijo en esa ocasión: "lo que anteriormente eran una serie de alegaciones está ahora probado: grandes cantidades de personas han sido secuestradas de varios lugares en todo el mundo y trasladadas a países donde han sido perseguidas y donde se sabe que la tortura es una práctica común…Otros han sido detenidos arbitrariamente, sin ningún cargo preciso en su contra y sin supervisión judicial, denegándoseles la posibilidad de defenderse" añadiendo Marty con mucho énfasis que "otros simplemente han desaparecido… indefinidamente."

Pero aquí viene la gran pregunta: ¿Donde está la Comisión de Derechos Humanos de la ONU y las miles de ONGs que se dicen defensoras de los derechos humanos, como Reporteros Sin Fronteras y tantas otras que a las claras por ese silencio sepulcral que mantienen ante estas barbaridades no hacen otra cosa que evidenciar que su tarea es una gran farsa puesta al servicio por buenos dólares del gobierno imperial de Washington…?

oliverr@cantv.net



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Iván Oliver Rugeles


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