Las cartas están echadas y no hay vuelta atrás… La crisis financiera en marcha de los EEUU, producto de una deflación atribuible al no cumplimiento de las obligaciones inmobiliarias, y con ribetes de llevarse en los cachos al mismísimo sistema financiero mundial, se cree que haría palidecer de envidia al crack ocurrido en 1929 con la gran depresión. En eso se traduce el derrumbe financiero que actualmente padece el poderosísimo imperio norteamericano (¿?). Y lo peor de toda esta sopa financiera (a lo hedge funds) mal aderezada y mal cocida, es que es precisamente ese mismo imperio el que se apropia indebidamente, atropella, invade, bombardea, oprime y miente obscenamente; manipula, ataca por mampuesto, y utiliza su omnipotente voluntad desde una actitud grosera e irreverente, enfilando sus usinas mediáticas contra todo aquel que no piense o no esté alineado con sus antivalores y sus sucios principios de baja ralea.
Desde el año 2.002 le vengo diciendo a amigos y correlacionados que si tienen inversiones inmobiliarias, papeles financieros o algunos ahorros en moneda verde estadounidense, había que tener mucho cuidado, porque esa burbuja financiera montada sobre ficticios respaldos de una máquina de hacer dinero inorgánico a voluntad, iba a explotar en pocos años. Hoy vemos, sin que nos cause sorpresa alguna, que lo que se venía anunciando durante este último quinquenio con tanta insistencia y con tanto tino profético, ocurrió. Sí, ocurrió o está ocurriendo lo que inevitablemente se venía venir y, sobre todo, ocurrió lo que había anunciado Mao Tse-Tung con tanto juicio y asombrosa certeza.
Veamos, a grosso modo, lo anunciado desde hace 51 años por Mao Tse-Tung en conversación con dos personalidades latinoamericanas, el 14 de julio de 1.956… “Estados Unidos de Norteamérica es un Tigre de Papel…”
Los Estados Unidos esgrimen por doquier la divisa de la lucha contra el comunismo con el objeto de agredir a otros países.
Los Estados Unidos han contraído deudas por todas partes. Se han endeudado con los países de América Latina, de Asia y África, así como de Europa y Oceanía. Todos los países del mundo, incluida Inglaterra, sienten aversión a los Estados Unidos. A las grandes masas populares no les gustan los Estados Unidos. El Japón tampoco los quiere, porque sufre su opresión. Ninguno de los países de Oriente ha quedado a salvo de la agresión norteamericana. Los Estados Unidos han invadido la provincia china de Taiwán. Japón, Corea, Filipinas, Vietnam y Pakistán, todos son víctimas de su agresión, y eso que algunos de ellos son sus aliados. Los pueblos están descontentos, y lo están también las autoridades de algunos países. Todas las naciones oprimidas quieren la independencia.
Todo está sujeto a cambio. Las grandes fuerzas decadentes tendrán que ceder el lugar a las pequeñas fuerzas nacientes. Las fuerzas pequeñas se transformarán en grandes, porque la gran mayoría de la gente exige el cambio. La fuerza del imperialismo norteamericano, que es grande, pasará a ser pequeña, debido a que el pueblo norteamericano también está descontento con el gobierno de su país. A lo largo de mi vida, yo mismo he vivido cambios de ese tipo. Algunos de los aquí presentes nacieron bajo la dinastía Ching y otros en tiempos de la República de China. La dinastía Ching fue derrocada hace mucho. ¿Quiénes la derrocaron? El partido dirigido por el Dr. Sun Yat-sen y el pueblo. Como Sun Yat-sen disponía de una fuerza muy pequeña, los dignatarios de la dinastía Ching lo miraban por encima del hombro. Fracasó en numerosos levantamientos, pero a la postre logró echar abajo la dinastía Ching. Lo grande no tiene nada de temible. Será derribado por lo pequeño. Y lo pequeño se hará grande.
Cometer errores tiene su lado positivo, pues de ello se pueden extraer enseñanzas para el pueblo y para el Partido. Hemos tenido muchos maestros por lo negativo, como Japón, Estados Unidos, Chiang Kai-shek, Chen Tu-siu, Li Li-san, Wang Ming, Chang Kuo-tao y Kao Kang. Nos costó un precio muy alto aprender de estos maestros. En el pasado, Inglaterra desencadenó muchas guerras contra nosotros. A Inglaterra, Estados Unidos, Japón, Francia, Alemania, Italia, Rusia zarista y Holanda les gustaba mucho esta tierra nuestra. Ellos han sido nuestros maestros por lo negativo, y nosotros, sus alumnos.
En la actualidad, el imperialismo norteamericano exhibe una gran fuerza, pero en realidad no la tiene. Políticamente es muy débil, porque está divorciado de las grandes masas populares y no agrada a nadie; tampoco agrada al pueblo norteamericano. Aparentemente es muy poderoso, pero en realidad no tiene nada de temible: Es un tigre de papel. Mirado por fuera parece un tigre, pero está hecho de papel y no aguanta un golpe de viento y lluvia. Pienso que Estados Unidos no es más que un tigre de papel.
Toda la historia, la milenaria historia de la sociedad de clases de la humanidad, ha confirmado este punto: Lo poderoso tiene que ceder su lugar a lo débil. Esto también es así en América. Sólo podrá haber paz cuando haya sido eliminado el imperialismo. Llegará el día en que el tigre de papel será destrozado. Pero no desaparecerá por sí mismo; para ello hace falta el golpe del viento y la lluvia.
Cuando afirmamos que el imperialismo norteamericano es un tigre de papel, estamos hablando en términos estratégicos. Visto como un todo, debemos despreciarlo; pero, en cuanto a cada una de sus partes, debemos tomarlo muy en serio. El posee garras y dientes. Para acabar con él hemos de hacerlo por partes. Si, por ejemplo, tiene diez dientes y en el primer golpe le arrancamos uno, le quedarán nueve; le arrancamos otro más y le quedarán ocho. Cuando le hayamos quitado todos los dientes, le quedarán todavía las garras. Siempre que procedamos paso a paso y de modo concienzudo, conseguiremos finalmente el éxito.
Desde el punto de vista estratégico, se debe despreciar por completo al imperialismo norteamericano, mientras que en lo táctico hay que tomarlo muy en serio. En la lucha contra él, es necesario prestar atención a cada batalla y a cada caso. Actualmente, Estados Unidos es un país poderoso; pero, examinándolo con una óptica amplia, en su conjunto y en perspectiva, se hallará que este tigre morirá sin remedio, porque es impopular, aplica una política que no complace a nadie, y oprime y explota a los pueblos. Vistas así las cosas, no tiene nada de terrible y podemos despreciarlo. Sin embargo, Estados Unidos todavía cuenta con cierta fuerza, produce anualmente más de cien millones de toneladas de acero y atropella a la gente por todas partes. Se hace por eso necesario proseguir la lucha contra él, empeñar grandes esfuerzos en ello y arrebatarle posición por posición. Esto requiere tiempo.
Todo parece indicar que los países de América, Asia y Africa tendrán que seguir peleando con Estados Unidos hasta el fin, hasta que el viento y la lluvia destruyan este tigre de papel. En la lucha contra la opresión imperialista, ustedes y nosotros tenemos idéntica naturaleza; lo único que nos diferencia es la ubicación geográfica, la nacionalidad y el idioma. En cambio, somos diferentes por naturaleza de los imperialistas, y el solo verlos nos produce malestar.
¿Para qué se necesita el imperialismo? No lo necesita el pueblo chino, no lo necesitan los demás pueblos del mundo. No hay necesidad de que exista el imperialismo.
Como corolario de lo que acontece hoy en este mundo cambiante de aceleradas transformaciones, se anuncia desde la Rusia de Vladimir Putin, mediante nuevos gestos y movidas, que el esplendor de esta potencia ha tomado un nuevo auge en el ajedrez de las naciones mas desarrolladas, utilizando como herramientas estratégicas al petróleo y al desarrollo armamentista. Putin intenta relanzar a Rusia, como la gran potencia del siglo XXI, en abierta competencia con EEUU y sus socios de la Unión Europea. ¿Qué les parece amigos lectores, los acelerados cambios que están ocurriendo en el aquí y el ahora del planeta?
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