Uno de los problemas mas graves de algunas personas, es pretender reflejar en otros los defectos propios. Con esta deficiencia: creen tener autoridad suficiente para opinar de lo ajeno, más aun cuando no comparte los criterios políticos del opinador. Es común ver, escuchar y leer a personeros (en algunos casos con relevancia internacional), emitir conceptos sobre situaciones ajenas a su entorno, y en otros sobre realidades no entendidas, o que no quieren entender.
El proceso Venezolano, quiérase o no reconocer, es una realidad tangible, tan tangible que está alterando el orden político y económico del mundo y pese a los poderes del principal enemigo declarado del proceso (EEUU). Lo de la OPEP, y los precios del petróleo actual, no es casualidad. Es producto de una estrategia bien diseñada y compartida con socios con intereses comunes, muy a pesar de las diferencias culturales, étnicas, religiosas, geográficas etc.
La decidida intención de romper el lazo de amarre con el que nos ataron a imperios diferentes, en siglos diferentes, ha hecho que los resortes del poder económico mundial de las transnacionales, se activen en pos de neutralizar y eliminar lo que para éllos es una amenaza. Es esta la razón por la que la maquinaria propagandística mundial (del imperio) se coordina con todos los elementos a su disposición para lanzar el artero ataque.
Hemos conocido opiniones de presidentes, ex presidentes de países, partidos políticos de derecha y uno que otro de izquierda (¿), organizaciones empresariales, organizaciones de derechos humanos(¿), jerarcas eclesiásticos, organizaciones disfrazadas de democráticas, y personeros de las mas diversas características y escalas; pero que tienen como factor común el servilismo al jefe imperial ( ¿amo?), y una gran escasez de autoridad moral.
El último de estos instrumentos es el actual secretario de la OEA, señor José Manuel Insulza. Fue muy pintoresco, leer la declaración del Sr. Insulza, (una vez más) cuando dijo que: “le gustaría ver más limitaciones del poder en las democracias”, refiriéndose al asunto de la reelección presidencial en Venezuela, y la reforma de la constitución, contenida en la propuesta del presidente legítimo del país: Hugo Chávez Frías.
Pero los otros límites que deberían preocupar al Sr. José Manuel Insulza, deberían ser:
1. Que en chile no se asesine, no se encarcele a los poseedores originarios de esas tierras; Los hermanos aborígenes MAPUCHES
2. Que les regresen las tierras vendidas a la transnacional “Benetton” (diez millones de hectáreas), y a Bill Gate (cinco millones de hectáreas) según Noan Chomski. Arrebatadas violentamente también a los aborígenes MAPUCHES, en territorios de Argentina y Chile
3. Que la represión militar y policial, en Chile, contra las legítimas manifestaciones de protesta de los estudiantes y obreros, cese inmediatamente y se les respete sus derechos.
4. Que las persecuciones, torturas y asesinatos que vivió el pueblo Chileno durante la dictadura de Pinochet- USA, sean verdaderamente investigadas y sus culpables castigados, y por lo cual hoy en día (vergonzosamente) hay personeros, que apoyaron la dictadura, ocupando una curul del congreso de ese país.
5. Que el empobrecimiento del pueblo Chileno, a costa de la grosera riqueza de las transnacionales sea detenida.
6. Que no se le sigan arrebatando las tierras a los campesinos Chilenos para favorecer a la oligarquía entreguista y neo liberal de esa nación
7. Que las minas de Cobre sean recuperadas para el beneficio del pueblo Chileno.
8. Que se reviertan las privatizaciones fraudulentas hechas en la dictadura, y sostenidas en los gobiernos “Democráticos” (¿?).
9. Que se acabe de definir como perrito mandadero del imperio.
He aquí lo que debería ser la prioridad en materia de preocupación del Sr. Insulza. Flamante secretario general de la OEA; Y QUE VIVE Washington DC
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