¡Bush sí reune todas las cualidades del Tercer anticristo! ¿Porqué? (II)

Michael de Nostradamus dijo hace más de 400 años que después de la intensa quimicalización, el mundo vería el surgimiento y, finalmente la derrota, del más cruel de todos los gobernantes que hayan existido: “EL TERCER ANTICRISTO”

El término anticristo no se refiere tan sólo a ciertos individuos, sino mucho más al espíritu del odio, de la mentira y la falta de armonía; significa cualquier cosa o cualquiera que vaya en contra de las doctrinas establecidas por Jesucristo, de las que la principal es que nos amemos los unos a los otros. De ahí que quien busque subvertir este sentimiento de amor fraternal, sembrando las semillas de la desconfianza, el odio, la división, la violencia, la guerra y el engaño, será –caso del señor Bush, alias Magog— del espíritu del anticristo o anti-Dios.

De hecho, la primera mención que se hace del anticristo en el Apocalisis, se refiere a él como a “la Bestia”. La Bestia tiene 7 cabezas y 10 cuernos, cada uno de los cuales lleva una corona. Estas cabezas representan a los imperios políticos de hechura humana que han regido al mundo a lo largo de la diferentes épocas, y son: 1) Egipto, 2) Asiria, 3) Babilonia, 4) Medo-Persa (un doble imperio, por lo que hay para él dos cuernos y dos coronas), 5) Grecia, 6) Roma (nuevamente con dos cuernos y dos coronas, dado que se dividió en Este y Oeste en un momento de su historia y 7) la potencia mundial conjunta de Inglaterra-EEUU (otro imperio doble, en que los EEUU heredaron el dominio mundial que una vez ejerciera su “madre patria”, Gran Bretaña.

Estos mismo imperios fueron predichos hace más de 2500 años, por el profeta Daniel del Antiguo Testamento, tal como le fueran mostrados en diversas visiones. En consecuencia, vio Daniel en una de sus visiones oníricas a cuatro animales diferentes: 1) un león con alas de águila que representaba en su época al imperio de Babilonia, 2) un oso pronto a atacar, con tres costillas entre sus dientes, representando al imperio Medo-Persa que venció a Babilonia, durante la vida de Daniel, engullendo los restos que de él quedaron, además de los territorios de los dos anteriores, 4) una última Bestia con diez cuernos que emrgía del océano y era mucho más brutal y cruel que cualquiera de las otras.

Esta última Bestia representa al Imperio Romano y también a los diez imperios que provinieron de él. No obstante, tres de los cuernos de la cuarta Bestia son arrancados más adelante y son reemplazados por un cuerno pequeño “con los ojos de un hombre” y una boca jactanciosa y estridente… más sonora que las demás (Daniel, 7). Según muchos expertos, este cuerno pequeño representa a los EEUU que “arrancó” a los franceses, los españoles y los británicos cuando llegó a ser una nación y se espandió por el continente americano.

Esta Bestia política se explica nuevamente en el Apocalipsis, cuando se le muestra a Juan la visión de la “ramera”, símbolo de la falsa religión, vestida con los colores de la realeza (escarlata y púrpura), cubierta de joyas y “ebria” con la sangre de los santos y los mártires de Jesús (Dios). Esta ramera está sentada sobre una Bestia de 7 cabezas y 10 cuernos que representan a los reinos del sistema político del hombre a través de los siglos, dado que ella, la falsa religión, es quien “controla realmente a la Bestia. La fornicación de ambas representa la impía unión de la Iglesia y el Estado (caso actual de la simbiosis EEUU-Vaticano) que ha plagado al género humano durante su historia.

Se le dice a Juan que cinco de los reinos han caído (Egipto, Asiria, Babilonia, el Medo-Persa y Grecia), el sexto detenta o detentaba el poder en la época de Juan y el séptimo “no ha llegado todavía”, el cual sería Gran Bretaña que no existía en esos tiempos ya que formaba parte del Imperio Romano. Además, se le dice a Juan que la Bestia misma representa a una octava potencial mundial que habrá de provenir de las previas siete: nuevamente, los EEUU, puesto que surgió de los países europeos y no es coincidencia que tanto el símbolo de Roma con el de EEUU sea un águila.

En estas tres instancias se le da el poder a la Bestia política para “perseguir a los santos hasta acabarlos”, declarándoles la guerra y conquistádolos. A todo lo largo de la historia los imperios políticos del hombre han hecho justamente eso, aliándose con los falsos profetas. En lo que respecta a los EEUU, se permitió hacerle la guerra a los indios americanos, “la nación de santos” que describiera un miembro de la Caballería de los Estados Unidos.

joseagapo@cantv.net


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Jose Agapito Ramirez


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