La urgente necesidad de una política de solidaridad

La xenofobia y la envidia no son rasgos revolucionarios. La revolución cubana ha durado medio siglo por la gran solidaridad que ha brindado a los pueblos hermanos del mundo, y por el apoyo incondicional que ha recibido de ellos. La guerra sucia en Centroamérica se logró terminar debido a los movimientos sociales en Estados Unidos que hicieron la solidaridad con Nicaragua y El Salvador – eso es una lección importante que seguro el Comandante Daniel Ortega pudiera contar al pueblo venezolano.

Hoy en día existen cientos de grupos, movimientos y organizaciones por todo América Latina, Canadá, Europa, Estados Unidos, Asia y Africa, con la disposición y las ganas de trabajar juntos con la Revolución Bolivariana hacia esa meta sabrosa de construir un mundo mejor. Pero lamentablemente, no existe una política de solidaridad dentro de la Revolución Bolivariana, y muchos de esos compañeros y compañeras que vienen de afuera para ofrecer su apoyo son excluidos, maltratados o simplemente ignorados. Es verdad que estamos en una guerra, soy la primera en decerlo desde hace años, pero esa guerra no es Venezuela contra el mundo – es la Revolución Bolivariana junta con todos los movimientos por la paz y la justicia mundial, y en contra del imperialismo, la guerra, la pobreza y la injusticia.

Lo que piden en gran parte los camaradas de afuera es aportar, contribuir y trabajar juntos por la paz y en contra del imperialismo. No vienen buscando plata –eso es un rasgo capitalista-consumista que debe ser detectado y demolido sea de donde venga. Pero sí necesitan información sobre la Revolución Bolivariana e instrumentos para poder contrarrestar las grandes mentiras y matrices promovidas por los medios de comunicación internacionales y los voceros del imperio estadounidense. Necesitan insumos y contactos dentro de la Revolución capaces de alimentarlos con los datos contundentes que sirvirán para desmontar esa guerra mediática contra Venezuela y los movimientos de paz y justicia. Y más que todo, necesitan sentir ese amor revolucionario y solidario que tanto promueve la Revolución Bolivariana y el Comandante Presidente Chávez en su discurso.

Por esas razones, se hace necesario la creación inmediata de un Centro de Solidaridad Internacional aquí en Caracas. Este Centro – idea de un gran amigo extranjero que ha entregado su vida al trabajo por la revolución – funcionará para enlacer con todos los grupos de apoyo y solidaridad en el mundo que desean compartir y contribuir para ayudar lograr los objetivos de la Revolución Bolivariana: la paz, la justicia y la erradicación de la pobreza mundial.

Esto es una necesidad urgente. Estados Unidos compra su “solidaridad” a tráves de entidades como la NED, la USAID, Freedom House y el Instituto Republicano Internacional, que financian y dirigen a miles de ONGs y partidos políticos que promueven la agenda neo-liberal, capitalista e imperialista en el mundo. La Revolución Bolivariana no tiene que comprar a nadie; amor se paga con amor. Pero si tiene que extender la mano y abrazar a todos esos movimientos y organizaciones que tanto quieren aportar y trabajar para nuestro sueño común.

evagolinger@hotmail.com


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Eva Golinger


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