Sorprendente lo ocurrido en la OEA. Estados Unidos se quedó absolutamente solo en sus "reservas" a las proposiciones aprobadas con 33 votos. Ni siquiera los cancilleres de Colombia, que sería la afectada, o de El Salvador, que ha estado a su lado hasta con soldados en Irak; de México, con tantos lazos bilaterales, ni de Canadá le acompañaron. Al menos los tres primeros no podían votar en discrepancia con la forma como lo hicieron sus respectivos jefes de Estado en Santo Domingo.
Durante varias horas la posición de EEUU tuvo el apoyo de Colombia, México y El Salvador; pero luego de una proposición de Celso Amorim, el canciller brasileño, de apoyo a la resolución del Grupo de Río y de no aceptar la tesis de que el combate al terrorismo justifica violaciones de la soberanía territorial (tesis que expuso Condoleezza Rice en Brasil) comenzó a resquebrajarse ese bloque, hasta que esos tres países latinoamericanos apoyaron la propuesta, pese a la oposición de Thomas Shannon y Negroponte. Ellos tuvieron el apoyo de más de 50 funcionarios del Departamento de Estado para hacer lobby y presionaron a los países del Caricom, pero no lograron sumar un solo voto.
En la reunión actuó con coordinación el llamado Grupo del Alba en la defensa de los artículos 19 y 21 de la Carta de la OEA, sobre la inviolabilidad de la soberanía, que fueron desconocidos por EEUU. Brasil y Argentina tuvieron igualmente posiciones firmes en el debate. Algunos cancilleres salieron en la confianza de que en la OEA soplaron vientos de cambio en esta reunión de consulta, que dejó a la delegación estadounidense sin un solo aliado.